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Mensajes para los Jóvenes

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    Un vigoroso proceso de santificación

    Cuando Cristo y el cielo son los temas de meditación, la conversación dará evidencia del hecho. El lenguaje estará sazonado de gracia, y el que habla mostrará que ha estado educándose en la escuela del divino Maestro. El salmista dice: “Elegí el camino de la verdad, he puesto tus juicios ante mí”.4Salmos 119:30. Él atesoró la Palabra de Dios. Esta halló entrada en su entendimiento, no para ser desatendida, sino para ser practicada en su vida [...].MJ 302.3

    Día tras día, hora tras hora, debe efectuarse en el interior un proceso vigoroso de abnegación y santificación, y entonces las obras exteriores darán testimonio de que Jesús mora en el corazón por la fe. La santificación no cierra las avenidas del alma al saber, sino que acude para desarrollar la mente e inspirarle el deseo de investigar la verdad, como si fuera un tesoro oculto; y el conocimiento de la voluntad de Dios hace avanzar la obra de la santificación. Hay un cielo, y ¡cuán fervientemente deberíamos esforzarnos por llegar a él!MJ 302.4

    Les ruego a ustedes, estudiantes de nuestros colegios, que crean en Jesús como su Salvador. Crean que él está dispuesto a ayudarlos por su gracia cuando acuden sinceramente a él. Deben pelear la buena batalla de la fe. Deben luchar por la corona de la vida. Esfuércense, porque la garra de Satanás está sobre ustedes, y si no se libran de él, serán paralizados y arruinados. El enemigo está a derecha e izquierda, delante y detrás de ustedes, y deben pisotearlo. Esfuércense, porque hay una corona por conquistar. Esfuércense, porque si no ganan la corona, pierden todo en esta vida y en la futura. Esfuércense, pero con la fuerza de su Salvador resucitado.—The Review and Herald, 21 de agosto de 1888.MJ 303.1

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