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El Ministerio Pastoral

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    El servicio a la comunidad

    Cada acto de misericordia en favor de los necesitados es considerado como hecho a Jesús—La religión pura y sin mancha delante del Padre es ésta: “Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo”. Santiago 1:27. Las buenas obras son los frutos que Cristo quiere que produzcamos; palabras amables, hechos generosos, de tierna consideración por los pobres, los necesitados, los afligidos. Cuando los corazones simpatizan con otros corazones abrumados por el desánimo y el pesar, cuando la mano se abre en favor de los necesitados, cuando se viste al desnudo, cuando se da la bienvenida al extranjero para que ocupe su lugar en la casa y en el corazón, los ángeles se acercan, y un acorde parecido resuena en los Cielos. Todo acto de justicia, misericordia y benevolencia produce melodías en el Cielo. El Padre desde su trono observa a los que llevan a cabo estos actos de misericordia, y los cuenta entre sus más preciosos tesoros. “Y serán míos, dice Jehová de los ejércitos, en aquel día cuando reúna mis joyas”. Todo acto misericordioso, realizado en favor de los necesitados, y los que sufren, es considerado como si se lo hubiera hecho a Jesús.—Testimonios para la Iglesia 2:24.MPa 133.3

    Algunos ministros no pueden compadecerse de los pobres, necesitados e ignorantes—El corazón de Cristo se alegra al ver a los que son pobres en todo el sentido de la palabra; se alegra al ver a los que son mansos, a pesar de las vejaciones; se alegra por el hambre de justicia, al parecer insatisfecha, que algunos experimentan por no saber cómo cambiar. El recibe con agrado, por decirlo así, el mismísimo estado de cosas que desanimaría a muchos pastores. Reprende nuestra piedad equivocada dando la responsabilidad del trabajo en favor de los pobres y necesitados de los lugares difíciles de la tierra, a hombres y mujeres dotados de corazones capaces de compadecerse de los ignorantes y de los que andan descaminados. El Señor les enseña a estos obreros cómo relacionarse con aquellos a quienes desea ayudar. Se sentirán estimulados al ver que delante de ellos se abren puertas para entrar a lugares donde pueden realizar trabajo médico-misionero. Puesto que poseen muy poca confianza en sí mismos, le rinden toda la gloria a Dios. Puede ser que sus manos pueden ser ásperas e inexpertas, pero poseen un corazón susceptible a la piedad; los embarga el ferviente desea de hacer algo para aliviar la miseria tan abundante; y Cristo se halla presente para ayudarles. El obra a través de quienes disciernen misericordia en la miseria, y ganancia en la pérdida de todas las cosas. Cuando la luz del mundo pasa por algún lugar se descubren privilegios en todas las privaciones y aparece orden en la confusión; el éxito y la sabiduría de Dios se revelan en lo que había parecido un fracaso.—Consejos sobre la Salud, 26, 27.MPa 134.1

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