La importancia de la economía
El hermano P es bueno para los negocios en algunos ramos de la obra, lo cual lo capacitará para servir en la oficina de manera aceptable; pero él no se ha educado ni disciplinado para ser gerente de empresa eficiente. Bajo su cargo ha habido graves olvidos; ha existido mucho desorden y falta de organización que deben corregirse pronto. Hay muchos pequeños detalles relacionados con la obra que no han sido atendidos, y por consiguiente han causado desperdicio. Se permiten pérdidas y derroches que pudieran evitarse.5TPI 389.3
He pasado por la oficina y se me ha mostrado cómo los ángeles de Dios ven la obra que se hace en los diversos departamentos. En algunos las cosas andan mejor, pero en todos hay algo que podría mejorarse. Pérdidas y más pérdidas es lo que se ve en muchos departamentos. La manera descuidada en que algunos trabajan resulta en pérdidas para la oficina y es una ofensa para Dios. Es triste que tenga que ser así. Jesús nos ha dado lecciones de economía. “Recoged los pedazos”, dice él, “para que no se pierda nada”. Juan 6:12. Hubiera sido mejor no iniciar tantas grandes empresas si se iban a pasar por alto tantos detalles pequeños, porque las cosas pequeñas son como tornillos que evitan que la maquinaria se desarme. La Palabra de Dios explica el deber; traza la regla del servicio fiel. “El que es fiel en lo muy poco, también es fiel en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho”. Lucas 16:10.5TPI 390.1
Se me ha mostrado que además de la mano de obra que ahora hay en la oficina, se deben emplear hombres competentes para colaborar en la administración de los diferentes departamentos de la obra. Deben emplearse hombres que tengan experiencia en los negocios y sean administradores sabios. Hubiera sido mejor en el pasado haber empleado a hombres que fuesen gerentes concienzudos, hombres que hubieran enseñado el cumplimiento, la prontitud y la economía a los demás aunque hubiera sido necesario pagarles un salario doble de lo que se ha estado pagando a los supervisores. El hermano R es deficiente en este sentido; no corrige los defectos de una manera apropiada. Intenta hacerlo, pero deja muchas cosas sin realizar que debieran reformarse de inmediato. En la oficina ha hecho falta un economista cuidadoso, un hombre de negocios cabal. Se está perdiendo tres veces más de lo que se necesitaría para pagar por el mejor talento y experiencia en esta obra.5TPI 390.2
Se pierde mucho por falta de una persona competente, alguien que sea eficiente, apto y práctico para supervisar los diferentes departamentos de la obra. Hace falta una persona que sea impresor práctico y que esté familiarizado con todos los aspectos de la obra. Hay algunos que conocen bien el trabajo de las prensas, pero que son totalmente ineficientes en asuntos de administración. Otros hacen lo mejor que pueden, pero carecen de experiencia y no comprenden la obra de publicaciones. A menudo sus ideas son estrechas. No saben cómo atender las demandas de la causa; y por consiguiente, son incapaces de calcular las ventajas y desventajas implicadas en la ampliación de su obra. Están propensos a errar en su juicio, a hacer cálculos erróneos, y evaluaciones incorrectas. Ha habido pérdidas debido a que dejaron de hacerse evaluaciones apropiadas y a que no se aprovecharon debidamente las oportunidades de darle empuje a la obra de publicaciones. En una institución como ésta, pueden perderse miles de dólares por causa de cálculos indebidos hechos por personas incompetentes. En cierto sentido, el hermano P tenía la capacidad de comprender y tomar en cuenta debidamente los intereses de la obra de publicaciones, pero su influencia causó daño a la oficina.5TPI 390.3
Debiera haber alguien que se ocupe de que los jóvenes que ingresen a la oficina para aprender oficios reciban atención esmerada y apropiada. Para este trabajo debiera emplearse a un hombre que tenga capacidad para enseñar, que sea paciente, bondadoso y perceptivo. Si es que no basta un solo hombre para hacer esta obra, se podrían emplear otros más. Si se hace esto con fidelidad, le ahorrará a la oficina los salarios de tres personas. Estos jóvenes están formando hábitos que afectarán su experiencia total. Están por así decirlo, en una escuela; y si se los deja solos para que capten conocimientos como mejor puedan, se verán marcados defectos en toda su obra futura. En ellos deben colocarse los fundamentos de la prontitud, la honradez y la integridad. La formación de hábitos correctos cuando se es joven es de importancia capital. Si en lugar de ser preparados en la obediencia de normas y reglas y en hábitos de puntualidad, cumplimiento, aseo, orden y economía, se les permite formar hábitos impropios y laxos, se verán propensos a retener estos malos rasgos durante toda su vida. Puede ser que tengan el talento necesario para tener éxito en los negocios, de modo que debe enseñárseles la importancia de hacer uso correcto de sus facultades. También se les debiera enseñar a ser económicos y a “recoger los pedazos” para que nada se desperdicie.5TPI 391.1
Los que ocupan puestos de responsabilidad no deben intentar hacer más de lo que pueden llevar a cabo en forma concienzuda, presta y buena; porque si esperan que los que están bajo su cuidado formen hábitos correctos, tienen que dar un buen ejemplo. Una gran responsabilidad descansa sobre estos dirigentes con respecto al carácter que están impartiendo a los jóvenes mediante sus principios y su forma de trabajar. Debieran considerar que por medio de la instrucción que imparten, tanto la que se relaciona con su trabajo como la educación religiosa, están ayudando a los jóvenes a formar el carácter. El progreso es la consigna. A los jóvenes se les debe enseñar a apuntar hacia la perfección en cualquiera de los ramos de la obra a que estén dedicados. Si hay encargados de departamentos que no son cumplidores, ahorrativos, sabios en el uso del tiempo, ni cuidadosos en su influencia, amoldan a otros de la misma manera. Si éstos no cambian después de haber sido amonestados, deben ser despedidos y deben conseguirse personas más competentes, aunque sea necesario hacerlo repetidamente. Los obreros deberían ser más eficientes y fieles de lo que son ahora.5TPI 392.1
Las primeras impresiones, la primera disciplina de estos jóvenes obreros, deben ser del orden más elevado porque sus caracteres se están formando para el presente y para la eternidad. Los supervisores de estos jóvenes deben recordar que tienen una responsabilidad grande y solemne. Que amolden la arcilla plástica antes que se endurezca y se haga insensible a las impresiones; que enderecen el arbolito antes de que se convierta en roble torcido y enredado; que encaucen el riachuelo antes que se convierta en un río caudaloso. Si a los jóvenes se les permite escoger su propio alojamiento y sus propios compañeros, algunos escogerán los que son buenos y otros escogerán malas compañías. Si no se mezcla el elemento religioso en su educación, se convertirán en fáciles presas de la tentación y sus caracteres estarán propensos a deformarse y desequilibrarse. Los jóvenes que manifiestan respeto por las cosas sagradas y santas aprenden dichas lecciones bajo el techo de su hogar, antes de que el mundo haya puesto su marca sobre el alma, la imagen del pecado, el ensaño y la deshonestidad. El amor para con Dios se aprende en el altar de la familia, del padre y de la madre en la primera infancia.5TPI 392.2
Tristemente, se siente la falta de influencia religiosa en la oficina; debiera haber una devoción mayor, más espiritualidad, más religión práctica. La obra misionera hecha aquí por hombres y mujeres que temen a Dios sería acompañada de los mejores resultados. El proceder del hermano R no agrada a Dios. Un hombre que ocupa un puesto como el suyo debiera ser fervoroso y piadoso; debiera figurar entre los primeros en asuntos religiosos. Su única seguridad está en mantener una conexión viva con Dios y sentir su dependencia de él. Sin esto, no hará justicia a su puesto, ni tampoco ejercerá una influencia correcta en la oficina ni en las personas con quienes se relaciona en sus negocios.5TPI 393.1
También he visto que se debiera hacer una investigación cuidadosa de la forma como se trata en la oficina, tanto a los hermanos como a los no creyentes. La benevolencia, la pureza, la verdad y la paz son frutos que se debieran ver allí. Examínense minuciosamente las motivaciones y acciones y compárense con la ley de Dios; porque esta ley es la única regla infalible para regir la conducta, el único código de honor de confianza entre los hombres.5TPI 393.2