Informe de la entrevista
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La experiencia registrada en Hechos 2 se repite—3MS 416.1
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Un supuesto idioma extranjero— 3MS 416.3
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Se reclama la posesión del don de profecía—3MS 417.3
La experiencia del congreso campestre—3MS 417.4
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Elena G. de White: Ignoro que tenga alguna cosa especial que pueda decir. Hay algunas cosas que ocurrirán justamente al final de la historia de esta tierra, según lo que me ha sido presentado, similares a algunas de las cosas que Ud. ha expuesto; pero no puedo decir nada sobre estos puntos por ahora.3MS 418.7
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Elena G. de White: ¿Qué lugar es ése del cual Ud. habla, donde ocurrió el canto?3MS 419.3
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Elena de White: ¿Nuestro pueblo, el pueblo que guarda el sábado?3MS 419.5
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Echando fuera demonios— 3MS 419.11
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“Durante la noche del primer sábado de la reunión de Newcastle, yo parecía estar en la reunión, presentando la necesidad y la importancia de que recibamos el Espíritu. Esta era la preocupación de mi labor: la apertura de nuestros corazones al Espíritu Santo”.3MS 421.1
[La taquígrafa no tomó ninguna nota acerca del lugar exacto donde el Hno. Mackin comenzó a leer este artículo, y dónde dejó de leer; pero por lo menos fue leída una porción considerable del mismo.]3MS 421.2
¿Cuál es la evidencia?—3MS 421.3
Elena G. de White: En lo futuro tendremos muestras especiales de la influencia del Espíritu de Dios, especialmente en ocasiones cuando nuestros enemigos sean más poderosos contra nosotros. Vendrá el tiempo cuando veremos algunas cosas extrañas; pero precisamente de qué manera—si similares a algunas de las experiencias de los discípulos después de recibir el Espíritu Santo después de la ascensión de Cristo—, no puedo decirlo.3MS 421.4
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W. C. White: Uds. probablemente pasarán aquí unos pocos días, ¿no es así?3MS 422.2
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Elena de White vuelve a relatar las primeras experiencias—La Hna. White entonces comenzó a hablar, y continuó durante una media hora. Relató un incidente tras otro relacionado con sus primeras labores poco después que pasó la fecha de 1844. Sus experiencias con formas desacostumbradas de error en aquellos días, la indujeron años más tarde a sentir temor de cualquier manifestación que tuviera sabor a espíritu de fanatismo.3MS 422.6
Mientras la Hna. White continuaba, contó de algunas personas que hacían extraños movimientos con el cuerpo, y de otros que eran gobernados mayormente por sus propias impresiones. Algunos pensaban que era malo trabajar. Otros aun creían que los justos muertos habían resucitado para vida eterna. Unos pocos trataban de cultivar un espíritu de humildad arrastrándose sobre el suelo como niñitos. Algunos danzaban y cantaban “Gloria, gloria, gloria, gloria”, en forma repetida. A veces una persona solía saltar reiteradamente sobre el piso, con las manos levantadas, alabando a Dios; y esto seguía haciéndose por una media hora seguida.3MS 423.1
Entre los que tomaban parte en estas formas extraordinarias de fanatismo, se hallaban algunos que una vez habían sido fieles, hermanos y hermanas temerosos de Dios. Las contorsiones extrañas del cuerpo y la mente eran ejecutadas hasta un grado tal, que en unos pocos lugares los representantes de la ley se veían obligados a contenerlos llevándolos a la cárcel. En esta forma la causa de Dios caía en desprestigio, y se requerían años para deshacer la influencia que tales exhibiciones de fanatismo tenían sobre el público en general.3MS 423.2
La Hna. White contó además cómo ella era llamada repetidamente a hacer frente en forma directa, a este fanatismo y a reprenderlo severamente en el nombre del Señor. Destacó el hecho de que nosotros tenemos una gran obra que hacer en el mundo, que nuestra fuerza ante la gente descansa en el poder que acompaña a una clara presentación de la Palabra del Dios vivo. La ley de Jehová debe ser exaltada y hecha honorable, y los diversos rasgos del mensaje del tercer ángel deben ser claramente presentados ante el pueblo para que todos tengan la oportunidad de escuchar la verdad para este tiempo y decidir si obedecen a Dios antes que a los hombres.3MS 423.3
Si como iglesia diéramos lugar a alguna forma de fanatismo, las mentes de los no creyentes se desviarían de la Palabra viva a las acciones de los hombres mortales, y aparecería más de lo humano que de lo divino. Además, muchos se disgustarían por aquello que para sus mentes sería antinatural y próximo al fanatismo. La proclamación del mensaje para este tiempo resultaría así tristemente obstaculizada. El Espíritu Santo obra de una manera que se recomienda a sí mismo ante el buen juicio de la gente.3MS 424.1
Una propuesta interesante—En medio del relato que la Hna. White hacía de sus primeras experiencias con el fanatismo, el Hno. Mackin hizo la siguiente propuesta:3MS 424.2
R. Mackin: Si tuviéramos ahora el espíritu de oración, y este poder viniera sobre mi esposa, ¿podría Ud. discernir si esto es del Señor o no?3MS 424.3
Elena de White: Yo no podría decirle nada al respecto. Pero le estoy contando estos incidentes para que Ud. sepa las cosas por las cuales hemos pasado. Hemos tratado de eliminar de la iglesia este mal en toda forma posible. Hemos declarado en nombre del Señor Dios de Israel, que Dios no obra mediante sus hijos de tal forma que traiga desprestigio a la verdad, y que fomente innecesariamente profundo prejuicio y amarga oposición. En nuestra obra debemos seguir un camino directo y tratar de alcanzar a la gente donde está.3MS 424.4
Reprendiendo al fanatismo—R. Mackin: Yo recuerdo haber leído mucho en Testimonies for the Church, t. 1, acerca de su experiencia en reprender el fanatismo, y acerca de la causa [obra] en el este, cuando trataron de fijar el tiempo, en 1855, me parece.3MS 424.5
Elena de White: Algunos danzaban saltando y cantando: “Gloria, gloria, gloria, gloria, gloria”. A veces yo quedaba sentada en silencio hasta que habían terminado, y entonces me levantaba y decía: “Esta no es la forma en que obra el Señor. El no hace impresiones de esta manera. Debemos dirigir la mente de la gente a la Palabra como fundamento de nuestra fe”.3MS 424.6
Yo era sólo una niña en ese tiempo; y sin embargo tenía que presentar mi testimonio repetidamente contra estas formas extrañas. Y desde ese tiempo he tratado de ser sumamente cuidadosa para que nada de esta especie se produzca de nuevo entre nuestro pueblo. Cualquier manifestación de fanatismo aparta la mente de la evidencia de la verdad: la Palabra misma.3MS 425.1
Ud. puede seguir una conducta consecuente, pero los que sean influenciados por Ud. pueden seguir una conducta muy inconsecuente, y como resultado tendríamos bien pronto nuestras manos llenas de algo que haría casi imposible dar a los no creyentes la debida impresión de nuestro mensaje y nuestra obra. Debemos ir a la gente con la sólida Palabra de Dios; y cuando ellos reciban esa Palabra, el Espíritu Santo puede venir; pero siempre viene, como lo dije antes, en una forma que se recomienda a sí mismo al juicio de la gente. En nuestra forma de hablar, de cantar, y en todos nuestros ejercicios espirituales, debemos revelar esa calma, dignidad y piadoso temor que mueve a todo verdadero hijo de Dios.3MS 425.2
Peligros que amenazan ahora—Hay constante peligro de permitir que algo llegue a nuestro medio y que lo consideremos como la obra del Espíritu Santo, pero que en realidad sea el fruto de un espíritu de fanatismo. Mientras permitamos al enemigo de la verdad que nos induzca a un método equivocado, no podremos esperar que alcanzaremos a los honestos de corazón con el mensaje del tercer ángel. Debemos ser santificados por medio de la obediencia a la verdad.3MS 425.3
Tengo miedo de cualquier cosa que tenga la tendencia de desviar la mente de las sólidas evidencias de la verdad como ésta se revela en la Palabra de Dios. Lo temo; lo temo. Debemos colocar nuestras mentes dentro de los límites de la razón, para que el enemigo no entre de tal manera que introduzca el desorden en todas las cosas. Hay personas de temperamento excitable que son conducidas fácilmente al fanatismo; y si permitiéramos que entre en nuestras iglesias cualquier cosa que conduzca a tales personas al error, pronto veríamos estos errores llevados a grandes extremos; y entonces, debido a la conducta de estos elementos desordenados, descansaría una afrenta sobre todo el cuerpo de los adventistas del séptimo día.3MS 425.4
He estado estudiando cómo dar a publicidad de nuevo por la prensa, algunas de estas primeras experiencias, de manera que un mayor número de nuestro pueblo esté informado; porque por mucho tiempo he sabido que el fanatismo se manifestará de nuevo en diferentes formas. Debemos fortalecer nuestra posición extendiéndonos en la Palabra, y evitando todas las rarezas y extrañas genuflexiones que algunos captarían muy pronto y practicarían. Si permitiéramos que la confusión entrara en nuestras filas, no podríamos organizar nuestra obra como debiéramos. Estamos tratando de unirla y organizarla ahora de la mejor forma posible.3MS 426.1
Pensé que debía relatarle estas cosas a Ud.3MS 426.2
R. Mackin: Bueno, lo que Ud. ha declarado no corresponde con nuestra experiencia. Nosotros hemos sido muy cuidadosos en este asunto, y hallamos que la experiencia por la cual pasamos, y que hemos tratado esta mañana de bosquejar brevemente para su conocimiento, cuadra exactamente con la experiencia de los siervos de Dios de antaño como se da en la Palabra.3MS 426.3
Elena G. de White: Durante los años del ministerio de Cristo sobre la tierra, mujeres piadosas ayudaron en la obra que el Salvador y sus discípulos hacían. Si los que se oponían a esta obra pudieran haber encontrado alguna cosa fuera del orden regular en la conducta de estas mujeres, ello habría cancelado la obra en el acto. Pero aunque las mujeres estaban trabajando con Cristo y los apóstoles, toda la obra era conducida sobre un plano tan elevado como para estar por encima de las sombras de la sospecha. No podía encontrarse ninguna ocasión para hacer una acusación. Las mentes de todos estaban dirigidas a las Escrituras más bien que a los individuos. La verdad era proclamada inteligentemente, y en forma tan sencilla que todos podían entenderla.3MS 426.4
Yo estoy temerosa de que cualquier cosa de naturaleza fanática sea introducida entre nuestro pueblo. Hay muchos, muchos, que deben ser santificados; pero deben ser santificados por medio de la obediencia al mensaje de verdad. Justamente hoy estoy escribiendo sobre este asunto. En este mensaje hay una hermosa consistencia que apela al juicio. No podemos permitir que elementos excitables entre nosotros se exhiban a sí mismos de una manera tal que destruyan nuestra influencia sobre los que queremos alcanzar con la verdad. Nos tomó años corregir las impresiones desfavorables que los no creyentes recibieron de los adventistas al conocer la forma extraña y malvada de obrar de elementos fanáticos que teníamos en nuestro medio durante los primeros años de nuestra existencia como pueblo separado.3MS 427.1
Estad en guardia—R. Mackin: Ahora bien, esto que nos está dando ¿sería considerado como un testimonio dado por la inspiración del Espíritu, o es simplemente un consejo relacionado con su experiencia?3MS 427.2
Elena de White: Estoy dándoles algo de historia.3MS 427.3
R. Mackin: Pero Ud. no dice que eso se aplica a nuestro caso ahora, hasta que no tenga mayor luz sobre ello, ¿no es así?3MS 427.4
Elena de White: Yo no podría decirlo, pero temo que lo de Uds. esté en esa línea, algo con lo cual me he encontrado repetidamente.3MS 428.1
W. C. White: Son ahora las doce. ¿No les gustaría descansar antes de comer?3MS 428.2
Elena de White: Bueno, yo no podía dejarlos que se fueran sin decir lo que he dicho. Yo diría: tengan cuidado. No permitan que aparezca nada que sepa a fanatismo, y que otros representarían dramáticamente. Hay algunos que están ansiosos de exhibirse, y ellos harán algo dramático con cualquier cosa que Uds. hagan, ya sea del mismo tenor o no. Yo he sido muy cuidadosa de no suscitar cualquier cosa que sea extraña entre la gente.3MS 428.3
R. Mackin: ¿Pero no es cierto que cuando el Espíritu Santo venga, como se declara en sus libros, muchos se volverán contra él y declararán que es fanatismo?3MS 428.4
Elena de White: Por supuesto que lo harán; y por esta razón debemos ser muy cuidadosos. Es por medio de la Palabra—no por sentimientos ni excitación—como queremos influenciar a la gente a obedecer la verdad. Sobre la plataforma de la Palabra de Dios podemos estar en pie con seguridad. La Palabra viva está repleta de evidencia, y un poder maravilloso acompaña su proclamación en nuestro mundo.3MS 428.5
R. Mackin: Bien, no debemos cansarla a Ud.3MS 428.6
Sra. Mackin: ¡Alabado sea Dios!3MS 428.7
Elena de White (mientras se pone de pie y estrecha las manos): Deseo que el Espíritu de Dios esté con Ud., y con Ud., y conmigo. Debemos ser como niñitos delante de Dios. El poder de su gracia no debe ser malentendido. Debemos tenerlo con toda mansedumbre y humildad de mente, para que Dios mismo pueda impresionar las mentes de la gente. Espero que el Señor los bendiga y les dé un sólido fundamento, y ese fundamento es la Palabra del Dios vivo Manuscrito 115, 1908, publicado en The Review and Herald, 10, 17 y 24 de agosto de 1972.3MS 428.8