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Testimonios Selectos Tomo 4

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    El sábado en el hogar

    Antes de la puesta del sol, congréguense los miembros de la familia para leer la Palabra de Dios, y para cantar y orar. Se necesita una reforma en esto, porque muchos han sido remisos. Necesitamos confesarnos a Dios y unos a otros. Debemos empezar de nuevo a hacer arreglos especiales para que cada miembro de la familia sea preparado para honrar el día que Dios ha bendecido y santificado.4TS 376.4

    No se malgasten en cama las preciosas horas del sábado. El sábado de mañana, la familia debe levantarse temprano. Si se levantan tarde, hay confusión y apresuramiento en los preparativos para el desayuno y la escuela sabática. Hay apresuramiento, fricción e impaciencia. Así entran en el hogar sentimientos profanos. El sábado, así profanado, produce cansancio, y en vez de amarse su venida se la teme.4TS 376.5

    No debemos proveer para el sábado una cantidad o variedad mayor de alimentos que para los otros días. En vez de esto, los alimentos deben ser más sencillos, y debe comerse menos, a fin de que la mente esté clara y vigorosa para comprender las cosas espirituales. El comer demasiado anubla la mente. Se pueden oír las palabras más preciosas sin apreciarlas, debido a que la mente está turbada por un régimen impropio. Comiendo demasiado el sábado, muchos han deshonrado a Dios más de lo que piensan.4TS 377.1

    Aunque debe evitarse el cocinar en sábado, no es necesario comer alimentos fríos. En tiempo frío, caliéntese el alimento preparado el día antes. Y sean las comidas, aunque sencillas, atrayentes y sabrosas. Provéase algo que sea considerado como un plato especial, algo que la familia no tiene cada día.4TS 377.2

    Tomen parte los niños en el culto de familia. Traigan todos sus Biblias, y lea cada uno de ellos uno o dos versículos. Luego cántese algún himno familiar, seguido de oración. Para ésta, Cristo ha dejado un modelo. El Padrenuestro no fué destinado a ser repetido simplemente como una fórmula, sino que es una ilustración de lo que deben ser nuestras oraciones: sencillas, fervientes y abarcantes. En una simple petición, decid al Señor vuestras necesidades, y expresad gratitud por su misericordia. Así invitáis a Jesús como vuestro huésped bienvenido en el hogar y el corazón. En la familia, las largas oraciones acerca de objetos remotos, no están en su lugar. Hacen cansadora la hora de la oración, cuando debiera ser considerada como un privilegio y una bendición. Haced de este momento un momento de interés y gozo.4TS 377.3

    La escuela sabática y la reunión del culto ocupan sólo una parte del sábado. La parte que queda para la familia puede ser hecha la más sagrada y preciosa de todas las horas del sábado. Mucho de este tiempo deben pasarlo los padres con sus hijos. En muchas familias los niños menores son dejados a sí mismos, para que hallen diversión lo mejor que puedan. Dejados solos, los niños se vuelven pronto inquietos, y empiezan a jugar y se dedican a hacer perjuicio. Así el sábado no tiene para ellos significado sagrado. En el tiempo agradable, paseen los padres con sus hijos por los campos y huertos. En medio de las cosas hermosas de la naturaleza, háblenles de la razón de la institución del sábado. Descríbanles la gran obra creadora de Dios. Díganles que cuando la tierra salió de su mano era santa y hermosa. Cada flor, cada arbusto, cada árbol, respondía al propósito de su creador. Todo aquello sobre lo cual el ojo descansaba era hermoso, y llenaba la mente de pensamientos sobre el amor de Dios. Todo sonido era música en armonía con la voz de Dios. Mostradles que fué el pecado lo que mancilló la obra perfecta de Dios; que las espinas y los cardos, la tristeza y el pesar y la muerte, son todos resultados de la desobediencia a Dios. Invitadlos a ver cómo la tierra, aunque mancillada por la maldición del pecado, sigue revelando la bondad de Dios. Los campos verdes, los altos árboles, la alegre luz del sol, las nubes, el rocío, la quietud solemne de la noche, la gloria del cielo estrellado, y la luna en su belleza, todo da testimonio del Creador. No cae una gota de lluvia, ni se derrama un rayo de sol sobre nuestro mundo desagradecido, que no testifique de la tolerancia y del amor de Dios.4TS 378.1

    Habladles del camino de la salvación; de cómo “amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”14Juan 3:16. Repítase la dulce historia de Belén. Preséntese a Jesús a los niños, como niño obediente a sus padres, como joven fiel y laborioso, que ayudaba a sostener la familia. Así podéis enseñarles que el Salvador conoce las pruebas, perplejidades y tentaciones, las esperanzas y los goces de los jóvenes, y que puede simpatizar con ellos y ayudarles. De vez en cuando, leedles las interesantes historias de la Biblia. Interrogadles acerca de lo que han aprendido en la escuela sabática, y estudiad con ellos la lección del próximo sábado.4TS 378.2

    Al bajar el sol, señalen la voz de la oración y el himno de alabanza el fin de las horas sagradas, e invitad a Dios a acompañaros con su presencia en los cuidados de la semana de trabajos.4TS 379.1

    Así los padres pueden hacer del sábado el día más gozoso de la semana. Pueden inducir a sus hijos a considerarlo como una delicia, el día de todos los días, santo de Jehová, honorable.4TS 379.2

    Os aconsejo, hermanos y hermanas: “Acordarte has del día del reposo, para santificarlo.” Si queréis que vuestros hijos observen el sábado según el mandamiento, debéis enseñarles tanto por los preceptos como por el ejemplo. Nunca se borra completamente la verdad grabada profundamente en el corazón. Puede obscurecerse, pero nunca obliterarse. Las impresiones hechas en la primera parte de la vida se verán en los años ulteriores. Pueden ocurrir circunstancias que separen a los hijos de los padres y de su hogar, pero mientras vivan, la instrucción dada en la infancia y la juventud será una bendición.4TS 379.3

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