Una dura prueba
En medio de mi experiencia de lucha contra el fanatismo, me vi sujeta a una dura prueba. Si en las reuniones el Espíritu de Dios descendía sobre alguna persona y ella glorificaba y ensalzaba a Dios, había quienes lo achacaban a mesmerismo; y si al Señor le placía mostrarme alguna visión en una reunión, también se figuraban que era excitación y mesmerismo.NBEW 96.2
Afligida y desalentada, solía retirarme a un lugar apartado para derramar la carga de mi alma ante Aquel que invita a todos los cansados y cargados a que acudan en busca de alivio. A medida que mi fe descansaba en las promesas, me parecía que Jesús estaba muy cerca. Me circuía la suave luz del cielo, y me veía rodeada por los brazos de mi Salvador y transportada en visión. Pero cuando relataba lo que Dios me había revelado a solas, donde ninguna influencia terrena podía afectarme, me afligía y asombraba al oír a alguien decirme que quienes viven más cerca de Dios están mayormente expuestos a ser engañados por Satanás.NBEW 96.3
Algunos querían hacerme creer que no existía el Espíritu Santo, y que todo cuanto los santos varones de Dios experimentaron fue tan sólo efecto del mesmerismo o de los engaños de Satanás.NBEW 96.4
Quienes, exagerando textos de la Escritura, se abstenían de todo trabajo y rechazaban a cuantos no compartían sus ideas respecto a este y otros puntos del deber religioso, me acusaban de conformarme al estilo mundano. Por otra parte, los adventistas nominales me culpaban de fanatismo, y se me representaba falsamente como la cabecilla del fanatismo que yo me ocupaba sin cesar en combatir.NBEW 97.1
Se señalaron diferentes fechas para la venida del Señor y se hicieron insistentes esfuerzos para hacerlas adoptar por los hermanos. Pero el Señor me mostró que dichas fechas pasarían, porque el tiempo de angustia había de sobrevenir antes del regreso de Cristo, y que cada vez que se fijaba una fecha y ésta pasaba de largo, se debilitaba la fe del pueblo de Dios. Por esto me acusaron de ser el siervo malo que decía: “Mi Señor tarda en venir”. Mateo 24:48.NBEW 97.2
Todas estas cosas pesaban gravemente sobre mi ánimo, y en mi confusión estuve tentada varias veces a dudar acerca de lo que me sucedía.NBEW 97.3
Una mañana, durante las oraciones de familia, el poder de Dios descendió sobre mí, y me acudió a la mente el pensamiento de que aquello era mesmerismo. Lo resistí e inmediatamente quedé muda, y por algunos momentos perdí de vista cuanto me rodeaba. Vi entonces mi pecado al dudar del poder de Dios y que por ello me había quedado muda, pero que antes de veinticuatro horas se desataría mi lengua. Se me mostró una tarjeta en que estaban escritos en letras de oro el capítulo y versículo de cincuenta pasajes de la Escritura.NBEW 97.4
Desvanecida la visión, hice señas de que me trajesen la pizarra y escribí en ella que estaba muda, y también lo que había visto, y que deseaba la Biblia grande. Tomé la Biblia y rápidamente busqué todos los textos que había visto en la tarjeta.NBEW 97.5
No pude hablar en todo el día. A la mañana siguiente, temprano, mi alma se llenó de gozo, se desató mi lengua y prorrumpí en grandes alabanzas a Dios. Después de esto ya no me atreví a dudar; ni por un momento resistí al poder de Dios, aunque los demás pensaran de mí lo que quisieran.NBEW 98.1
Hasta entonces no me había sido posible escribir, y mi mano temblorosa era incapaz de sujetar firmemente la pluma. Mientras estaba en visión, un ángel me mandó que escribiera la visión. Obedecí, y pude escribirla fácilmente. Mis nervios estaban fortalecidos, y desde entonces hasta hoy, he tenido la mano firme.NBEW 98.2