Una lección de los recabitas
Dios ordenó a Jeremías que reuniera a los recabitas en una de las estancias del templo, que sirviera vino ante ellos y que los invitara a beber. Jeremías hizo tal como el Señor le había ordenado. “Mas ellos dijeron: ‘No beberemos vino; porque Jonadab, hijo de Recab nuestro padre nos ordenó diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni vuestros hijos’”. Jeremías 35:6.4TPI 174.1
“Y vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: ‘Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ‘Ve y di a los varones de Judá, y a los moradores de Jerusalén: ‘¿No aprenderéis a obedecer mis palabras?’”, dice Jehová. Fue firme la palabra de Jonadab hijo de Recab, el cual mandó a sus hijos que no bebiesen vino, y no lo han bebido hasta hoy, por obedecer al mandamiento de su padre”. Jeremías 25:12-14.4TPI 174.2
Dios contrasta la obediencia de los recabitas con la desobediencia y la rebelión de su pueblo, que no quería recibir sus palabras de reprensión y advertencia. Los recabitas obedecieron el mandamiento de su padre y no quisieron ser acusados de transgredir sus deseos. Pero Israel rechazó escuchar al Señor. Dijo: “Yo os he hablado a vosotros desde temprano y sin cesar, y no me habéis oído. Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar, para deciros: ‘Volveos ahora cada uno de vuestro mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres; mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis. Ciertamente os hijos de Jonadab hijo de Recab tuvieron por firme el mandamiento que les dio su padre; pero este pueblo no me ha obedecido’. Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ‘He aquí traeré sobre Judá y sobre todos los moradores de Jerusalén todo el mal que contra ellos he hablado; porque les hablé, y no oyeron; los llamé, y no han respondido’”.4TPI 174.3
“Y dijo Jeremías a la familia de los recabitas: ‘Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Por cuanto obedecisteis al mandamiento de Jonadab vuestro padre, y guardasteis todos sus mandamientos, e hicisteis conforme a todas las cosas que os mandó; por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ‘No faltará de Jonadab hijo de Recab un varón que esté en mi presencia todos los días’”. Jeremías 35:14-19.4TPI 174.4
Los recabitas recibieron alabanza por su pronta y dispuesta obediencia, mientras que el pueblo de Dios no quiso escuchar la reprensión de sus profetas. Puesto que les había hablado y no quisieron escucharlo, puesto que los había llamado y no quisieron responder, Dios pronunció juicio contra los israelitas. Jeremías repitió las palabras de elogio del Señor para los fieles recabitas y los bendijo en su nombre. De este modo Dios enseñó a su pueblo que la fidelidad y la obediencia a sus peticiones se reflejaría en las bendiciones que recibirían, tal como los recabitas fueron bendecidos por su obediencia a los mandamientos de su padre.4TPI 175.1
Si los consejos de un padre bueno y sabio que designaba los mejores y más efectivos medios para asegurar su posteridad contra los males de la intemperancia tenían que ser obedecidos tan estrictamente, la autoridad de Dios debía ser guardada con mucha más reverencia porque es más santo que un hombre. Es nuestro Creador y director, de poder infinito y terrible juicio. Su misericordia establece muchos medios para que los hombres vean sus pecados y se arrepientan de ellos. Si se obstinan en no escuchar las reprensiones que les envía y se comportan contrariamente a su voluntad declarada, caerá sobre ellos la ruina; porque el pueblo de Dios sólo obtiene prosperidad gracias a su misericordia, por medio del cuidado de sus mensajeros celestiales. El Señor no cuidará y guardará un pueblo que desprecie su consejo y menoscabe sus reprensiones.4TPI 175.2