Grave pérdida por no asistir
Nuestros congresos y reuniones generales se planean y realizan a gran costo. Los ministros de Dios que defienden una verdad impopular, trabajan en exceso en estas grandes reuniones para presentar el mensaje de misericordia de un Salvador crucificado a los pobres pecadores mortales. El descuidar o tratar estos mensajes con indiferencia significa menospreciar la misericordia de Dios y su voz de amonestación y ruego. Vuestra ausencia de estas reuniones ha resultado muy perjudicial para vuestro bienestar espiritual. Habéis perdido la fuerza que podríais haber obtenido allí escuchando la palabra predicada de Dios, y mezclándoos con los creyentes en la verdad.—Testimonies for the Church 4:115.SC 244.3
No es asunto de menor importancia para una familia el aparecer como representantes de Jesús, y guardar la ley de Dios en un vecindario de incrédulos. Se nos pide que seamos epístolas vivientes, conocidas y leídas por todos los hombres. Esta condición implica terribles responsabilidades. A fin de vivir en la luz, debéis estar donde brilla la luz. El hermano K-----, cualquiera sea el sacrificio que cueste, debe sentirse bajo la solemne obligación de asistir con su familia por lo menos a las reuniones anuales de los que aman la verdad. Esto lo fortalecerá a él y a ellos, y los preparará para soportar las pruebas y cumplir sus deberes. No está bien que pierdan el privilegio de asociarse con los que tienen la misma fe; porque la verdad pierde su importancia en sus mentes, sus corazones dejan de ser iluminados y vivificados por su santificadora influencia, y pierden la espiritualidad. No son fortalecidos por las palabras del predicador vivo. Pensamientos y empresas mundanales ocupan de continuo sus mentes y excluyen los temas espirituales.—Testimonies for the Church 4:106.SC 245.1
Asistan todos los que puedan a estos congresos anuales. Todos debieran reconocer que Dios requiere esto de ellos. Si no aprovechan los privilegios que Dios ha provisto para que lleguen a ser más fuertes en él y en el poder de su gracia, se debilitarán más y más y tendrán cada vez menos deseos de consagrar todo a Dios.SC 245.2
Venid, hermanos y hermanas, a estas sagradas reuniones, para encontrar a Jesús. El irá también a la fiesta. El estará presente y hará por vosotros aquello que más necesitáis que se haga. Vuestras granjas no han de considerarse de mayor valor que los elevados intereses de vuestra alma. Todos los tesoros que poseéis, por valiosos que sean, no os bastarían para comprar la paz y la esperanza, que os serán de gran ganancia, aun cuando ello os costare todo lo que poseéis y una vida de afanes y sufrimientos. Una comprensión clara y firme de las cosas eternas y un corazón voluntario para entregarlo todo a Cristo, son bendiciones de valor mucho mayor que todas las riquezas, los placeres y las glorias de este mundo.—Testimonies for the Church 2:575, 576.SC 245.3