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Mensajes Selectos Tomo 2

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    47—Preparación para la crisis final*Discurso Presentado por Elena G. de White en el Congreso de la Asociación General de 1891.

    Hermanos y hermanas, os insto a que, como adventistas seáis todo lo que este nombre significa. Existe el peligro de alejarse del espíritu del mensaje...2MS 421.1

    El pueblo de Dios no debe guiarse por las opiniones y las prácticas del mundo. Oíd lo que el Salvador dijo a sus discípulos: “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros”. Juan 14:16, 17. “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él”. 1 Juan 3:1.2MS 421.2

    La Palabra de Dios declara llanamente que el mundo escarnecerá y pisoteará su ley, y que habrá un extraordinario dominio de la iniquidad. El mundo protestante profeso establecerá una confederación con el hombre de pecado, y como resultado la iglesia y el mundo estarán en una armonía corrupta.2MS 421.3

    La gran crisis está sobreviniendo sobre el mundo. Las Escrituras enseñan que el papado reconquistará su perdida supremacía, y que volverán a encenderse los fuegos de la persecución mediante las concesiones contemporizadoras del así llamado mundo protestante. En este tiempo de peligro podremos resistir únicamente en la medida en que tengamos la verdad y el poder de Dios. Los hombres pueden conocer la verdad sólo siendo participantes de la naturaleza divina. Ahora necesitamos una sabiduría más que humana al leer e investigar las Escrituras; y si acudimos a la Palabra de Dios con humildad de corazón, él levantará un estandarte para protegernos del medio ambiente licencioso.2MS 421.4

    Es difícil mantener firmes hasta el fin los rudimentos de nuestra confianza; y la dificultad aumenta cuando existen influencias ocultas que trabajan constantemente para introducir otro espíritu, un elemento contrarrestante, que obra en favor del bando de Satanás. En ausencia de la persecución se han introducido en nuestras filas algunos que tienen una firmeza aparente y cuyo cristianismo parece incuestionable, pero que se apartarían de nosotros si surgiera la persecución. En la crisis, prestarán atención a razonamientos aparentemente plausibles que han influido en sus mentes. Satanás ha preparado diversas trampas para hacer frente a las distintas clases de mentes. Cuando se invalide la ley de Dios la iglesia será zarandeada por pruebas terribles, y una proporción más elevada de la que ahora anticipamos, prestará atención a espíritus seductores y a doctrinas de demonios. En lugar de ser fortalecidos cuando son puestos en dificultades, muchos demostrarán que no son sarmientos vivientes de la Vid verdadera; no llevaron frutos y el viñador los separó.2MS 422.1

    Los que obedecen sinceramente no caerán

    Pero cuando el mundo invalide la ley de Dios, ¿cuál será el efecto sobre los que son genuinamente obedientes y rectos? ¿Serán arrastrados por la fuerte corriente del mal? Debido a que tantos se alistan bajo el estandarte del príncipe de las tinieblas, ¿se desviará de su fidelidad el pueblo que guarda los mandamientos de Dios? ¡Nunca! Ninguno que permanezca en Cristo fallará o caerá. Sus seguidores obedecerán a una autoridad más elevada que la de cualquier potentado terrenal. Mientras el desprecio que se coloca sobre los mandamientos de Dios induce a muchos a suprimir la verdad y a mostrar menos reverencia por ella, los que son fieles mantendrán en alto con todo fervor las verdades distintivas. No se nos abandona a nuestra propia dirección. Deberíamos reconocer a Dios en todos nuestros caminos, y él dirigirá nuestra senda. Deberíamos consultar su Palabra con humildad de corazón, deberíamos pedir consejos y someter nuestra voluntad a la suya. No podemos hacer nada sin Dios.2MS 422.2

    Existe la razón más elevada para que apreciemos y defendamos el verdadero día de reposo, porque es la señal que distingue del mundo al pueblo de Dios. El mandamiento que el mundo invalida es el que, por esa misma razón, el pueblo de Dios deberá honrar en gran manera. Se llama a los fieles Calebs en un momento cuando los incrédulos desprecian la Palabra de Dios. Entonces es cuando han de permanecer firmes en el puesto del deber, sin ostentación y sin vacilar a causa de los vituperios. Los espías incrédulos estaban listos para destruir a Caleb. Este vio las piedras en las manos de los que habían llevado un informe falso, pero no se atemorizó; tenía un mensaje y lo daría. Aquellos que hoy son fieles a Dios manifestarán ese mismo espíritu.2MS 423.1

    El salmista dice: “Tiempo es de actuar, oh Jehová, porque han invalidado tu ley. Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro”. Salmos 119:126, 127. Cuando los hombres se acercan bien a Jesús, cuando Cristo mora en sus corazones mediante la fe, entonces su amor a los mandamientos de Dios se fortalece en proporción al desprecio que el mundo amontone sobre sus preceptos santos. Ahora es cuando el verdadero día de reposo debe ser presentado ante la gente mediante la pluma y la voz. Cuando el cuarto mandamiento y los que lo observan son ignorados y despreciados, los fieles piensan que no es el momento de ocultar su fe sino de exaltar la ley de Jehová desplegando el estandarte en el que están inscritos el mensaje del tercer ángel, los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.2MS 423.2

    No se haga concesión alguna al ministerio de iniquidad

    Los que poseen la verdad como ha sido revelada por Jesús no deben aprobar ni aun con su silencio la obra del ministerio de iniquidad. Que nunca dejen de hacer resonar la nota de alarma. Que la educación y la instrucción de los miembros de nuestras iglesias sean de tal naturaleza que los niños y los jóvenes comprendan que no han de hacerse concesiones a este poder, el hombre de pecado. Enseñadles que aunque vendrá el tiempo cuando podremos llevar a cabo la lucha únicamente arriesgando nuestros bienes y nuestra voluntad, sin embargo hay que hacer frente al conflicto con el espíritu y la humildad de Cristo; hay que mantener y defender la verdad que ha sido revelada por Jesús. Las riquezas, el honor, la comodidad y el hogar—y todo lo demás—deben recibir una consideración secundaria. No hay que ocultar la verdad, no hay que negarla ni disfrazarla, sino que hay que reconocerla plenamente y proclamarla con osadía.2MS 424.1

    El Señor tiene centinelas fieles en la muralla de Sion para que griten en alta voz, para que alcen su voz como el sonido de una trompeta y muestren a su pueblo su transgresión y a la casa de Jacob su pecado. El Señor ha permitido que el enemigo de la verdad haga un esfuerzo decidido contra el sábado del cuarto mandamiento. Por este medio se propone despertar un interés definido en ese asunto que constituye una prueba para los días finales. Esto abrirá el camino para que el mensaje del tercer ángel sea proclamado con poder.2MS 424.2

    Que ninguno que cree en la verdad permanezca silencioso ahora. Ninguno debería ser descuidado ahora; que todos presenten sus peticiones ante el trono de la gracia y reclamen para sí esta promesa: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré”. Juan 14:13. Vivimos en un tiempo peligroso. Si este país que se jacta de su libertad se está preparando para abandonar cada principio que forma parte de su Constitución, dando decretos para suprimir la libertad religiosa y para poner en vigencia la falsedad y el engaño papal, entonces el pueblo de Dios necesita ofrecer con fe sus peticiones al Altísimo. Las promesas de Dios proporcionan ánimo a los que confían en él. Las perspectivas de ser confrontados con el peligro y dificultades personales no necesitan desanimarnos, sino que deberían avivar el vigor y las esperanzas del pueblo de Dios, porque el tiempo de peligro constituye la oportunidad de Dios para proporcionar una clara manifestación de su poder.2MS 425.1

    No debemos sentarnos para esperar tranquilamente la opresión y la tribulación, y cruzarnos de brazos sin hacer nada para impedir el mal. Que nuestros ruegos unidos asciendan al cielo. Orad y trabajad; trabajad y orad. Pero que ninguno obre impremeditadamente. Aprended como nunca antes que debéis ser humildes y mansos de corazón. No debéis formular una ardiente acusación contra ninguno, ya se trate de individuos o de iglesias. Aprended a tratar con las mentes así como Cristo lo hizo. A veces hay que hablar en forma dura, pero aseguraos que el Espíritu Santo de Dios mora en vuestro corazón antes de pronunciar la verdad cortante; después de eso dejad que se abra paso cortando. No sois vosotros los que debéis cortar.2MS 425.2

    No hay que unirse con el mundo

    No debe haber ninguna clase de contemporización con los que invalidan la ley de Dios. No es seguro confiar en ellos como consejeros. Nuestro testimonio no debe ser menos decidido que antes; no debemos velar nuestra posición real a fin de agradar a los grandes hombres del mundo. Pueden desear que nos unamos a ellos y que aceptemos sus planes, y pueden realizar propuestas concernientes a nuestra conducta que podrían proporcionar al enemigo una ventaja sobre nosotros. “No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo”. Isaías 8:12. Si bien es cierto que no deberíamos buscar la polémica, y no deberíamos ofender innecesariamente, debemos presentar la verdad con claridad y decisión, y permanecer firmes en lo que Dios nos ha enseñado en su Palabra. No tenéis que mirar hacia el mundo a fin de saber lo que debéis escribir y publicar o lo que debéis hablar. Que todas vuestras palabras y acciones testifiquen: “Porque no fuimos seguidores alucinados de fábulas ingeniosas”. 2 Pedro 1:16 (VM). “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”. 2 Pedro 1:19.2MS 425.3

    El apóstol Pablo nos dice: “Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación”. 1 Corintios 1:21. En esto consistía la realización del plan de Dios para la convicción y conversión de los hombres, quienes se sienten tentados constantemente a magnificar sus propios poderes. El Señor iba a poner en claro si los hombres, mediante su propia sabiduría finita, pueden adquirir un conocimiento de la verdad, si pueden conocer a Dios, su Creador. Cuando Cristo vino a nuestro mundo, el experimento había sido llevado a cabo plenamente, y demostró que la jactanciosa sabiduría de los hombres era sólo necedad. La sabiduría finita fue absolutamente incapaz de alcanzar las conclusiones correctas con respecto a Dios, y por lo tanto el hombre fue enteramente incompetente para juzgar en lo que atañe a su ley. El Señor ha permitido que las cosas lleguen a una crisis en nuestros días, en lo que se refiere a la exaltación del error por encima de la verdad, para que él, el Dios de Israel, pudiese obrar poderosamente para una mayor exaltación de su verdad en la misma proporción en que el error es ensalzado.2MS 426.1

    El Señor, con sus ojos puestos en la iglesia, ha permitido una vez tras otra que las cosas lleguen a un punto crítico con el fin de que su pueblo, en su necesidad extrema, busque únicamente su ayuda. Sus oraciones, su fe, juntamente con su firme propósito de ser fieles, han requerido la intervención de Dios, y él ha cumplido su promesa: “Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí”. Isaías 58:9. Su brazo poderoso se ha extendido para librar a su pueblo. Dios reserva su intervención misericordiosa para el tiempo cuando sus hijos se encuentren en necesidad extrema; con eso logra que su liberación sea más notable y sus victorias más gloriosas. Cuando fracasa toda sabiduría humana, se reconoce con más claridad la intervención del Señor, y él recibe la gloria que le pertenece. Hasta los enemigos de nuestra fe, los perseguidores, perciben que Dios obra para librar a su pueblo del cautiverio.2MS 427.1

    Oración, fe y confianza en Dios

    Lo que necesitamos en este tiempo de peligro son oraciones fervorosas mezcladas con una fe intensa, y confianza en Dios cuando Satanás arroja sus sombras sobre el pueblo de Dios. Todos deben recordar que Dios se complace en escuchar las súplicas de su pueblo, porque la iniquidad prevaleciente exige oraciones más fervorosas, y Dios ha prometido que vengará a sus elegidos que claman a él día y noche, aun cuando él sea paciente con los impíos.2MS 427.2

    Los hombres se sienten inclinados a abusar de la paciencia de Dios y a aprovecharse de su clemencia. Pero hay un momento en la iniquidad humana cuando es necesario que Dios intervenga; y las consecuencias de esto son terribles. “Jehová es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente al culpable”. Nahúm 1:3. El paciente Dios es admirable, porque restringe sus propios atributos; sin embargo, no por eso el castigo es menos seguro. Cada siglo de libertinaje ha acumulado ira para el día de la ira, y cuando llegue el tiempo, y la iniquidad esté completa, entonces Dios realizará su obra extraña. Se encontrará que es una cosa terrible haber agotado la paciencia divina, porque la ira de Dios se derramará en forma tan marcada e intensa que se la presenta como una ira que no está atemperada por la misericordia; y hasta la tierra misma quedará arrasada. En el tiempo cuando la apostasía sea nacional, cuando los dirigentes del país, obrando de acuerdo con el plan de acción satánico, se alisten junto al hombre de pecado, entonces se colmará la medida de la culpa; la apostasía nacional es la señal para que ocurra la ruina nacional.2MS 427.3

    Dios ha puesto a su pueblo en la brecha para reparar la muralla, para elevar el fundamento de muchas generaciones. Las inteligencias celestiales, los ángeles superiores en fortaleza, están esperando, obedientes a sus órdenes, para unirse con los instrumentos humanos, y el Señor intervendrá cuando las cosas hayan alcanzado un estado tal que únicamente el poder divino sea capaz de contrarrestar la obra de los instrumentos satánicos. Cuando su pueblo corra el mayor peligro, cuando al parecer sea incapaz de resistir contra el poder de Satanás, entonces Dios obrará en su favor. La necesidad extrema del hombre constituye la oportunidad de Dios.2MS 428.1

    Ahora es el momento cuando los que son leales y fieles deben levantarse y brillar, porque la gloria del Señor ha surgido sobre ellos. Ahora no es el momento de ocultar nuestros colores; no es el tiempo de convertirse en traidores en medio de la intensidad de la batalla; no es el tiempo de deponer las armas de combate. Los atalayas que están en las murallas de Sion deben estar bien despiertos.2MS 428.2

    Estoy muy agradecida porque en esta oportunidad podemos apartar nuestras mentes de las dificultades que nos rodean y de la opresión que sobrecogerá al pueblo de Dios, para contemplar la luz y el poder celestiales. Si nos colocamos del lado de Dios, de Cristo y de las inteligencias celestiales, quedaremos cubiertos por el amplio escudo de la omnipotencia; el poderoso Dios de Israel es nuestro ayudador; por lo tanto no necesitamos temer. Los que tocan al pueblo de Dios, tocan la pupila de su ojo...2MS 429.1

    Hermanos, ¿llevaréis el espíritu de Cristo con vosotros al regresar a vuestros hogares y a vuestras iglesias? ¿Suprimiréis la incredulidad y la crítica? Estamos llegando a un tiempo cuando como nunca antes tendremos que unirnos y trabajar conjuntamente. En la unión está la fuerza. En la discordia y la desunión hay tan sólo debilidad. Dios nunca tuvo la intención de que un solo hombre, o cuatro, o veinte, tomasen en sus manos una obra importante y la hiciesen avanzar independientemente de los demás obreros que trabajan en la causa. Dios quiere que su pueblo se consulte mutuamente, que constituya una iglesia unida, y que forme un todo perfecto en Cristo. Nuestra única seguridad radica en que sigamos los consejos del cielo, en que procuremos hacer siempre la voluntad de Dios y en que seamos obreros juntamente con él. Ningún grupo de personas debe confederarse y decir: “Vamos a encargarnos de esta obra para llevarla a cabo según nuestros propios métodos; y si no se hace como nosotros queremos, no la apoyaremos con nuestra influencia a fin de que no se realice”. Esta es la voz de Satanás y no la de Dios. No obedezcáis tales sugestiones.2MS 429.2

    Lo que nos falta es el espíritu de Jesús. Cuando lo tengamos nos amaremos unos a otros. Estas son las credenciales que debemos llevar: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. Juan 13:35...2MS 429.3

    ¡uníos! ¡uníos!

    Suponed que procuremos diariamente tener nuestros corazones unidos por los vínculos del amor cristiano. “Pero tengo contra ti—dice el Testigo Fiel—, que has dejado tu primer amor”. Apocalipsis 2:4. Y luego añade: “Arrepiéntete ..., pues si no, vendré pronto a ti y quitaré tu candelero de su lugar”. Apocalipsis 2:5. ¿Por qué? Porque en nuestra separación mutua estamos separados de Cristo. Nos falta unirnos. Cuántas veces, cuando me ha parecido estar en la presencia de Dios y los santos ángeles, he oído la voz del ángel que decía: “Uníos, uníos, uníos, uníos. No dejéis que Satanás arroje su sombra infernal entre los hermanos. Uníos; en la unidad está la fuerza”.2MS 430.1

    Os repito este mensaje. Al ir a vuestros hogares, hacedlo decididos a uniros; buscad a Dios de todo corazón, y lo encontraréis, y el amor de Cristo que sobrepasa todo entendimiento, inundará vuestros corazones y vuestras vidas.—General Conference Daily Bulletin [Boletín Diario de la Asociación General], 13 de abril de 1891.2MS 430.2

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