La importancia del colportaje
La obra del colportaje, debidamente practicada, es obra misionera del más alto nivel, y es un método tan bueno y exitoso como cualquiera que se pueda usar para presentar a la gente las valiosas verdades importantes para este tiempo. La importancia de la obra del ministerio es indudable; pero muchos que tienen hambre del pan de vida no tienen la oportunidad de oír la Palabra por medio de los predicadores delegados por Dios. Por esta razón es esencial que nuestras publicaciones circulen ampliamente. Así el mensaje llegará donde el predicador no puede ir, y la atención de muchos será atraída a los acontecimientos importantes relacionados con las escenas finales de la historia de este mundo.6TPI 315.1
Dios ha ordenado la obra del colportaje como un medio de presentar a la gente la luz contenida en nuestros libros, y los colportores deben comprender cuán indispensable es presentar al mundo, tan pronto como sea posible, los libros necesarios para su educación e ilustración espirituales. Esta es en verdad la obra que el Señor quiere que su pueblo haga en este tiempo. Todos los que se consagran a Dios para trabajar como colportores están ayudando a dar el último mensaje de amonestación al mundo. Nunca se valorará demasiado esta obra; porque si no fuese por los esfuerzos del colportor, muchos jamás oirían la amonestación divina.6TPI 315.2
Es cierto que algunos que compran los libros los dejarán en los estantes o los pondrán sobre la mesa de la sala, y rara vez los mirarán. Sin embargo, Dios cuida de su verdad, y llegará el día cuando estos libros serán buscados y leídos. La enfermedad o la desgracia pueden entrar en el hogar, y por medio de la verdad contenida en los libros Dios concede paz, esperanza y descanso a los corazones afligidos. Su amor les es revelado, y comprenden cuán precioso es el perdón de sus pecados. De esa manera coopera el Señor con sus obreros abnegados.6TPI 316.1
Son muchos los que a causa del prejuicio no conocerán la verdad a menos que alguien la lleve a sus casas. El colportor puede encontrar a tales personas y muchas personas a causa del prejuicio, no conocerán la verdad a menos que alguien la llevea sus casas. Existe una clase de obra especial que el colportor puede realizar con mejor éxito que otros en sus visitas de casa en casa. Puede familiarizarse con la gente y comprender sus verdaderas necesidades; también puede orar con ella y señalarle al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Así se preparará el camino para que el mensaje especial pare esto tiempo impresione sus mentes.6TPI 316.2
Hay una gran responsabilidad sobre el colportor. Debiera ir a su trabajo preparado para explicar las Escrituras. Si pone su confianza en el Señor mientras va de lugar en lugar, los ángeles de Dios estarán a su alrededor para ayudarle a hablar con palabras que infundan luz, esperanza y valor a muchas almas.6TPI 316.3
El colportor debe recordar que tiene la oportunidad de sembrar en todo terreno. Mientras vende los libros que contienen la verdad, recuerde que está haciendo la obra de Dios, y que todo talento debe emplearse para gloria de su nombre. Dios estará con todo el que desea conocer la verdad para presentarla claramente a otros. Dios ha hablado con sencillez y claridad: “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga”. Apocalipsis 22:17. Debemos instruir sin tardanza a quienes lo necesitan, para llevarlos al conocimiento de la verdad como está en Jesús.6TPI 316.4
Las ovejas perdidas del redil de Dios están esparcidas por todo lugar, y se está descuidando la obra que tendría que hacerse en su favor. Por la luz recibida, sé que debiera haber cien colportores donde hay uno. Debería animarse a los colportores a hacer esta clase de obra; no a vender libros con historias, sino a presentar al mundo los libros que contienen la verdad más importante para este tiempo.6TPI 317.1
Salgan los colportores con la Palabra del Señor, recordando que los que obedecen los mandamientos y enseñan a otros a obedecerlos serán recompensados al ver las almas convertirse; y un alma verdaderamente convertida traerá otras a Cristo. Así entrará la obra en nuevos territorios.6TPI 317.2
Ha llegado el tiempo en que los colportores deben hacer una gran obra. El mundo está dormido y, como atalayas, deben proclamar la amonestación para advertir a los que duermen del peligro en que se encuentran. Las iglesias no conocen el tiempo de su visitación. Con frecuencia la mejor manera como pueden aprender la verdad, es por los esfuerzos del colportor. Los que salen en nombre del Señor son sus mensajeros para dar a las multitudes que están en las tinieblas y el error, las gratas nuevas de la salvación en Cristo, en obediencia a la ley de Dios.6TPI 317.3
Se me ha revelado que aun donde la gente puede escuchar a un predicador, el colportor debe realizar su obra en colaboración con el ministro; porque aunque el predicador presente fielmente el mensaje, la gente no lo puede retener todo. La página impresa es por lo tanto esencial, no sólo para despertarlos y hacerles comprender la importancia de la verdad para este tiempo, sino para arraigarlos y fundamentarlos en ella y afirmarlos contra los errores engañosos. Los libros y periódicos son los medios dispuestos por el Señor para mantener constantemente delante de la gente el mensaje para este tiempo. En lo que concierne a instruir y confirmar a la gente en la verdad, las publicaciones harán una obra mayor que la que puede hacer el ministerio de la palabra hablada por su propia cuenta. Los mensajeros silenciosos que se colocan en los hogares de la gente por la obra del colportor, de todas maneras fortalecerán la obra del ministerio evangélico, porque el Espíritu Santo impresionará la mente de los que lean los libros, así como impresiona la mente de los que escuchan la predicación de Palabra. El mismo ministerio de los ángeles que acompaña la obra del predicador, acompaña también a los libros que contienen la verdad. 6TPI 317.4
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Las noticias de todo esfuerzo exitoso de nuestra parte para despejar las tinieblas y difundir la luz y el conocimiento de Dios y de Jesucristo, el Enviado, son llevadas al cielo. El acto conmueve a los principados y las potestades, y despierta la simpatía de todos los seres celestiales. 6TPI 318.1
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“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden; a estos ciertamente olor de muerte para muerte, y a aquéllos olor de vida para vida. Y para estas cosas, ¿quién es suficiente?” 2 Corintios 2:14-16.6TPI 318.2