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Mensajes Selectos Tomo 1

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    El pecado de la presunción

    El pecado de la presunción está cerca de la virtud que consiste en tener perfecta fe y confianza en Dios. Satanás se hizo la ilusión de que podría aprovecharse de la humanidad de Cristo para instarlo a trasponer la línea que separa la confianza de la presunción. Muchas almas se han arruinado en este punto. Satanás trató de engañar a Cristo mediante la adulación. Admitió que Cristo tuvo razón en el desierto al tener fe y confianza de que Dios era su Padre en las más difíciles circunstancias. Luego instó a Cristo para que le diera una prueba más de su entera dependencia de Dios, una evidencia más de su fe de que era el Hijo de Dios, arrojándose del templo. Dijo a Cristo que si ciertamente era el Hijo de Dios, no tenía nada que temer, pues sus ángeles estaban listos para sostenerlo. Satanás demostró que entendía las Escrituras por el uso que les dio.1MS 331.1

    El Redentor del mundo no vaciló de su integridad y demostró que tenía perfecta fe en el cuidado prometido de su Padre. No pondría inútilmente a prueba la fidelidad y el amor de su Padre, aunque estaba en las manos del enemigo y colocado en un lugar de dificultad y peligro extremos. Ante la sugestión de Satanás, no tentaría a Dios presuntuosamente haciendo experimentos con la providencia divina. Satanás había presentado un pasaje bíblico que parecía apropiado para la ocasión, esperando lograr sus designios al hacer la aplicación a nuestro Salvador en esa ocasión especial.1MS 331.2

    Cristo sabía que Dios ciertamente podía sostenerlo si le hubiera pedido que se arrojara del templo. Pero el hacer eso sin que se lo pidiera, y para poner a prueba el cuidado protector y el amor de su Padre porque era desafiado por Satanás a hacerlo, no mostraría la fortaleza de su fe. Bien comprendía Satanás que si podía prevalecer sobre Cristo haciendo que se arrojara del templo, sin que su Padre se lo hubiera pedido, para probar su derecho al cuidado protector de su Padre celestial, en ese mismo acto mostraría la debilidad de su naturaleza humana.1MS 332.1

    Cristo resultó vencedor en la segunda tentación. Manifestó perfecta fe y confianza en su Padre durante su duro conflicto con el poderoso enemigo. En la victoria aquí ganada, nuestro Redentor ha dejado al hombre un modelo perfecto para mostrarle que su única seguridad reside en una firme confianza e inconmovible fe en Dios, en todas las pruebas y los peligros. Cristo rehusó abusar de la misericordia de su Padre al colocarse en un peligro que hubiera hecho necesario que su Padre celestial desplegara su poder para salvarlo del peligro. Esto hubiera sido forzar la Providencia para su propio bien, y así no hubiera dejado a los suyos un ejemplo perfecto de fe y firme confianza en Dios.1MS 332.2

    El objeto de Satanás al tentar a Cristo fue el de inducirlo a una atrevida presunción y a mostrar debilidad humana que no lo convirtiera en un modelo perfecto para los suyos. Satanás pensó que si Cristo fracasaba al pasar por la prueba de sus tentaciones, no habría redención para la raza humana y sería completo su poder sobre ella.1MS 332.3

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