Un lugar para cada persona
Hay para todo par de manos una obra que hacer. Que todo lo que se haga sirva para elevar el nivel de la humanidad. ¡Hay tantas personas necesitadas de ayuda! Tendrá el corazón desbordante de gozo aquel que, lejos de buscar su propia satisfacción, viva para beneficiar a los que son menos favorecidos. Despiértense los ociosos, y arrostren las realidades de la vida. Tomad la Palabra de Dios y escudriñadla. Si la ponéis en práctica, la vida será para vosotros una realidad viviente, y recibiréis abundante recompensa.9TPI 30.4
En su vasto plan, el Señor tiene un lugar para cada uno. No ha dado talento alguno que no sea necesario. ¿Es el talento pequeño? Dios tiene un lugar para él, y si es usado con fidelidad hará precisamente aquello para lo cual Dios lo dio. Los talentos de quien habita en un hogar humilde se necesitan para la obra de casa en casa, y pueden lograr más que los dones brillantes.9TPI 31.1
Se presentan miles de ocasiones para ser útiles. Deploramos la debilidad de nuestros recursos frente a los numerosos y urgentes pedidos de dinero y hombres. Si fuésemos más diligentes, podríamos, ahora mismo, centuplicar los recursos. Pero el egoísmo y la complacencia propia lo impiden.9TPI 31.2
Miembros de la iglesia, haced brillar la luz. Haced oír vuestras voces en oración humilde, en testimonio contra la intemperancia, la insensatez y las diversiones mundanas, y en la proclamación de la verdad para esta época. Vuestra voz, influencia y tiempo son dones de Dios y deben usarse en la ganancia de almas para Cristo.9TPI 31.3
Visitad a vuestros vecinos y mostrad interés en la salvación de sus almas. Despertad y poned en acción toda energía espiritual. Decid a las personas con quienes os relacionéis que el fin de todas las cosas está por sobrevenir. El Señor Jesucristo abrirá las puertas de sus corazones y realizará impresiones durables en sus mentes.9TPI 31.4
Esforzaos por despertar a hombres y mujeres de su insensibilidad espiritual. Decidles cómo encontrasteis a Jesús y habladles de las bendiciones que habéis recibido mientras os ocupáis en su servicio. Habladles de las bendiciones que recibís al sentaros a los pies de Jesús para aprender preciosas lecciones de su palabra. Contadles acerca del gozo y alegría que la vida cristiana proporciona. Vuestras palabras afectuosas y fervientes los convencerán de que habéis encontrado la perla de gran precio. Que vuestras palabras gozosas y animadoras demuestren que realmente habéis encontrado un camino mejor. Esta es la obra misionera genuina, y al hacerla, muchos despertarán como de un sueño.9TPI 31.5
Aun mientras están entregados a sus ocupaciones habituales, los hijos de Dios pueden llevar almas al Señor. Al hacerlo, tendrán la reconfortante seguridad de la presencia del Salvador. No deben sentirse abandonados a sus débiles fuerzas. Cristo les dará palabras adecuadas para consolar, animar y fortalecer a las pobres almas que luchan en las tinieblas. Su propia fe se afirmará al ver el cumplimiento de la promesa del Redentor. No sólo beneficiarán a otros, sino que la obra que hagan para Cristo será una fuente de bendición para ellos mismos.9TPI 31.6
Muchos pueden y deben hacer la obra que acabo de mencionar. Hermano mío, hermana mía, ¿qué haces tú para Jesús? ¿Te esfuerzas por ser una bendición para otros? ¿Salen de tus labios palabras de simpatía y amor? ¿Estás realizando esfuerzos fervientes por ganar almas para el Salvador?9TPI 32.1