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El Ministerio Pastoral

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    La visitación a los interesados

    Ganar la confianza de la gente a través de la visitación tiene mayor influencia que la predicación—Cuando solamente hay reuniones por las noches, hay mucho tiempo que puede ser usado con gran provecho en la visitación de casa en casa, encontrando a la gente donde está. Y si los ministros de Cristo poseen las gracias del Espíritu, e imitan al gran Modelo, hallarán acceso a los corazones y ganarán almas para Cristo. Algunos ministros que tienen el último mensaje de misericordia son muy inaccesibles. No tratan de mejorar las oportunidades que tienen de ganar la confianza de los que no son creyentes con su comportamiento ejemplar, su interés genuino por el bienestar de otros, su bondad, su tolerancia, su humildad de corazón, y su cortesía respetuosa. Estos frutos del Espíritu ejercerán mayor influencia que la que puede lograrse con una predicación desde el púlpito sin el esfuerzo individual por las familias. La predicación de verdades evidentes y probadas, y los correspondientes contactos personales de casa en casa respaldando la predicación desde el púlpito, extenderán su influencia para el bien, y las almas serán convertidas a la verdad.—Testimonies for the Church 3:233.MPa 152.1

    No use el tiempo de la visitación para hablar de temas comunes—En todas sus labores, el ministro debe educar a sus oyentes desde un principio. Debe presentar las preciosas perlas de la verdad, y no limitar su trabajo sólo a sermonear, sino a ministrarle a la gente. Debe visitar a sus oyentes en sus hogares, no esperar que lo inviten, sino ir como quien es enviado por Dios. Invítese a los hogares de las personas, en humildad y mansedumbre de corazón buscando ser admitido, y entonces presénteles a un Salvador perdonador del pecador. Cuando el ministro visita los hogares de las personas, no debe usar su precioso tiempo hablando de temas comunes en la conversación, sino debe esperar la oportunidad para presentarles a su mejor Amigo. Con demasiada frecuencia los hombres y las mujeres son indiferentes y descuidados en lo que concierne a sus intereses espirituales, pero aún a esta clase de personas, una palabra a tiempo puede ser como una semilla echada en terreno fértil.—The Review and Herald, 11 de marzo de 1902.MPa 152.2

    No comencéis presentado vuestros puntos de vista peculiares con demasiada fuerza—He aquí una lección para todos nuestros ministros, colportores y obreros misioneros. Cuando os encontráis con personas que, como Natanael, tienen prejuicios contra la verdad, no presentéis con insistencia y con mucha fuerza vuestros puntos de vista peculiares. Hablad con ellos al principio de temas acerca de los cuales tenéis unanimidad. Arrodillaos con ellos en oración, y con fe humilde presentad vuestras peticiones ante el trono de la gracia. Tanto vosotros como ellos alcanzaréis una relación aún más estrecha con el cielo, el prejuicio se debilitará y será más fácil alcanzar el corazón.—El Evangelismo, 327.MPa 153.1

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