Capítulo 7—Advertencias a la segunda suegra de Walter
Querida hermana: Respecto al casamiento de su hija con Walter C, comprendo qué es lo que la preocupa. Pero el casamiento se llevó a cabo con su consentimiento, y su hija, que conocía todo lo referente a su situación, lo aceptó como esposo. Por eso, ahora no veo razón alguna por la cual Ud. debería preocuparse excesivamente por el asunto. Su hija ama a Walter C, y puede ser que este matrimonio esté de acuerdo con las disposiciones de Dios con el fin de que tanto Walter como su hija puedan tener una experiencia cristiana más rica, y así reforzar sus puntos débiles.Su hija ha prometido ser la fiel esposa de Walter y ahora no puede anular sus obligaciones para con él.TCS 74.1
Ud. afirma que Walter está comprometido con una joven de Topeka. No puedo hablar sobre el asunto, porque no sé las razones que Walter pudo tener para romper su compromiso, si es que así lo hizo. Pero estoy informada personalmente de las relaciones de él con su primera esposa, Laura. Walter amaba demasiado a Laura, pero en realidad ella no era digna de su consideración. El hizo todo lo posible por ayudarla, y trató por todos los medios de retenerla como esposa. No podría haber hecho más de lo que hizo. Le supliqué a Laura, procurando demostrarle la inconsecuencia de su conducta, y le rogué que no pidiera el divorcio; pero ella se mostró decidida, voluntariosa y obcecada, y quiso hacer su propia voluntad. Mientras vivió con él, procuró sacarle todo el dinero posible, pero no lo trató con la bondad con que una esposa debería tratar a su marido.TCS 74.2
Derecho a la felicidad—Walter no repudió a su mujer. Ella lo abandonó, lo rechazó y se casó con otro hombre. No veo nada en las Escrituras que le prohíba a él volver a casarse en el Señor. Tiene derecho al cariño de una mujer que, conociendo su defecto físico, ha elegido prodigarle su amor. Ha llegado el tiempo cuando ser estéril no es la peor condición. Sé de mujeres que tienen muchos hijos, y son incapaces de cuidarlos debidamente. Estas mujeres no tienen tiempo de recuperarse físicamente por el nacimiento de un hijo, cuando ya tienen otro en el vientre.TCS 75.1
Muchas de esas mujeres son esposas de hombres de baja condición económica, carecen de los medios para sostener a su familia siempre creciente; yo misma, en este momento, estoy ayudándolas para que puedan alimentar, vestir y educar a sus hijos. No obstante, la incapacidad para mantener a su prole, los niños siguen llegando al mundo uno tras otro. Dios no está en todo este asunto.TCS 75.2
Parece que los maridos de estas mujeres pensaran que sus esposas no tienen otro propósito que gratificar sus pasiones lujuriosas. Los hijos llegan al mundo con mucha frecuencia y las responsabilidades se van acumulando del mismo modo, de manera que las esposas y madres no disponen de tiempo para cultivar sus mentes, ni para las devociones de la vida religiosa. Dios no es glorificado por estas familias.TCS 75.3
Muchas misioneras jóvenes, a poco de casarse ya tienen una criatura para cuidar, y deben abandonar el campo misionero. Ud. no se sentiría feliz si su hija fuera así impedida en su labor por el Maestro. Ella podrá acompañar a su esposo en sus viajes y serle de ayuda, y cuando quede sola en la casa, podrá continuar trabajando para el Señor como si fuera soltera. Esta es mi manera de ver el asunto.TCS 75.4
Confío en Walter y creo que él es cristiano. Tuve la oportunidad de conocer algo del temple de su espíritu cuando pasaba por las pruebas con su primera esposa. Ella trataba de sacarle dinero cuando vio que podía aprovecharse de él; él estaba dispuesto a hacer diez veces más de lo que podría esperarse o fuera su deber hacer. Por causa de ella tuvo que pasar por pruebas duras y dolorosas. Traté de ayudarlo en todo lo que pude.TCS 76.1
Traté de hacer recapacitar a Laura para que pudiera visualizar y comprender su responsabilidad. Pero, como ella tomó el camino por el cual se decidió, no puedo ver razón alguna para interrumpir esta nueva unión. Es un asunto serio separar a un hombre de su esposa. No hay fundamento bíblico para respaldar tal acción en este caso. El no la abandonó, sino que fue ella quien lo dejó. No volvió a casarse hasta que ella obtuvo el divorcio. Cuando Laura se divorció de Walter, él sufrió intensamente, y Walter no volvió a casarse hasta que Laura se hubo casado con otro hombre. Estoy segura de que la mujer que él ha elegido será una ayuda para él, y que él también será una ayuda para ella.TCS 76.2
El carácter de Walter no es perfecto. Posee algunas características objetables. Le han sido confiados bienes, pero no siempre los ha colocado en la mejor cuenta. Algunas veces se comporta muy pródigamente con su dinero; otras, se muestra muy estrecho y severamente económico en el uso de los bienes. Pero una mujer piadosa y buena que esté a su lado podría aconsejarlo a no tomar decisiones impulsivas, y orientarlo para que ponga su dinero en la tesorería del Señor.TCS 76.3
Walter ocupa una posición de responsabilidad, pero si la familia con la cual se ha unido por medio del casamiento le es fiel, podrá ejercer influencia sobre él para que llegue a ser un fiel mayordomo de los bienes de Dios. De esa manera empleará sus medios como si estuviera a la vista misma del universo celestial. No participará de esquema ilícito alguno para hacer dinero, sino que se conducirá con integridad para gloria de Dios. Tendrá que evitar las más pequeñas tretas y huir de los medios y artificios deshonestos, y no deberá hacer nada que, de alguna manera, vaya en contra del cultivo de la verdadera piedad. Tendrá que darse cuenta de que todas sus transacciones comerciales están dentro del dominio de Dios.TCS 76.4
No podemos perder de vista el hecho que el mayordomo tiene que negociar con los bienes del Señor y manejar una sagrada responsabilidad. La Biblia requiere que todos los hombres que compran y venden se desempeñen en sus negocios con un agudo sentido de sus obligaciones religiosas, como cuando ofrecen sus peticiones al Padre celestial, reclamando fuerza y gracia. El Señor no ha dejado a nadie libre para hacer lo que le plazca con sus bienes, y dar dirigidos por impulsos, o de acuerdo con lo que demanden los amigos. El dinero con el cual opera no es suyo y no tiene que ser gastado innecesariamente, pues hay labor en la viña del Señor, y ello requiere la inversión de medios.TCS 77.1
Ahora es el tiempo cuando se nos confía un legado; el tiempo del ajuste de cuentas está por llegar. El Señor ha confiado medios a sus mayordomos para que lo usen sabiamente, pues todos son agentes morales y se requiere de todos que cumplan sus responsabilidades. Nuestros diferentes legados nos son conferidos en proporción a nuestras capacidades para usarlos, pero no debemos utilizar los medios de Dios para la mera gratificación de los deseos egoístas, y como la inclinación nos indique.TCS 77.2
Walter C ha fallado a veces en lo pasado en el uso que ha hecho de los bienes de Dios, y no siempre ha considerado debidamente si los estaba utilizando de una manera que agradara al Maestro y para el avance de la causa de la verdad. Tendrá que dar cuenta de la manera cómo dispone de los medios que le fueron confiados. El no tiene que considerar su propia voluntad en este asunto. Tiene que buscar la sabiduría de Dios. No me gustaría que Walter contribuyera indispuestamente con un dólar siquiera para este campo tan necesitado, porque las ofrendas indispuestas no van acompañadas de la bendición de Dios. No quisiera urgir a nadie a hacer tal cosa, ni forzar a alguien para que dé de esa manera, ni siquiera para la obra de Dios.TCS 77.3
Dios tiene una obra que hacer, y en ella utilizo todo el dinero que puedo ahorrar, además de proveerme de casa, subsistencia y las comodidades ordinarias. Hay quienes alegre y voluntariamente me ayudan en este sentido en la viña del Señor. Si todos cumplieran con sus deberes, en la medida de sus responsabilidades, la suma de lo que les sería confiado sería duplicada. Quienes devuelven a Dios lo que le pertenece serán honrados por su fidelidad y podrán oír las palabras del Maestro: “Bien hecho, buen siervo fiel”. Pero no está bien que las personas den por “golpes de parecer”. Cristo tiene derecho sobre todo lo que poseemos.TCS 78.1
No debe sorprenderla que Walter no se sienta libre de ayudar a su hijo. Si él no ha apreciado debidamente las oportunidades y privilegios que ha tenido, si ha usado mal sus facultades y malgastado los talentos que Dios le dio, ¿actuaría mejor con una segunda oportunidad? ¿Será que ha aprendido las lecciones que Dios quiere que aprenda? Hay muchas almas preciosas que se sentirían muy felices si tuvieran la oportunidad de obtener una educación, de aprovechar su mocedad, y de utilizar todas sus facultades para obtener conocimiento con el cual puedan hacer el bien.TCS 78.2
Me sorprende que Walter no haya accedido de una vez a su pedido, siendo que Ud. es la madre de la esposa a quien ama. Es posible que esté aprendiendo a ser cauteloso, y haya tomado a pecho las lecciones del pasado. Ha ayudado a mucha gente a quien no era su deber ayudar. Ud. debería considerar su negativa de darle dinero como una evidencia de que él no quiere entrar en componendas para ganar su favor. Estoy seguro de que Walter da a entender que está tomando las cosas en serio. Los errores que cometió al darle dinero a los familiares de su primera esposa, probablemente le han enseñado a no repetir esa experiencia. Espero que su negativa a darle dinero a su hijo para que vaya a Battle Creek o al Colegio Unión, no levante prejuicios en contra de él. El hecho no debería influir sobre Ud. de esa manera.TCS 78.3
Si su hija quiere a Walter C, no veo nada en la Palabra de Dios que justifique que ella se separe de él. Como Ud. ha pedido mi consejo, se lo doy sin reservas. Si Walter le hubiera dado el dinero que Ud. le pidió, ¿no habría sido eso algo así como tratar de comprar su favor? ¿No hubiera sido más adecuado que su hijo trabajara para conseguir el dinero para lograr su educación, en vez de depender de otra persona y ganar así su favor? Hay maneras de prestar ayuda a nuestros hijos que son imprudentes.TCS 79.1
Los que estudian por sus propios medios aprecian mejor sus oportunidades que los que dependen de otros para sus gastos, porque saben bien cuál es el costo. No debemos sobreproteger a nuestros hijos al punto de transformarlos en cargas desvalidas. Instruya a su hijo para que sea diligente, capaz de sostenerse a sí mismo y ayudar a otros.TCS 79.2
Dios es el propietario del universo. Todos los hombres, mujeres y niños, con el tiempo y los talentos que les han sido otorgados, pertenecen a Dios. El ha dado capacidades a los hombres para que las usen para su gloria, y de esa manera aumenten sus aptitudes, sabiduría y entendimiento. Dios tiene derechos sobre toda alma, y nosotros somos agentes responsables y debemos ofrecerle un servicio permanente. Debemos consagrar cuerpo, alma y espíritu a su servicio, y realizar las tareas que llevarán adelante su causa en este mundo. Debemos cumplir su voluntad en esta tierra. Nuestro gozo no está en ser consultados, tampoco en permitirnos ser nosotros mismos el impulso que gobierne.TCS 79.3
Bien, querida hermana, estoy enviándole una copia de esta carta a Walter C. Me gustaría poder actuar como una madre con él. En sus momentos de aflicción necesitó una madre. Todos los centavos que él puso en mis manos han sido utilizados en la salvación de las almas que perecen para que, en lo futuro, pueda él escuchar de los labios del Maestro las palabras: “Bien, buen siervo fiel, entra en el gozo de tu Señor”.TCS 79.4
Lamento que Ud. haya puesto sobre sus hombros cargas innecesarias. ¿No se da cuenta de que, separando a Walter de su hija, creará dos males en vez de solucionar uno? Su hija está unida en matrimonio con Walter, y no hay razones para que se separe de él. Ud. no tiene argumentos apropiados para hacer que dejen de vivir y trabajar juntos como esposos. Puede dar publicidad a los malos informes que le hayan llegado, y ser el medio por el cual Ud. misma se torne miserable y logre lo propio para su hija y su yerno. Permita que ambos, como hijos de Dios, puedan unir sus intereses de acuerdo con lo que requieren los votos matrimoniales; que puedan consagrarse a Dios y ejercer su voluntad, ser vasos de honra, unidos para ser útiles al Maestro.TCS 80.1
En cuanto a la parte que le toca, actúe como una madre fiel. Sea sabia aconsejándolos y ayudándolos en toda manera posible a su disposición. Reconociendo que todos somos propiedad de Dios, trate con cada uno de ellos justa y amorosamente. Sea franca, bondadosa, cultive integridad de alma y así podrá ganarse la corona de vida que no se desvanecerá. Confíe plenamente en Dios y él la bendecirá y le proporcionará tranquilidad y paz.—Carta 50, 1895.TCS 80.2