La administración de los colegios y las finanzas
Desearía tener mejor dominio del lenguaje para poder expresar claramente la importancia de la debida administración de nuestras escuelas. Todos debieran considerar que nuestras escuelas son los medios por los cuales el Señor quiere darse a conocer. Por doquiera se necesitan hombres y mujeres que hagan las veces de conductos de luz. La verdad de Dios tiene que llevarse a todos los países, a fin de que todos sean iluminados por ella.6TPI 210.1
Por ser el pueblo que tiene más luz, debiéramos idear medios para formar un ejército de misioneros educados que ingresen en los diferentes departamentos de la obra de Dios. Necesitamos jóvenes y señoritas bien disciplinados y educados en nuestras escuelas y sanatorios, en la obra misionera médica y en las casas editoras de diversos lugares, y en el campo en general. Necesitamos jóvenes que por su excelente cultura intelectual sean idóneos para hacer una buena obra para el Señor. Hemos conseguido algo en el sentido de alcanzar esta norma, pero aún así estamos muy por debajo de lo que el Señor ha indicado. Como iglesia y como individuos, si queremos estar sin culpa en el juicio, debemos hacer esfuerzos más definidos para educar a nuestra juventud, a fin de que esté mejor preparada para los diversos ramos de la gran obra que se nos ha confiado. Como pueblo que tiene gran luz, debiéramos hacer planes sabios a fin de que las inteligencias de los que poseen talento se fortalezcan, disciplinen y pulan. Así la obra de Cristo no será estorbada por falta de obreros expertos que hagan su trabajo con fervor y fidelidad.6TPI 210.2
Algunos se contentarían con dar una educación esmerada a un número limitado de jóvenes muy promisorios; pero todos nuestros jóvenes necesitan educarse a fin de estar preparados para ser útiles en esta vida, capacitados para ocupar puestos de responsabilidad tanto en la vida privada como en la publica. Hay gran necesidad de planes para proveer muchos obreros competentes, y numerosas personas jóvenes harían bien en prepararse para ser maestros que a su vez participen en la preparación de otros para la gran obra futura. La iglesia debe considerar la situación, y por su influencia y sus recursos tratar de alcanzar este tan deseado fin.6TPI 210.3