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El Ministerio Pastoral

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    Capítulo 5—El entrenamiento pastoral

    Los tiempos exigen un ministerio inteligente y educado—Los tiempos exigen un ministerio inteligente y educado, no de novicios. Las doctrinas falsas están siendo multiplicadas. El mundo está siendo educado a lograr un alto nivel literario; y el pecado, incredulidad e infidelidad están llegando a ser más descarados y desafiantes, al adquirir más conocimiento intelectual y agudeza. Este estado de cosas requiere el uso de todo el poder del intelecto; pues son mentes agudas, bajo el control de Satanás, que el ministro tendrá que afrontar. Debe ser bien balanceado en los principios religiosos, creciendo en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. Se ha hecho demasiado trabajo desordenado, y las mentes no han sido ejercitadas en toda su capacidad. Nuestros ministros tendrán que defender la verdad contra los apostatas empedernidos, como también exponer las evidencias de las Escrituras ante los que defienden errores crasos. La verdad debe ser colocada en contraste con declaraciones descaradas. Nuestros ministros deben ser hombres totalmente consagrados a Dios, hombres bien educados; y además, sus mentes deben estar radiantes de fervor religioso, recibiendo rayos divinos de luz del cielo y esparciéndolos a través de las tinieblas que cubren la tierra y la densa oscuridad que rodea a la gente.—Testimonies for the Church 5:528.MPa 49.1

    No espere un puesto importante si ha descuidado el prepararse y disciplinarse—¿Creen los hombres que podrán, bajo la presión de las circunstancias, lograr una posición importante, cuando han dejado de prepararse y disciplinarse para la obra? ¿Se imaginan que pueden ser instrumentos pulidos en las manos de Dios para la salvación de las almas, si no han aprovechado las oportunidades de obtener idoneidad para la obra que tuvieron a su alcance? La causa de Dios pide hombres cabales, que puedan trazar planes, edificar y organizar. Todos aquellos que aprecian las probabilidades y posibilidades de la obra para este tiempo, tratarán de obtener por ardoroso estudio todo el conocimiento que puedan sacar de la Palabra, para emplearlo en servir a las almas menesterosas y enfermas de pecado.—Obreros Evangélicos, 98.MPa 49.2

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