Capítulo 24—Modestia, confianza plena y discreción
La modestia y el lenguaje elevado—Nuestro lenguaje debe ser modesto y elevado. El espíritu que usted ha acariciado en su interior, ha dejado huellas en su rostro. Cristo, entronado en el templo del alma, eclipsará esa expresión irritable, malhumorada y desdichada; y cuando la sombra de la testificación, se observa en el rostro de un hombre que refleja la imagen de Cristo, los demás comprenderán, que está rodeado por una atmósfera placentera.—Testimonies for the Church 4:348.VEUC 132.1
Una conversación ennoblecedora—La conversación, debe ser de un carácter tan elevado y ennoblecedor, que después pueda recordarse con sentimientos del más alto placer.—Consejos sobre el Régimen Alimenticio, 104.VEUC 132.2
La bondad divina—Nuestra conversación debiera ser de carácter elevado, calculada para conducir a otras mentes en la dirección correcta. La poca mención que se hace de la bondad divina y del amor de Dios, muestra una marcada ingratitud, y que Cristo no está entronizado en el corazón.—Testimonies for the Church 4:456.VEUC 133.1
La influencia pura de la verdad—La influencia pura de la verdad elevará todo el ser. En el trato de negocios con sus semejantes [el hombre], tendrá delante de sí el temor de Dios, y amará a su prójimo como a sí mismo, y tratará de la misma manera que quisiera ser tratado. Su conversación será veraz, pura y de un carácter tan elevado, que los incrédulos no podrán tomar ventaja de ella, o decir mal de él con justicia, y no tendrán que disgustarse porque su comportamiento sea descortés y su lenguaje indecoroso.—Testimonies for the Church 1:415, 416.VEUC 133.2
Palabras con poder espiritual—Aun cuando estaba sentado a la mesa, Cristo enseñaba verdades que infundían consuelo y valor al corazón de sus oyentes. Cuando su amor habite en el alma como un principio vivo, brotarán del tesoro del corazón palabras adecuadas a la ocasión, no palabras livianas ni triviales, sino elevadoras, palabras de poder espiritual.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 539.VEUC 133.3
Un testimonio positivo—Es nuestro deber ser muy celosos de la gloria de Dios, y no dar un mal informe, ni siquiera por la tristeza del rostro, o por medio de palabras imprudentes, como si lo que Dios pidiera de nosotros, fuera una restricción a nuestra libertad. Es un privilegio de todo el ser, dar un testimonio decidido en cada curso de acción—rasgos, temperamento, palabras, carácter—de que el servicio del Señor es bueno. Por este medio, proclama que “La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma”. Que las palabras de los que están del lado del Señor, sean positivas.—Manuscrito 70, 1897.VEUC 133.4
Menos palabras, más oración—Seamos cuidadosos de nuestras palabras. ¡Hay tantas palabras que no glorifican a Dios! ¿No sería mucho mejor que habláramos menos, y oráramos más?—Manuscrito 39, 1908.VEUC 134.1
Palabras escogidas—Cuando estáis trabajando, guardad la mente, mantenedla firme en Dios, hablad menos y meditad más. Recordad que de “toda palabra ociosa que hablaren los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio”. Sean vuestras palabras selectas; esto cerrará una puerta al adversario de las almas.—Testimonios Selectos 3:393.VEUC 134.2
Cristo es una voz por nuestro intermedio—Haga un pacto con Dios, de que se cuidará bien de sus palabras. “Si alguno no ofende en palabras, es varón perfecto, capaz de refrenar todo su cuerpo”. Santiago 3:2. Recuerde que el lenguaje vengativo, nunca lo hace a uno sentir que ha ganado una victoria. Permita que Cristo hable por su intermedio. No pierda la bendición que viene de no pensar mal.—Testimonies for the Church 7:243.VEUC 134.3