El pastor y el presidente
Debe haber armonía entre los pastores y sus presidentes—Durante los últimos cuarenta años el Señor me ha estado revelando la necesidad de armonía de acción de parte de los ministros y los presidentes de las asociaciones. El presidente de una asociación debe ser cuidadoso en dar respeto a todos los que laboran junto con Dios. La mente y el juicio de un hombre no debe controlar. Los ministros que están conectados con él en la obra han de ser respetados y amados; la crítica no debe tener lugar en el trabajo. Que la envidia y conjeturas malignas sean expulsadas del alma. Nada puede contristar más al Espíritu de Dios que la disensión y el menosprecio de la hermandad. A fin de tener prosperidad en la obra, debe haber confianza en nuestros hermanos, y unión con los que están trabajando tan presta y desinteresadamente como nosotros. Hay quienes no poseen un carácter armonioso en todos los aspectos, sin embargo Dios los ha aceptado como sus obreros juntamente con Cristo. Entonces, cuán fuera de lugar es que uno se separe del otro porque sus ideas y juicios no están de acuerdo en todas las cosas.—The General Conference Bulletin, 11 de febrero de 1895.MPa 121.3
Los presidentes de las asociaciones deben instar a sus ministros a trabajar como es debido—¿No se podrá hacer algo para instar a los presidentes de las asociaciones a que sean conscientes de sus obligaciones? Oh, si pudieran entender que su puesto de confianza sólo aumenta e intensifica su responsabilidad. Si cada presidente sintiera la necesidad de una mejora diligente de sus talentos al planear formas y medios para instar a los ministros a que trabajen como debieran, qué cambio se operaría en cada asociación. ¿Se dan cuenta estos hombres que el escrutinio solemne del trabajo de cada hombre comenzará pronto en el cielo? Cuando el Maestro se fue, dio a cada hombre de todas las épocas y de cada generación, su trabajo; y él nos dice a todos nosotros, “Negociad entre tanto que vengo”. ¿Han pensado los ministros cuán abarcantes son estas palabras? Ciertamente puede haber sólo un paso entre ellos y la muerte. ¿Cómo está el informe de los deberes sagrados encomendados para ser sabiamente mejorados?, los talentos mal empleados, las horas perdidas, las oportunidades descuidadas, los deberes abandonados, las iglesias enfermizas, el rebaño del Señor debilitado por no tener su porción de alimento a su debido tiempo.—Appeal and Suggestions to Conference Officers (Ph 2) 20, 21.MPa 122.1
El trabajo del presidente de la asociación no es hacer el trabajo de los demás, sino ver que estén trabajando lo mejor posible—La iglesia militante no es la iglesia triunfante, pero está integrada por hombres y mujeres sujetos a errar. De la manera en que los soldados del ejército deben ser entrenados y disciplinados para un servicio activo, los soldados de Cristo deben ser educados para ser útiles en su causa. Puede ser mucho más fácil para un presidente de asociación hacer el trabajo él mismo, que dirigir el trabajo de otros; pero es su deber dar un vistazo al campo, y ver que todos estén trabajando lo mejor posible. Los jóvenes deben estar desarrollando sus talentos, y preparándose para ser útiles en el futuro; y los ministros de más edad y experiencia no deben ser dejados usando sus energías en trabajos que otros podrían hacer y que estarían dispuestos a hacerlos si se les enseñara.—The Review and Herald, 22 de abril de 1884.MPa 122.2
Los presidentes de asociación deben educar a los ministros para que eduquen a sus miembros—El presidente de una asociación local está, por su manera de tratar, educando a los ministros que están bajo su dirección, y juntos pueden educar de tal manera a las iglesias que no sea necesario llamar a los predicadores de la asociación de un campo de labor a arreglar dificultades y disensiones de la iglesia. Si los dirigentes de la asociación, como siervos fieles, quieren cumplir sus deberes señalados por el cielo, la obra de nuestras asociaciones no quedará tan enredada en perplejidades como hasta ahora. Y al trabajar así los obreros llegarán a ser hombres fuertes, capaces de llevar responsabilidades, que no fracasarán ni se desalentarán al verse en situaciones duras.—Obreros Evangélicos, 433.MPa 123.1
Tenga una actitud alentadora con su presidente, especialmente cuando cometa errores—Mientras su presidente descuidó su trabajo y falló en su deber, la actitud suya no fue nada alentadora. Como una persona de autoridad debería haberse presentado como un hombre de Dios, reprendiendo, exhortando, animando, según lo requería el caso, ya sea que usted aceptara o rechazara su testimonio. Pero él fue fácilmente desalentado, y lo dejó a usted sin la ayuda que todo fiel ministro de Cristo debiera haber brindado. El falló en no estar al tanto de la providencia de Dios, y en no mostrarle a usted su deber y en educarle para las exigencias de este tiempo; pero el descuido del ministro no lo debe descorazonar a usted y llevarle a excusarse por descuidar su deber. Hay una mayor necesidad de energía y fidelidad de parte suya.—Testimonies for the Church 5:281.MPa 123.2
Se debe ejercer mucho cuidado en la elección de los presidentes de asociación—Al Señor le ha agradado presentarme muchas cosas acerca de la vocación y la labor de nuestros ministros, especialmente de aquellos que han sido nombrados presidentes de asociación. Debe ejercerse gran cuidado en la elección de hombres que ocupen estos puestos de confianza. Debe orarse fervientemente para recibir la iluminación divina.MPa 123.3
Los que sean así designados sobreveedores de la grey deben ser hombres de buena reputación; hombres que den evidencia de no tener solamente un mero conocimiento de las Escrituras, sino una experiencia en la fe y la paciencia, a fin de que con mansedumbre instruyan a los que se oponen a la verdad. Deben ser hombres de perfecta integridad, no novicios, sino estudiantes inteligentes de la Palabra, capaces también de enseñar a otros, sacando de su tesoro cosas nuevas y viejas; hombres que en su carácter, palabras y porte, honren la causa de Cristo, enseñando la verdad y viviendo en conformidad con ella, desarrollándose hasta alcanzar la plena estatura en Cristo Jesús. Esto significa el desarrollo y fortalecimiento de toda facultad por el ejercicio, para que los obreros se califiquen para llevar mayores responsabilidades a medida que la obra crezca.—Obreros Evangélicos, 427.MPa 124.1
Los presidentes pueden llegar a ser demasiado conservadores e inflexibles en su liderazgo—Pastor M, como presidente de la Asociación___, usted ha demostrado por su administración en general que es indigno de la confianza puesta en usted. Ha demostrado ser muy conservador, y que sus ideas son muy inflexibles. No ha hecho ni la mitad de lo que podría haber hecho si hubiese tenido el verdadero espíritu de trabajo. Hubiese podido ser mucho más capaz y con más experiencia de la que tiene ahora; hubiese estado mucho más preparado para administrar exitosamente esta sagrada e importante misión, trabajo que le hubiese dado un sólido derecho a la confianza de toda nuestra gente. Pero, como los otros hermanos ministros en su asociación, usted ha fallado en avanzar con la providencia de Dios; no ha demostrado que el Espíritu Santo estuviera impresionando profundamente su corazón, para que Dios pudiera hablar a través de usted a su pueblo. Si en esta crisis usted hace algo que fortalezca la duda y la desconfianza en las iglesias de su asociación, cualquier cosa que evite que la gente se entregue de corazón a esta obra, Dios lo hará responsable. ¿Le ha dado Dios evidencia inequívoca que los hermanos de su asociación están libres de la responsabilidad de poner sus brazos alrededor de la ciudad de ____ como Cristo ha puesto sus brazos alrededor de ellos? Si usted estuviera de parte de la luz, impulsaría esta misión por medio de su fe.—Testimonies for the Church 5:370.MPa 124.2
Los presidentes de asociación, más que ningún otro ministro, deben poner el ejemplo de una vida santa—Los presidentes de asociación deben ser hombres a quienes se les pueda confiar completamente la obra de Dios. Ellos deben ser hombres íntegros, no egoístas, devotos trabajadores cristianos. Si son deficientes en estos respectos, las iglesias que están bajo su cuidado no prosperarán. Ellos, aún más que los otros ministros de Cristo, deben poner el ejemplo de una vida santa, y de una devoción altruista por la causa de Dios, para que aquellos que los tienen como ejemplo no sean descarriados. Pero en algunos casos están tratando de servir a ambos, a Dios y a Mammón. No se niegan a sí mismos; no sienten preocupación por las almas. Sus conciencias no son sensibles; cuando la causa de Dios es lastimada, no sienten un profundo dolor. En sus corazones cuestionan y dudan los Testimonios del Espíritu de Dios. Ellos mismos no llevan la cruz de Cristo; no conocen el ferviente amor de Jesús. No son pastores fieles del rebaño al cual han sido llamados a custodiar; y sus registros no son tales que se regocijarán de conocerlos en el día de Dios.—Testimonies for the Church 5:379, 380.MPa 124.3
Dios da sabiduría a los presidentes de asociación que vienen a él como niños—Presidentes de asociaciones, seréis sabios si decidís ir a Dios. Creed en él. El oirá vuestras oraciones, y vendrá en vuestra ayuda, en mucho menos tiempo del que los medios públicos de locomoción emplearían para transportar a uno, dos, tres, o cuatro hombres desde una gran distancia, a gran costo, para decidir cuestiones que el Dios de sabiduría puede resolver mucho mejor para vosotros. El ha prometido: “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente, sin reproche; y le será dada”. Si humilláis sinceramente vuestros corazones delante de él, vaciáis vuestras almas de la estima propia, elimináis los defectos naturales de vuestro carácter, vencéis vuestro propio amor a la supremacía, y vais a Dios como niños, él os concederá su Espíritu Santo. Cuando dos o tres se ponen de acuerdo con respecto a un asunto, y lo piden al Señor, en el nombre de Jesús, les será hecho.—Testimonios para los Ministros, 323, 324.MPa 125.1