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Mensajes Selectos Tomo 1

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    Capítulo 20—Nuestra actitud hacia la controversia doctrinal

    “El continuo” de Daniel 8

    Tengo palabras que presentar a mis hermanos de los cuatro puntos cardinales. Pido que mis escritos no sean usados para definir cuestiones sobre las cuales ahora hay mucha controversia. Ruego a los pastores H, I, J y otros de nuestros hermanos dirigentes que no hagan referencia a mis escritos para sostener sus puntos de vista sobre “el continuo”.1MS 193.1

    Se me ha presentado que no es un tema de importancia vital. Se me ha instruido que nuestros hermanos están cometiendo un error al magnificar la importancia de la diferencia en los puntos de vista que se sostienen. No puedo consentir que ninguno de mis escritos sea tomado para definir este asunto. El verdadero significado de “el continuo” no ha de convertirse en una piedra de toque.1MS 193.2

    Ahora pido que mis hermanos del ministerio no usen mis escritos en sus argumentos en cuanto a esta cuestión [el continuo], pues no he recibido instrucción sobre este punto en discusión y no veo necesidad de la controversia. El silencio es elocuencia acerca de este asunto en las condiciones actuales.1MS 193.3

    Se agrada al enemigo de nuestra obra cuando puede usarse un tema de menor importancia para distraer la mente de nuestros hermanos de las grandes cuestiones que debieran ser el corazón de nuestro mensaje. Como éste no es una piedra de toque, ruego a mis hermanos que no permitan que triunfe el enemigo al tratar el tema como si fuera importante.1MS 193.4

    Las cuestiones verdaderamente decisivas

    La obra que el Señor nos ha dado en este tiempo es presentar a la gente la verdadera luz acerca de las cuestiones vitales de la obediencia y la salvación: los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesucristo.1MS 194.1

    En algunos de nuestros libros importantes que han estado impresos desde hace años, y que han traído a muchos al conocimiento de la verdad, quizá haya asuntos de menor importancia que demandan un cuidadoso estudio y corrección. Sean considerados esos asuntos por los que son regularmente asignados para supervisar nuestras publicaciones. Esos hermanos, nuestros colportores y nuestros ministros no magnifiquen esos asuntos en tal forma que disminuyan la influencia de esos buenos libros salvadores de almas. Si nos ocupáramos de desacreditar nuestras publicaciones, colocaríamos armas en las manos de los que se han apartado de la fe y confundiríamos la mente de los recién convertidos al mensaje. Mientras menos se haga para cambiar innecesariamente nuestras publicaciones, tanto mejor será.1MS 194.2

    En las horas de la noche, me parece estar repitiendo a mis hermanos que ocupan puestos de responsabilidad las palabras de la Primera Epístola de San Juan. [Se cita el primer capítulo.]1MS 194.3

    Una conversión diaria

    Debieran entender nuestros hermanos que el yo necesita ser humillado y sojuzgado por el Espíritu Santo. El Señor exhorta a que se conviertan diariamente aquellos de nosotros que han tenido gran luz. Este es el mensaje que debo presentar a nuestros redactores y a los presidentes de todas nuestras asociaciones. Mientras tenemos la luz, debemos caminar en la luz para que no vengan tinieblas sobre nosotros.1MS 194.4

    Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios tendrán un mensaje para este último tiempo. En su mente y corazón llevarán la responsabilidad por las almas y llevarán el mensaje celestial de Cristo a aquellos con quienes se relacionen. Los que en su habla son semejantes a los gentiles no pueden entrar en las cortes celestiales. Mis hermanos, recibid la luz redimiendo el tiempo porque los días son malos.1MS 195.1

    Satanás trabaja activamente con todos los que lo estimulen. Los que tienen la luz, pero rehúsan caminar en ella, se confundirán hasta que las tinieblas impregnen su alma y den forma a toda su conducta. Pero el espíritu de sabiduría y bondad de Dios, como se revela en su Palabra, se hará cada vez más brillante mientras prosiguen en el sendero de la verdadera obediencia. Mediante la santificación del Espíritu Santo, será posible cumplir todas las justas demandas de Dios...1MS 195.2

    Hay grandes privilegios y bendiciones para todos los que se humillen y consagren plenamente su corazón a Dios. Se les dará gran luz. Cuando los hombres están dispuestos a ser transformados, entonces serán ejercitados en la piedad.1MS 195.3

    “De su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia”. Juan 1:16. “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”. 2 Corintios 12:9. Dice el Salvador: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28:18-20.1MS 195.4

    Esta riqueza de gracia y poder para el servicio, ¿continuará no siendo apreciada por nosotros, y nos apartaremos de ella sin gustar de ella ni apetecerla? La instrucción que se me ordena dar a los nuestros ahora, es la misma que di en Wáshington. El Señor demanda esfuerzo individual. Uno no puede hacer la obra de otro. Ha estado brillando gran luz, pero no ha sido plenamente comprendida ni recibida.1MS 195.5

    Si nuestros hermanos se consagran ahora a Dios sin reservas, él los aceptará. Transformará su mente para que puedan ser sabor de vida para vida. Hermanos y hermanas, despertad para que lleguéis a vuestra elevada vocación mediante Cristo Jesús nuestro Señor.—Manuscrito 11, 1910.1MS 196.1

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