Consideración con los obreros de color
La religión de la Biblia no reconoce casta ni color. Ignora el rango, la riqueza y el honor mundano. Dios estima a los hombres en su calidad de hombres. El carácter es lo que define su valor. Y debemos reconocer el Espíritu de Cristo en cualquier persona en que se manifieste. Nadie debe sentirse avergonzado de hablar con una persona negra honrada en cualquier lugar o de darle la mano. El que vive en la atmósfera en la que Cristo vive, será enseñado por Dios y aprenderá a estimar la gente.9TPI 179.1
Nuestros ministros negros deben ser tratados con consideración. No siempre se ha hecho así. Estos obreros tienen que ser animados a obtener un conocimiento cabal de la verdad. Deben aprender a ser eficientes en la tarea de enseñar la verdad a otros. Y cuando trabajen fielmente deben recibir su salario. Recordad que necesitan comer.9TPI 179.2
El Señor desea que su pueblo que vive en el norte del país mantenga una actitud bondadosa hacia sus hermanos y hermanas negros. No debemos apresurarnos a criticarlos. No podemos esperar que sean en todo sentido como los que han tenido mejores ventajas. Debemos recordar las desventajas bajo las cuales ha vivido la gente de raza negra. Su ambiente ha sido muy diferente del ambiente de la gente de raza blanca. Los habitantes del norte han vivido en una atmósfera moral más limpia y pura que la gente de raza negra del sur. No podemos esperar que, en todas las cosas, sean tan firmes y limpios en sus ideas de moralidad. Si Cristo estuviera en el mundo en la actualidad, enseñaría a los de raza negra en una forma que nos sorprendería. Nos invita a recordar que aun quienes han gozado de grandes ventajas en muchas cosas, con frecuencia se sienten ofendidos cuando se les señalan sus errores en forma indebida, y cuando los consejos y amonestaciones son pronunciados sin simpatía.9TPI 179.3
Cuando ocurren situaciones objetables entre la gente de raza negra, recordad que el Señor desea que actuéis con la sabiduría de un fiel pastor. Recordad que la bondad conseguirá más que la censura. Que los hermanos y hermanas negros comprendan que sus hermanos desean que alcancen la norma más elevada y que están dispuestos a ayudarles. Y si fallan en alguna cosa, no os apresuréis a condenarlos y separarlos de la obra.9TPI 179.4
Hay que tratar a la raza negra con justicia e imparcialidad. Cristo exige de sus siervos tierna compasión por los que sufren, simpatía por los infortunados y generosa consideración por los que tienen mala conducta. 9TPI 180.1
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Los pobres no están excluidos del privilegio de dar. Ellos, lo mismo que los ricos, pueden participar en la obra. La lección que Cristo dio acerca de las dos moneditas de la viuda nos muestra que hasta las ofrendas voluntarias más pequeñas de los pobres, cuando son presentadas con amor y de todo corazón, son tan aceptables como las cuantiosas donaciones de los ricos. En las balanzas del santuario, los dones de los pobres, hechos con amor a Cristo, no se estiman por la cantidad dada, sino por el amor que motiva el sacrificio.9TPI 180.2