En Colorado
En el camino de Denver a Walling’s Mills—el descanso en la montaña donde mi esposo estaba pasando los meses de verano—, nos detuvimos en Boulder City. Allí contemplé con gozo la carpa que servía como lugar de reuniones, donde el pastor Cornell estaba realizando una serie de reuniones. Hallamos un tranquilo descanso en el cómodo hogar de la Hna. Dartt. La carpa había sido prestada para realizar en ella reuniones en pro de la temperancia; y por invitación especial hablé en una tienda llena de oidores atentos.NBEW 259.3
El lunes 8 de agosto me reuní con mi esposo, y lo encontré muy mejorado en su salud, alegre y activo, por lo cual me sentí muy agradecida a Dios.NBEW 260.1
Toda nuestra familia estaba presente en las montañas con excepción de nuestro hijo Edson. Mi esposo y los niños pensaron que, como yo estaba muy cansada por haber trabajado casi constantemente desde el campamento de Oregon, ahora tendría el privilegio de descansar. Pero mi mente estaba impresionada con la idea de que debía asistir a los congresos campestres del este, especialmente al de Massachussetts.NBEW 260.2
Recibimos una carta del Hno. Haskell en la cual nos instaba a ambos a asistir al congreso campestre; pero que si mi esposo no podía venir, el deseaba que, de ser posible, fuera yo. Le leí la carta a mi esposo, y después de unos pocos momentos de silencio, dijo: “Elena, tú tendrás que asistir al congreso de Nueva Inglaterra”.NBEW 260.3
Al día siguiente Edith Donaldson y yo preparamos nuestros baúles. A las dos de la madrugada, favorecidos por la luz de la luna, comenzamos el viaje en carruaje, y a las seis y media abordamos el tren en Black Hawk. El viaje fue todo menos agradable, pues el calor era intenso.NBEW 260.4
Al llegar a Battle Creek supe que habían hecho arreglos para que yo hablara el domingo de noche en la tienda gigantesca levantada en los terrenos del Colegio. La carpa estaba llena y desbordante, y de mi corazón surgieron fervientes llamamientos al pueblo.NBEW 260.5
Me detuve en Battle Creek sólo poco tiempo, y entonces, acompañada por la Hna. Mary Smith Abbey y el pastor E. W. Farnsworth, estaba otra vez de viaje rumbo al este.NBEW 260.6