Capítulo 8—Fracaso del segundo matrimonio de Walter
Carta a la segunda esposa de Walter C—Querida hermana C: Recibí su carta, y mi respuesta es: No puedo aconsejarle que vuelva con Walter C a menos que haya notado cambios en él. Las ideas que él ha sostenido en lo pasado en cuanto a sus deberes hacia la esposa, no agradan al Señor. Le hablé a Walter con franqueza respecto de sus responsabilidades hacia su esposa. Para mí el asunto está bien claro: sería un error volver a unirse cuando su amor por él se ha apagado. El no puede hacerla feliz a menos que cambie sus puntos de vista.TCS 81.1
Responsabilidades hacia los padres—Ud. tiene un deber que cumplir con su madre. No debería colocarse en una posición que la volviera miserable e infeliz; y si el Hno. C mantiene sus anteriores puntos de vista, su futuro no será mejor que su pasado. El no sabe cómo tratar a una esposa.TCS 82.1
Me entristece mucho todo este asunto. Me siento de veras triste por Walter, pero yo no podría aconsejarle que regrese con él en contra de su opinión. Le hablo a Ud. tan francamente como le hablé a él; sería peligroso para Ud. colocarse otra vez bajo su mando arbitrario. Yo esperaba que él cambiara.TCS 82.2
El hermano C puede llevar a su padre a uno de nuestros sanatorios, donde será bien atendido. Su experiencia del pasado no tiene que repetirse. Cuando Ud. se sienta libre de su madre, podría trabajar en uno de nuestros sanatorios.TCS 82.3
Hermana C, el Señor sabe perfectamente todo lo que le ha pasado. Tenga buen ánimo en el Señor; él no la dejará ni la abandonará. Siento la más tierna simpatía por Ud. Aferre su alma desvalida a Cristo.TCS 82.4
El sanatorio necesita asistencia—Ud. sabe bien que no hemos intercambiado palabra alguna en relación con su traslado a Battle Creek, como tampoco ha hablado conmigo acerca de su vida pasada con el hermano C. No me presentó queja alguna. La decisión de ir a Battle Creek la ha tomado Ud. bajo su propia responsabilidad, porque la consideró justa y correcta, y no condeno su decisión.TCS 82.5
Ahora bien, estimada hermana, Ud. ha obtenido el conocimiento acerca de cómo cuidar a los enfermos, y nuestro sanatorio necesita sus servicios. Cuando me escriba, tenga a bien decirme algo acerca de la salud de su madre.TCS 82.6
¿Qué está Ud. haciendo ahora? Nuestros sanatorios necesitan obreros fieles que puedan tratar a los enfermos.—Carta 148, 1907, (16 de abril de 1907).TCS 82.7