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Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

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    No hay tiempo que perder

    No tenemos tiempo que perder. No sabemos cuán pronto terminará nuestro tiempo de prueba. Tenemos por delante la extensión de la eternidad. La cortina está a punto de alzarse. Cristo viene pronto. Los ángeles de Dios procuran distraernos de nosotros mismos y de las cosas de la tierra. Que su esfuerzo no sea en vano.8TPI 328.3

    Cuando Jesús se levante del lugar santísimo, y ponga a un lado sus vestimentas intercesoras y se vista de las ropas de venganza, se proclamará la orden: “El que es injusto, sea injusto todavía... y el que es justo, practique la justicia todavía. He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”. Apocalipsis 22:11, 12.8TPI 329.1

    Se aproxima una tormenta de implacable furor. ¿Estarnos preparados para hacerle frente?8TPI 329.2

    No es necesario que digamos que los peligros de los últimos días pronto nos sobrecogerán, porque ya han llegado. Precisamos ahora la espada del Señor para que corte hasta el alma misma y los tuétanos, la concupiscencia de la carne, los apetitos y las pasiones.8TPI 329.3

    Las mentes que se han abandonado al pensamiento inmoral necesitan cambiar. “Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia, sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”. 1 Pedro 1:13-16. Los pensamientos se deben fijar en Dios. Ahora es el tiempo de esforzamos fervientemente para vencer las tendencias naturales del corazón carnal.8TPI 329.4

    Nuestros esfuerzos, nuestra abnegación, nuestra perseverancia, deben ser proporcionales al valor infinito del objeto que perseguimos. Sólo venciendo como Cristo venció obtendremos la corona de la vida.8TPI 329.5

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