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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6

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    Importancia del cultivo de la voz

    En todo lo que hacemos debemos conceder más atención al cultivo de la voz. Podemos tener el conocimiento, pero a menos que sepamos cómo utilizar correctamente la voz, nuestra labor será un fracaso. A menos que revistamos nuestras ideas con el lenguaje apropiado, ¿de qué valdrá toda nuestra educación? Tener amplios conocimientos será de poco beneficio, a menos que cultivemos el don del habla; se convertirá en un poderoso instrumento cuando se combine con la habilidad de pronunciar palabras sabias, que presten ayuda; pronunciándolas en una forma que llame la atención.6TPI 380.1

    Los estudiantes que desean trabajar como obreros en la causa de Dios, debieran ser entrenados para hablar con claridad y precisión, de otro modo perderán la mitad de su capacidad para hacer el bien. La habilidad para hablar en forma sencilla y clara, en tonos armoniosos y sonoros; es de gran valor en cualquier ocupación. Esta capacidad es indispensable en el caso de quienes desean trabajar como pastores, evangelistas, obreros bíblicos o colportores. Quienes piensan dedicarse a estas ocupaciones deberán ser enseñados a utilizar su voz de forma tal que cuando hablen a la gente, se establezca una impresión duradera a favor de la verdad. La verdad no debe ser desfigurada por comunicarse con expresión defectuosa.6TPI 380.2

    Un colportor se ayudará notablemente cuando pueda hablar con claridad y precisión acerca de las cualidades del libro que desea vender. Quizás se le brinde la oportunidad de leer un capítulo del libro, y mediante los tonos de su voz y el énfasis que coloque en sus palabras, puede hacer que la escena que intenta representar se destaque tan claramente en la mente del que la escucha como si la estuviera realmente contemplando.6TPI 380.3

    Los que imparten estudios bíblicos en las congregaciones o en los hogares, deberán poder leer con una cadencia suave y musical que enternezca a sus oyentes.6TPI 380.4

    Los ministros del Evangelio deberían saber cómo hablar poderosamente y con expresividad, haciendo que las palabras de vida eterna sean expresivas e impresionantes, de tal manera que los oyentes no puedan rechazar su importancia. Me duele escuchar las voces deficientes de muchos de nuestros ministros. Ellos roban a Dios la gloria que él pudiera recibir si se hubieran aplicado a aprender la forma como deben predicar Palabra con poder.6TPI 381.1

    Nadie debe considerarse calificado para entrar a la obra del ministerio hasta que, a través de esfuerzos perseverantes, haya vencido cualquier problema del habla. Si dicha persona intenta hablar a la gente sin haber aprendido a utilizar el talento del habla, perderá la mitad de su influencia, ya que no podrá mantener vivo el interés de la congregación.6TPI 381.2

    Independientemente de su vocación, todos deben aprender a controlar la voz, de manera que en caso que algo resulte mal, no hablen en tonos que estimulen las pasiones más bajas. Con frecuencia quienes hablan y quienes escuchan lo hacen en tonos ásperos, muy duros. Las palabras ásperas e impositivas, expresadas en tonos duros e irritantes; han hecho que los amigos se distancien y que algunas personas se pierdan.6TPI 381.3

    La educación de la voz debe comenzar en el hogar. Los padres deben enseñar a sus hijos a que hablen de una forma clara, de tal manera que sus oyentes puedan entender cada palabra. Deben enseñarles a leer la Biblia con una pronunciación clara y precisa que honre a Dios. Los que se arrodillan alrededor del altar familiar, cuando oren a Dios no deben poner la cara entre las manos, o cerca de las sillas. Deben alzar las cabezas y con santo recogimiento hablar con su Padre celestial, pronunciando sus palabras en tonos que puedan ser escuchados.6TPI 381.4

    Padres, aprended a hablar de forma tal que seáis una bendición para vuestros hijos. Las mujeres deben ser instruidas al respecto. Aun las ocupadas madres, si así lo desean, pueden cultivar el talento del habla y enseñar a sus hijos a leer y hablar correctamente. Pueden hacerlo mientras realizan sus quehaceres. Nunca es demasiado tarde para mejorar. Dios llama a los padres para que lleven la perfección que sea posible al círculo del hogar.6TPI 381.5

    En las reuniones sociales existe una necesidad especial para expresarse en forma clara y precisa, para que todos puedan escuchar los testimonios y obtener beneficio de ellos. Las dificultades desaparecen, y se recibirá ayuda cuando en las reuniones sociales el pueblo de Dios relate sus experiencias. Sin embargo, en muchas ocasiones los testimonios se expresan en una forma defectuosa e imprecisa, y resulta imposible obtener una idea apropiada de lo que se ha dicho, lo cual a menudo causa la pérdida de muchas bendiciones.6TPI 382.1

    Es necesario que los que oran y los que hablan, tengan una pronunciación correcta y que hablen en un tono claro, preciso y sereno. Las oraciones, cuando se efectúan en forma apropiada, son un poder para el bien. Es una de las maneras que utiliza el Señor para comunicar a su pueblo los preciosos tesoros de la verdad. Sin embargo, en ocasiones las oraciones no son lo que debieran ser, debido a las voces defectuosas de quienes las pronuncian. Satanás se goza cuando las oraciones que se dirigen a Dios apenas se pueden escuchar. Es necesario que el pueblo de Dios aprenda a hablar y a orar en una forma que sea consecuente con las grandes verdades que posee. Que los testimonios que se expresen y las oraciones que se ofrezcan sean claros y precisos, para que Dios sea glorificado.6TPI 382.2

    Es indispensable que todos obtengan el mayor provecho del don del habla. Dios pide un ministerio más elevado y perfecto. Puede ser deshonrado por la pronunciación defectuosa de quienes podrían convertirse en voceros aceptables si realizaran un esfuerzo dedicado. La verdad es muchas veces desfigurada por el canal a través del que pasa.6TPI 382.3

    El Señor llama a todos los que se relacionan con su servicio a que cultiven la voz, para que expresen de una manera aceptable las grandes y solemnes verdades que él les ha confiado. Que nadie desfigure la verdad mediante una pronunciación defectuosa. No se debe permitir que quienes han descuidado cultivar el don del habla, piensen que están aptos para la obra del ministerio; porque aún necesitan obtener el poder de la comunicación.6TPI 382.4

    Cuando habláis, aseguraos que cada palabra sea plena y sonora; que cada oración sea clara y precisa de principio a fin. Algunos, cuando llegan al final de una oración, bajan el tono de la voz, y hablan en una forma tan difusa que se pierde la fuerza de las ideas. Las palabras que merecen ser dichas, deben pronunciarse con voz clara y precisa; con énfasis y modulación. Sin embargo, nunca habléis con palabras rebuscadas, porque eso causaría la impresión de que sois eruditos. Mientras más sencilla sea vuestra expresión, tanto mejor entenderán vuestros oyentes.6TPI 383.1

    Jóvenes y señoritas, ¿ha puesto Dios en vuestros corazones el deseo de servirle? Si es así, procurad por todos los medios cultivar vuestra voz al máximo de vuestras habilidades, de manera que podáis explicar claramente la preciosa verdad a la gente. No forméis el hábito de orar en forma imprecisa, y en un tono de voz tan bajo, al punto que se requiera de un intérprete. Orad en forma sencilla, pero de manera clara y precisa. Bajar el volumen de la voz a un nivel tan bajo que no se pueda escuchar, no es una muestra de humildad.6TPI 383.2

    A quienes piensan entrar a servir en la obra del Señor como pastores les aconsejo: Procurad con determinación perfeccionar el don del habla. Pedid a Dios que os ayude a lograr este gran objetivo. Cuando os toque orar en la congregación, recordad que habláis con Dios, y que él desea que habléis de forma tal que todos los presentes puedan unir sus súplicas a las vuestras. Una oración expresada en forma tan apresurada que las palabras se confunden, no honra a Dios y no beneficia a los oyentes. Es necesario que los ministros y todos los que elevan oraciones en público, aprendan a orar de tal manera que Dios sea glorificado, y que sean bendecidos los que escuchan. Es necesario que hablen despacio y en forma precisa; en un tono lo suficientemente alto para ser escuchado por todos, de manera que puedan unirse para decir, Amén.6TPI 383.3

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