Congresos de Kansas
Acompañada por mi hija Emma, salí de Battle Creek el 23 de octubre para el congreso de Kansas. En Topeka, estado de Kansas, dejamos el tren, y subiendo a carruajes particulares recorrimos veinte kilómetros hasta llegar a Richland, el lugar de reunión. Encontramos el grupo de tiendas en un huerto. Ya era avanzada la estación para celebrar congresos y se hicieron todos los preparativos posibles para preservarse contra el frío. Había diecisiete tiendas en el terreno, además del pabellón grande, que acomodaba a varias familias, y cada tienda tenía su estufa.3TS 302.2
El sábado de mañana empezó a nevar, pero no se suspendió ni una sola reunión. Cayeron unos dos centímetros y medio de nieve y el aire era muy frío. Las mujeres que tenían niños pequeños se agrupaban en derredor de las estufas. Era conmovedor ver a ciento cincuenta personas congregadas para una reunión en tales circunstancias. Algunos habían venido desde trescientos kilómetros en sus coches. Todos parecían tener hambre del pan de vida y sed del agua de salvación.3TS 302.3
El pastor Haskell habló el viernes de tarde y de noche. El sábado de mañana me sentí llamada a pronunciar palabras alentadoras a los que habían hecho un esfuerzo tan grande para asistir a la reunión. El domingo de tarde asistió un buen número de personas que no eran adventistas, si se considera que la reunión se realizaba en un lugar tan alejado de las vías de comunicación.3TS 303.1
El lunes de mañana hablé a los hermanos basándome en el tercer capítulo de Malaquías. Luego invitamos a los que querían ser cristianos y no habían tenido evidencias de haber sido aceptados por Dios que se adelantaran. Respondieron como treinta personas. Algunas estaban buscando al Señor por primera vez, y algunas eran miembros de otras iglesias que se decidían por el sábado. Dimos a todos oportunidad de hablar, y el libre Espíritu del Señor estuvo en nuestra reunión. Después que se hubo elevado una oración por los que se habían adelantado, fueron examinados los candidatos al bautismo. Seis fueron bautizados.3TS 303.2
El martes de mañana terminó el congreso, y con mi hija Emma, el pastor Haskell y el Hno. Stover, fuimos a Topeka, y tomamos el tren para Sherman, estado de Kansas, donde se había convocado otro congreso. Esta reunión fué interesante y provechosa. Parecía pequeña en comparación con nuestros congresos en otros estados, puesto que había tan sólo unos cien hermanos y hermanas presentes. Debía ser una reunión general de los hermanos dispersos. Había algunos que habían venido del sur del estado de Kansas, y de los estados de Arkansas, de Kentucky, como también de las regiones de Misurí, Nebraska y Tennessee. En esta reunión mi esposo se reunió conmigo, y de allí, con el pastor Haskell y nuestra hija fuimos a Dallas, estado de Tejas.3TS 303.3