Falsa humildad
Había algunos que profesaban profunda humildad, y abogaban por el arrastrarse en el suelo como los chiquillos en prueba de su humildad. Aseveraban que las palabras de Cristo en (Mateo 18:1-6) debían tener literal cumplimiento en este período en que esperaban la vuelta de su Salvador. Acostumbraban a arrastrarse alrededor de sus casas, en las calles, en los puentes y hasta en la misma iglesia.1TS 72.4
Les dije claramente que no se nos pedía esto, que la humildad que Dios esperaba de su pueblo había de manifestarse en una vida semejante a la de Cristo y no arrastrándose por el suelo. Todas las cosas espirituales se han de tratar con sagrada dignidad. La humildad y la mansedumbre están de acuerdo con la conducta de Cristo, pero han de manifestarse de una manera digna.1TS 73.1
El creyente denota verdadera humildad siendo afable como Cristo, estando siempre dispuesto a ayudar al prójimo, pronunciando palabras cariñosas y haciendo obras de altruísmo que elevan y ennoblecen el más sagrado mensaje dirigido a nuestro mundo.1TS 73.2