Cultura mental
La cultura de la mente es lo que, como pueblo, necesitamos, y lo que debemos poseer a fin de llenar las demandas de la época.—Testimonies for the Church 4:414.SC 277.4
No debemos entrar al azar en la obra del Señor y esperar éxito. El Señor necesita hombres de intelecto, hombres de reflexión. Jesús pide colaboradores, no personas que siempre cometan errores. Dios necesita hombres inteligentes, que piensen correctamente, a fin de hacer la gran obra necesaria para la salvación de las almas.—Joyas de los Testimonios 1:454.SC 277.5
Algunos necesitan disciplinar la mente por medio del ejercicio. Han de esforzarla a pensar. Mientras dependan de alguien para que piense por ellos, para resolver sus dificultades y rehusen sobrecargar sus mentes con el pensar, les aquejará la incapacidad para recordar, para mirar adelante y discernir. Todo individuo ha de hacer esfuerzos para educar la mente.—Testimonies for the Church 2:188.SC 278.1
Dios no quiere que nos conformemos con mentes perezosas, sin disciplina, pensamientos embotados y memoria deficiente.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 386.SC 278.2
Los hombres de Dios deben ser diligentes en el estudio, fervientes en la adquisición de conocimiento, y no malgastar jamás una hora. Por perseverante esfuerzo ellos pueden elevarse a casi cualquier grado de eminencia como cristianos, como hombres de poder e influencia.—Testimonies for the Church 4:411.SC 278.3
Atesórense los momentos. ... El tiempo que pasamos viajando; ... los momentos que pasamos en espera de la comida, o de aquellos que llegan tarde a una cita; si se tuviera un libro en la mano y se aprovecharan estos fragmentos de tiempo en estudiar, leer o en pensar cuidadosamente, ¡cuánto podría realizarse!—Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 314.SC 278.4
Un propósito resuelto, un trabajo persistente y la cuidadosa economía del tiempo capacitarán a los hombres para adquirir los conocimientos y la disciplina mental que los calificarán para casi cualquier posición de influencia y utilidad.—Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 314.SC 278.5
Los hombres que ocupan puestos de responsabilidad deben progresar continuamente. No deben aferrarse a los métodos antiguos y creer que no es necesario convertirse en obreros que empleen métodos científicos. Aunque cuando viene al mundo el hombre es el más impotente de los seres que ha creado Dios, y es el más perverso por naturaleza, es capaz, sin embargo, de progresar constantemente. Puede ser ilustrado por la ciencia, ennoblecido por la virtud, y puede progresar en dignidad mental y moral, hasta alcanzar una perfección de la inteligencia y una pureza de carácter tan sólo un poco inferiores a la perfección y la pureza de los ángeles.—Joyas de los Testimonios 1:480, 481.SC 279.1
Y todos los que quieran ser obreros juntamente con Dios, deben esforzarse por alcanzar la perfección de cada órgano del cuerpo y cada cualidad de la mente. La verdadera educación es la preparación de las facultades físicas, mentales y morales para la ejecución de todo deber; es el adiestramiento del cuerpo, la mente y el alma para el servicio divino. Esta es la educación que perdurará en la vida eterna.—Lecciones Prácticas del Gran Maestro, 300, 301.SC 279.2
Los mecánicos, los abogados, los negociantes, los hombres de todos los oficios y profesiones, se educan a fin de llegar a dominar su ramo. ¿Deben los que siguen a Cristo ser menos inteligentes, y mientras profesan dedicarse a su servicio ignorar los medios y recursos que han de emplearse? La empresa de ganar la vida eterna es superior a toda consideración terrenal. A fin de conducir a las almas a Cristo, debe conocerse la naturaleza humana y estudiarse la mente humana. Se requiere mucha reflexión cuidadosa y ferviente oración para saber cómo acercarse a los hombres y las mujeres a fin de presentarles el gran tema de la verdad.—Joyas de los Testimonios 1:454, 455.SC 279.3