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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4

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    Misioneros en el hogar

    Apreciada hermana: Se me ha mostrado que comete algunas faltas cuya corrección es importante para que pueda disfrutar de las bendiciones de Dios. Muchas de las dificultades que soporta se deben a la ligereza con que habla. Cree que hablar sin rodeos, y decir a las personas lo que piensa de ellas y de sus actos, es una virtud. Usted lo llama franqueza; pero es clara descortesía y atiza la combatividad de aquellos que la rodean. Si los demás se comportaran con usted como usted se comporta con ellos, sería superior a sus fuerzas. Quienes suelen hablar sin reservas y con severidad a los demás no están dispuestos a recibir el mismo trato.4TPI 136.1

    Ha atraído sobre sí muchos sinsabores que habría podido evitar de haber tenido un espíritu manso y tranquilo. Provoca la contienda; porque cuando alguien contraría su voluntad su espíritu busca el conflicto. Su disposición dominadora es fuente de muchos de sus problemas. Sobrecarga a los demás e incita a la pelea con sus recriminaciones y condenas. Hace tanto tiempo que cultiva un espíritu vengativo que, continuamente, necesita que la gracia de Dios suavice y domine su naturaleza. El amado Salvador dijo: “Bendecid a los que os maldicen [...] y orad por los que os ultrajan y os persiguen”. Mateo 5:44.4TPI 136.2

    Apreciada hermana, se me mostró que usted trae la oscuridad a su alma porque sólo presta atención a los errores e imperfecciones de los demás. No se ocupe de los pecados de los demás, tiene trabajo que hacer por su alma y su familia que nadie más puede hacer. Crucifique su egoísmo y domine su disposición a magnificar las faltas de sus vecinos y a hablar irreflexivamente. Hay temas de los que puede hablar con mejores resultados. Siempre es seguro hablar de Jesús, de la esperanza cristiana y de las bellezas de nuestra fe. Santifique su lengua para Dios, así sus palabras estarán sazonadas con gracia. “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, eso pensad”. Filipenses 4:8.4TPI 136.3

    La exhortación del apóstol debe ser seguida explícitamente. A menudo sentimos una gran tentación de hablar de cosas que no son de provecho para quien habla o quien escucha, sino que traen mal y esterilidad para ambos. El tiempo de prueba es demasiado breve para malgastarlo en habladurías sobre las imperfecciones ajenas. Ante nosotros tenemos una obra que requiere la mayor diligencia y la vigilancia más estricta, junto con la oración incesante. De otro modo seremos incapaces de vencer los defectos de nuestro carácter y copiar el Modelo divino. Estudiemos para imitar la vida de Cristo. Así tendremos una influencia santificadora sobre aquellos con los que nos relacionemos. Es maravilloso ser cristiano, semejante a Cristo, pacífico, puro y sin degeneración. Apreciada hermana, necesitamos a Dios en todos nuestros esfuerzos o serán vanos. Nuestras buenas obras se convertirán en autojusticia.4TPI 136.4

    Hay muchas cosas por corregir en su familia. No ha conseguido que sus hijos reciban la atención y el aliento que necesitaban. No los ha unido a su corazón con los tiernos lazos del amor. Su negocio grava sobremanera su tiempo y sus energías y es causa de su descuido de los deberes domésticos. Es más, se ha acostumbrado a esa carga y le parecería un gran sacrificio abandonarla; aun así, si pudiera, sería un beneficio para sus intereses espirituales y la felicidad y la moral de sus hijos. Sería bueno que abandonara esas actividades tan complicadas y se retirara a un lugar en el campo, donde no hay influencias tan fuertes que corrompan la moral de los jóvenes.4TPI 137.1

    Es cierto que en el campo no se librará completamente de las preocupaciones y los asuntos difíciles; pero evitará muchos males y cerrará la puerta a una avalancha de tentaciones que amenazan con sobrecargar la mente de sus hijos. Necesitan estar ocupados y salir de la rutina. La ausencia de cambios en el hogar los vuelve inquietos y de trato difícil, han caído en el hábito de mezclarse con chicos viciosos de la ciudad y se han formado en la calle.4TPI 137.2

    Ha dedicado tanto tiempo a la obra misionera que no tiene nada que ver con su fe y ha soportado tantas cargas y responsabilidades que se ha quedado rezagada en la obra de Dios para nuestro tiempo y ha dispuesto de poco tiempo para conseguir que las estrecheces del hogar fueran atractivas para sus hijos. No ha estudiado sus necesidades y tampoco ha entendido sus mentes activas y en desarrollo. Por ello ha rehusado otorgarles sencillas indulgencias que los habrían gratificado sin correr peligro alguno. Prestar mayor atención a sus hijos habría sido una pequeñísima carga para usted que habría sido de gran valor para ellos.4TPI 137.3

    Vivir en el campo sería muy beneficioso para ellos; la vida activa al aire libre desarrolla por igual la salud de la mente y del cuerpo. Sería conveniente que se ocuparan del cuidado de un huerto; de ese modo podrían divertirse a la vez que desempeñan una tarea útil. El cultivo de plantas y flores acrecienta el gusto y el buen juicio, a la vez que la familiaridad con las útiles y bellas creaciones ejerce una noble influencia sobre la mente al respecto del Hacedor y Amo de todo.4TPI 138.1

    El padre de sus hijos fue severo, frío, autoritario e inflexible con ellos, su disciplina era estricta y sus exigencias eran irracionales. Era un hombre de carácter especial, encerrado en sí mismo, que sólo pensaba en su propio placer. Buscaba por cualquier medio su propia gratificación y la estima ajena. Su indolencia y sus hábitos disipados, junto con su falta de compasión y amor por usted y sus hijos, enfrió su afecto por él desde los primeros días. Su vida se llenó de pruebas difíciles y extrañas a la vez que él era indiferente a las cargas que soportaba y los cuidados que le dispensaba.4TPI 138.2

    Estas cosas dejaron su huella en usted y sus hijos. En particular, han tendido a hacer que su carácter sea más retraído. Casi sin darse cuenta, ha desarrollado un espíritu independiente. Pensando que no podía depender de su esposo, tomó el camino que creyó que era el mejor sin depositar su confianza en él. Puesto que no apreciaba sus esfuerzos, mentalmente se dispuso a avanzar según sus propios juicios, sin tener en cuenta las censuras o la aprobación. Era consciente de que su esposo la ofendía y la juzgaba mal, abrigó un sentimiento de amargura contra él y, cuando alguien la censuraba o cuestionaba su comportamiento, se volvía contra esa persona.4TPI 138.3

    Aunque se ha dado completa cuenta de las faltas de su esposo, no ha conseguido apercibirse de las suyas. Cometió un error al hablar a otros de las ofensas de su esposo, cultivando la complacencia por los temas desagradables y fijando constantemente su atención en las pruebas y sinsabores que ha sufrido. De ese modo cayó en el vicio de dar bombo a sus penas y dificultades, muchos de los cuales fueron debidos a la exageración y a las habladurías con otros.4TPI 138.4

    Si desviara su atención de las preocupaciones exteriores y se centrara en la familia, sería más feliz y conseguiría los medios necesarios para hacer el bien. El hecho de que sus hijos hayan perdido el sano consejo y el ejemplo de un padre hace aún más forzoso que sea una madre tierna y abnegada. Se debe a su hogar y a su familia. Ésta es la verdadera tarea misionera que debe desempeñar. Esta responsabilidad no puede ser sustituida con ninguna otra; es la obra vital que Dios le ha asignado.4TPI 139.1

    Al dedicarse por completo a los detalles de los negocios, usted roba tiempo a la meditación y la oración y a sus hijos los priva del cuidado y la atención pacientes que tienen derecho a reclamar de una madre. Cree que es más sencillo y rápido andar ocupada con innumerables tareas que, con paciencia, enseñar a sus hijos que las hagan por usted. Sería mucho mejor que depositara en ellos algunas responsabilidades y los instruyera para que sean personas útiles. De este modo los alentaría y los tendría ocupados, a la vez que se liberaría de una parte de sus cargas.4TPI 139.2

    Dedica un tiempo considerable a aquellos que no le piden nada en particular y al hacerlo descuida el sagrado deber de una madre. Dios no puso sobre usted muchas de las obligaciones que ha asumido. Ha visitado y ayudado a quienes no necesitan ni la mitad del tiempo y los cuidados que debería otorgar a sus hijos, los cuales se encuentran en una edad en la que forman su carácter, para el cielo o para perdición. Dios no apoyará su ministerio en favor de los que sufren las maldiciones divinas por causa de sus vidas disolutas y malvadas.4TPI 139.3

    El primer gran negocio de su vida es ser misionera en casa. Revístase con humildad y paciencia, tolerancia y amor, y aborde la tarea que Dios le ha ordenado y que nadie más podrá hacer. En el día de la retribución, será responsable de ella. Las bendiciones de Dios no pueden alcanzar las casas sin disciplina. El amor y la paciencia dominarán en un hogar feliz.4TPI 139.4

    Desde el punto de vista mundano, el poder está en el dinero; pero desde la perspectiva cristiana, el poder procede del amor. En este principio está involucrada la fortaleza intelectual y espiritual. El amor puro es muy eficaz para hacer el bien; tanto, que es incapaz de hacer otra cosa. Impide la disensión y la desdicha y trae la verdadera felicidad. Las riquezas a menudo son una influencia corruptora y destructora; el uso de la fuerza hiere con facilidad; pero la verdad y la bondad son propiedades del amor puro.4TPI 139.5

    Hermana, si se pudiera ver como la ve Dios, su mente vería claro que sin una conversión completa y sincera nunca podrá entrar en el reino de Dios. Si recordara que será medida con la misma medida con que mide a los demás, sus palabras serían más cautas, más amables y estaría más dispuesta a perdonar. Cristo vino al mundo para traer la resistencia y la autoridad en la sujeción a él. Pero no reclamó que lo obedeciéramos a la fuerza, con disputa y voz de mando. Hizo el bien y enseñó a sus seguidores cosas que les traerían paz. No atizó ningún conflicto, no experimentó resentimiento por ninguna ofensa personal, sino que soportó con mansedumbre los insultos, las falsas acusaciones y las burlas crueles de los que lo odiaban y condenaban a muerte. Cristo es nuestro ejemplo. Su vida es una ilustración práctica de las enseñanzas divinas. Su carácter es una muestra viviente de cómo hacer el bien y vencer el mal.4TPI 140.1

    Usted ha alimentado el resentimiento hacia su esposo y las otras personas que la han ofendido, pero no ha percibido dónde cometió el error e hizo que las cosas empeoraran a causa de su conducta equivocada. Su espíritu se ha amargado contra aquellos que han cometido alguna injusticia con usted y sus sentimientos han encontrado una vía de expansión en los reproches y la censura. Con esto, su corazón cargado encuentra alivio momentáneo, pero ha dejado una cicatriz permanente en su alma. La lengua es un órgano pequeño, pero ha cultivado su uso impropio durante tanto tiempo que se ha convertido en un fuego abrasador.4TPI 140.2

    Todas estas cosas han provocado el fracaso de su progreso espiritual. Pero Dios ve cuán duro le es tener paciencia y perdonar. Sabe cómo apiadarse de usted y ayudarla. Le pide que reforme su vida y corrija los defectos. Desea que su espíritu firme y constante se rinda a su gracia. Busque la ayuda de Dios porque necesita paz y tranquilidad en lugar de agitación y conflictos. La religión de Cristo le ordena que se mueva menos por impulso y más por la razón santificada y el juicio sereno.4TPI 140.3

    Permite que su entorno la afecte demasiado. Haga que la vigilancia y la oración diarias sean su salvaguarda. Entonces los ángeles de Dios la rodearán y traerán clara y brillante luz a su mente y la fortalecerán con poder celestial. Su influencia sobre sus hijos y su actitud hacia ellos debería atraer a los santos visitantes a su morada para que la ayuden en sus esfuerzos por hacer que su familia y su hogar sean como Dios los habría hecho. Cuando se muestra independiente e intenta vencer sola las dificultades de la vida, los ángeles celestiales retroceden y se retiran de su presencia con pesar, dejándola sola en la lucha.4TPI 141.1

    Los padres estampan en el carácter de sus hijos su sello personal. ¡Cuán cuidadosos deberíamos ser en nuestro trato con ellos! ¡Cuán tiernos deberíamos reprimirlos y corregir sus faltas! Es demasiado inflexible y exigente y a menudo les ha reprendido cuando estaba excitada y airada. Con esto casi ha destruido el dorado cordón de amor que une sus corazones al suyo. Esfuércese siempre por mostrarles que los ama, que trabaja por su interés, que su felicidad le es cara y que desea hacer sólo lo que es bueno para ellos.4TPI 141.2

    Complazca sus deseos en la medida de lo que sea razonablemente posible. Su lugar de residencia actual permite muy poca diversidad y escaso entretenimiento para sus mentes inquietas y la dificultad se acrecienta año tras año. Si teme a Dios, su primera preocupación deberían ser sus hijos. Como madre cristiana, sus obligaciones con ellos no son pequeñas o livianas. Para cumplirlas adecuadamente abandone algunas de las cargas que soporta y dedique su tiempo y energías a esta tarea. El hogar de sus hijos tiene que ser para ellos el lugar más deseable y feliz del mundo, y la presencia de la madre la mayor atracción.4TPI 141.3

    El poder de Satanás sobre los jóvenes de nuestro tiempo es temible. A menos que sus mentes estén firmemente equilibradas con los principios religiosos, su moral se corromperá a causa de los viciosos niños con que se relacionan. Cree que entiende de estas cosas, pero no alcanza a comprender el seductor poder del mal sobre las mentes jóvenes. El mayor peligro que corren es la falta de disciplina y la ausencia de una formación adecuada. Los padres indulgentes no enseñan a sus hijos a negarse a sí mismos. Los alimentos que ponen ante sus hijos llegan a irritar las tiernas capas de sus estómagos. Esta excitación se comunica al cerebro a través de los nervios y el resultado es que las pasiones animales se avivan y toman el control de la fuerza moral. Así, la razón se convierte en sierva de las más bajas pasiones de la mente. Todo lo que entra en el estómago y se convierte en sangre se vuelve en parte del ser. Los niños no deben comer grandes cantidades de alimentos como cerdo, embutidos, especias, pasteles muy cargados y bollos. Al hacer esto, su sangre se enciende, el sistema nervioso se excita indebidamente y la moral corre el riesgo de verse afectada. Es imposible ser intemperante en la dieta y conservar un carácter paciente. El Padre celestial envió la luz de la reforma pro salud para salvaguardarnos de los males que resultan de un apetito desbocado, para que aquellos que aman la pureza y la santidad puedan usar con discreción las cosas buenas que Dios proveyó para ellos y, con el ejercicio diario de la templanza, recibir la santificación por medio de la verdad.4TPI 141.4

    El trato que dispensa a sus hijos no es uniforme. Algunas veces se muestra indulgente ante sus yerros y otras los priva de algún pequeño placer que los haría muy felices. Hermana, usted se muestra impaciente delante de sus hijos burlándose de sus sencillas demandas, y olvida que pueden disfrutar de placeres que le parecen infantiles e insustanciales. No abandona la dignidad que le dan la edad y la posición para entender y ministrar los deseos de sus hijos. En este punto no imita a Cristo, el cual se identificó con los desvalidos, los pobres, los necesitados y los afligidos. El Maestro tomó a los niños en sus brazos y descendió al nivel de los más jóvenes. Su gran corazón de amor pudo comprender sus pruebas y necesidades y disfrutó con su felicidad. El ánimo del Señor, fatigado por el ajetreo y la confusión de la ciudad, cansado de tratar con hombres mezquinos e hipócritas, encontró el reposo y la paz en compañía de los niños inocentes. Su presencia nunca los hizo retroceder. La Majestad del cielo consintió en responder a sus preguntas y simplificó las importantes lecciones para que las mentes infantiles pudieran entenderlas. En sus mentes jóvenes y en expansión plantó la semilla de la verdad que germinaría y daría una cosecha generosa en el tiempo de la siega.4TPI 142.1

    En aquellos niños que acudieron a su encuentro para que los bendijera vio los hombres y mujeres que serían herederos de su gracia y súbditos de su reino. Algunos llegarían a ser mártires por causa de su nombre. Algunos discípulos que no abrigaban ningún tipo de compasión ordenaron que los niños fueran apartados para que no pudieran molestar al Maestro. Pero cuando se alejaron entristecidos, Cristo reprendió a sus seguidores diciendo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios”.4TPI 142.2

    Sabía que los niños escucharían sus consejos y lo aceptarían como Redentor, y que aquellos que tenían la sabiduría mundana y habían endurecido sus corazones no lo aceptarían y no encontrarían su lugar en el reino de Dios. Al acercarse a Cristo para recibir su bendición y consejo, la imagen y las palabras llenas de gracia del Salvador quedaron indeleblemente grabadas en sus mentes moldeables. Extraigamos una lección de este acto de Cristo y entendamos que los corazones de los jóvenes son más susceptibles a las enseñanzas del cristianismo, son más fáciles de ser movidos a piedad y virtud y retienen con más fuerza la impresión recibida. Acerquémonos a los jóvenes con amabilidad y enseñémosles con amor y paciencia.4TPI 143.1

    Hermana, ligue sus hijos a su corazón con afecto. Dispénseles las atenciones y los cuidados adecuados en todas las ocasiones. Vístalos con ropas que los favorezcan para que no se sientan avergonzados de su aspecto, puesto que esto sería perjudicial para su autoestima. Ha visto que el mundo está entregado a la moda y el vestido y olvida la mente y la moral para decorar la persona. Pero para evitar este peligro, usted ha caído en el otro extremo y no presta la atención suficiente al modo de vestir suyo y de sus hijos. Siempre es adecuado vestir con decoro y adecuadamente, según la edad y la posición.4TPI 143.2

    El orden y la limpieza son la ley del cielo. Para estar en armonía con las disposiciones divinas, es nuestro deber vestir con dignidad y buen gusto. Nuestras ideas al respecto están pervertidas. Hermana, mientras condena la extravagancia y la vanidad del mundo, cae en el error de arrastrar la economía a la penuria. Se niega a sí misma lo que es correcto y apropiado, para lo que Dios le dio medios para conseguir. Nuestra apariencia externa no debe deshonrar a Aquel a quien profesamos seguir, sino que debe prestigiar su causa.4TPI 143.3

    El apóstol dice: “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos”. 1 Timoteo 6:17, 18. Se le dieron medios para que los usara cuando fuese necesario, no para añadir destrucción a la gran conflagración. Se le ofrece el disfrute de los dones del Señor, se le pide que los use para su propia comodidad, con propósitos caritativos y en las buenas obras que hacen que la obra de Jesús progrese; y así se forjará un tesoro en el cielo.4TPI 144.1

    En la sabiduría de Dios, muchas de sus aflicciones la han visitado para acercarla más al trono de gracia. Él modera y subyuga a sus hijos con penas y pruebas. Este mundo es el taller de Dios; en él nos moldea para los atrios celestiales. El Señor usa el cepillo desbastador en nuestros corazones agitados y temblorosos hasta que las asperezas y las irregularidades han sido eliminadas por completo y somos encontrados adecuados para ocupar el lugar que deberíamos en el edificio celestial. Con las tribulaciones y las pruebas el cristiano se purifica y se fortalece; desarrolla un carácter según el modelo dado por Cristo. La influencia de una vida verdadera y piadosa escapa de toda medida. Va más allá del círculo inmediato del hogar y los amigos y esparce una luz que gana almas para Jesús.4TPI 144.2

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