Cómo obtener vida eterna
Sólo el creyente en Cristo puede recibir vida eterna. Únicamente alimentándonos en todo momento con la carne y la sangre de Cristo podemos tener la seguridad de que somos participantes de la naturaleza divina. Nadie debiera ser indiferente en este tema diciendo: Si somos honrados, no importa lo que creamos. No podéis estar seguros y al mismo tiempo renunciar a ninguna semilla de verdad vital a fin de agradaros a vosotros mismos o a otros. No procuréis evitar la cruz. Si no recibimos luz del Sol de justicia, no tendremos relación con la Fuente de toda luz; y si no habitan en nosotros esta vida y esta luz, nunca podremos ser salvos.1MS 351.2
Dios ha provisto todo lo necesario para que su propósito al crear al hombre no sea frustrado por Satanás. Después de que Adán y Eva introdujeron la muerte en el mundo debido a su desobediencia, se hizo provisión de un costoso sacrificio para la raza humana. Se colocó sobre ellos un valor más elevado que el que poseían originalmente. Dios dio todo el cielo al dar a Cristo, su unigénito Hijo, como rescate por el mundo.1MS 352.1
La aceptación de Cristo da valor al ser humano. Su sacrificio imparte vida y luz a todos los que aceptan a Cristo como a su Salvador personal. El amor de Dios mediante Jesucristo se infunde ampliamente en el corazón de cada miembro del cuerpo de Cristo, llevando consigo la vitalidad de la ley de Dios el Padre. Así puede morar Dios con el hombre, y el hombre puede morar con Dios. Declaró Pablo: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Gálatas 2:20.1MS 352.2
Si mediante la fe el hombre llega a ser uno con Cristo, puede ganar vida eterna. Dios ama a los que son redimidos mediante Cristo así como ama a su Hijo. ¡Qué pensamiento! ¿Puede amar Dios al pecador como ama a su propio Hijo? Sí, Cristo ha dicho esto y él se propone hacer exactamente lo que dice. El honrará todos nuestros proyectos, si nos aferramos de sus promesas mediante una fe viviente y ponemos nuestra confianza en él. Mirad a él, y vivid. Todos los que obedecen a Dios están comprendidos en la oración que Cristo ofreció a su Padre: “Les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos”. Juan 17:26. ¡Maravillosa verdad, demasiado difícil para que la comprenda la humanidad!1MS 352.3
Cristo declara: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”. Juan 6:35. “Y ésta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”. Juan 6:40. “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí tiene vida eterna”. Juan 6:47. “Si no coméis la carne del Hijo del hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente”. Juan 6:53-58. “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”. Juan 6:63.1MS 353.1