Ayuda para los campos misioneros
Siento una gran preocupación acerca de los campos misioneros necesitados. En las misiones cercanas hay una obra que debe hacerse agresivamente; y existe una gran necesidad de recursos financieros para promover la obra en los campos misioneros. Nuestras misiones en el extranjero están languideciendo. No estamos sosteniendo a los misioneros en la forma como Dios requiere. Los obreros están incapacitados para entrar en nuevos campos porque carecen de los fondos necesarios.6TPI 444.1
Existen a nuestro alrededor almas que perecen en sus pecados. Miles y miles de personas mueren anualmente sin Dios y sin esperanza de vida eterna. Las plagas y los juicios de Dios están realizando su obra, y hay almas que perecerán porque nadie ha iluminado su camino con la luz de la verdad. Sin embargo, ¡cuán poco se preocupan por la condición de sus semejantes! El mundo está pereciendo en medio de su aflicción. Pero esto escasamente conmueve aun a los que afirman creer la verdad más importante y extensa que los mortales hayan recibido. Dios requiere que su pueblo sea su mano ayudadora para alcanzar a los que perecen, pero muchos se conforman con no hacer nada. Falta ese amor que indujo a Cristo a dejar su hogar celestial y asumir la naturaleza humana, para que la humanidad pudiera tocar a la humanidad y conducir la humanidad hacia la divinidad. Existe un estupor y una parálisis que han sobrecogido al pueblo de Dios y le impiden comprender lo que se necesita para este tiempo.6TPI 444.2
El pueblo de Dios está siendo observado por el universo celestial; pero la escasez de sus donativos y ofrendas, y la debilidad de sus esfuerzos en el servicio divino los delatan como infieles. Si lo poco que ahora se logra, fuera lo mejor que ellos pueden hacer, no estarían bajo condenación; pero ellos podrían hacer mucho mejor con sus recursos. Ellos saben, y también el mundo lo sabe, que han perdido en gran medida el espíritu de abnegación que induce a cada uno a llevar su cruz.6TPI 444.3
Dios necesita personas que proclamen la advertencia al mundo que está dormido, muerto en desobediencia y pecado. Pide ofrendas voluntarias a los que tienen el corazón puesto en la obra, que se preocupan por las almas y no quieren que se pierdan sino que obtengan la vida eterna. Satanás está obstinado en el juego de la vida por las almas humanas. Busca la manera de impedir que los recursos económicos se usen para hacer progresar las empresas misioneras. ¿Ignoraremos sus estratagemas? ¿Permitiremos que él confunda nuestros sentidos?6TPI 445.1
Insto a mis hermanos en todas partes a que despierten, que se consagren a Dios, y que busquen sabiduría de parte de él. Insto a los dirigentes de nuestras Asociaciones a que trabajen resueltamente en nuestras iglesias. Despierten a los miembros a la necesidad de contribuir financieramente para satisfacer las necesidades de nuestras misiones en el extranjero. A menos que vuestros corazones se conmuevan en vista de la situación aflictiva de los campos extranjeros, se restringirá la predicación del último mensaje de misericordia para el mundo, y la obra que Dios desea que se haga quedará inconclusa.6TPI 445.2
Los últimos años del tiempo de prueba están transcurriendo con rapidez. El gran día del Señor se está acercando. Debiéramos realizar ahora todo esfuerzo posible para despertar a nuestro pueblo. Que las palabras del Señor expresadas por el profeta Malaquías penetren hondo en cada alma:6TPI 445.3
“Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos? ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los ejércitos”. Malaquías 3:6-12.6TPI 445.4
Ya es tiempo que obedezcamos la enseñanza de Palabra de Dios. Todos sus mandamientos los ha dado para nuestro bien, para convertir el alma a la rectitud moral. Cada persona que se convierte a la verdad debiera recibir instrucción acerca de los requerimientos de Dios en lo que atañe a los diezmos y las ofrendas. A medida que surgen nuevas iglesias, esta obra debe llevarse acabo en forma decidida y con el espíritu de Cristo. Todo lo que la gente disfruta lo recibe de la generosa mano del Señor, y él se siente complacido de permitir que sus herederos disfruten de sus beneficios; pero todos los que están bajo el estandarte ensangrentado del Príncipe Emmanuel deben reconocer su dependencia de Dios y su responsabilidad hacia él, devolviendo a la tesorería la parte que le pertenece a él. Estos recursos deben invertirse en la obra misionera en cumplimiento de la comisión dada a sus discípulos por el Hijo de Dios: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones”. “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. “Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” Mateo 28:19, 20; Marcos 16:15.6TPI 446.1
Las personas que están verdaderamente convertidas son llamadas a realizar una obra que requiere dinero y consagración. La obligación que nos compele a incluir nuestros nombres en los libros de la iglesia, y eso nos compromete a trabajar para Dios al nivel de nuestra máxima habilidad. Él exige un servicio total, y la completa devoción del corazón, el alma, la mente y las fuerzas. Cristo nos ha traído a la iglesia para comprometer y usar todas nuestras facultades en un servicio consagrado para la salvación de la gente. Cualquier cosa que no esté a la altura de esto, significa oposición a la obra. Existen solamente dos lugares en el mundo donde podamos depositar nuestro tesoro: en la tesorería de Dios, o en la de Satanás; y todo lo que no se dedica al servicio de Cristo se considera que se ha colocado en el lado de Satanás y fortalecerá su causa.6TPI 446.2
El Señor ha dispuesto que los recursos confiados a nosotros debemos usarlos en la edificación de su reino. Ha entregado sus bienes a sus mayordomos para que negocien hábilmente con ellos y le traigan los ingresos en función de personas salvadas para la vida eterna. Esas personas, a su turno, se convertirán en mayordomos de la verdad, para cooperar con la gran firma en los intereses del reino de Dios.6TPI 447.1
Donde hay vida se produce aumento y crecimiento; en el reino de Dios existe un intercambio constante: tomar y dar; recibir y entregar al Señor lo que es suyo. Dios trabaja con cada creyente auténtico, y la luz y la bendición recibidas se dan nuevamente en la obra realizada por el creyente. Así es como aumenta la capacidad de recibir. A media que se comparten los dones celestiales, se hace lugar para que nuevas corrientes de gracia fluyan hacia el alma desde la fuente viva. Así se obtienen mayor luz, aumento del conocimiento y bendiciones. En esta obra, que incumbe a cada miembro de iglesia, yace la vida y el crecimiento de toda iglesia. La persona cuya vida consiste en recibir constantemente sin nunca dar, no tarda en perder la bendición. Si la verdad no fluye de su persona hacia otros, perderá la capacidad de recibir. Debemos compartir los beneficios recibidos del cielo si deseamos recibir renovadas bendiciones.6TPI 447.2
Esto es igualmente verdadero tanto en las cosas temporales como en las espirituales. El Señor no desciende a este mundo trayendo oro y plata para promover su obra. En cambio provee recursos a la gente para que mediante sus donativos y ofrendas contribuyan a que su obra continúe avanzando. El propósito que sobrepuja a todos los demás para el cual debieran usarse los recursos que Dios da, es el sostenimiento de los obreros que trabajan en el gran campo donde está la cosecha de almas. Y si los hombres y las mujeres se convierten en canales de bendición para otras almas, el Señor mantendrá los canales provistos. Lo que empobrece a la gente no es la devolución de lo que pertenece a Dios, sino su retención es lo que la empobrece.6TPI 447.3
La obra de compartir lo que uno ha recibido convertirá a cada miembro de iglesia en un colaborador de Dios. No podemos hacer nada por cuenta propia, pero Cristo es el obrero principal. Toda persona tiene el privilegio de trabajar juntamente con él.6TPI 448.1
El Salvador dijo: “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo”. Juan 12:32. Cristo soportó la cruz por el gozo de ver almas redimidas. Se convirtió en el sacrificio viviente por el mundo caído. Ese acto de sacrificio de sí mismo incluyó el corazón de Cristo y el amor de Dios; y mediante este sacrificio se dio al mundo la poderosa influencia del Espíritu Santo. La obra de Dios debe llevarse a cabo mediante el sacrificio. De cada hijo de Dios se requiere abnegación. Cristo dijo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”. Lucas 9:23. Cristo da un nuevo carácter a todos los que creen; este carácter, mediante su sacrificio infinito, es la reproducción del suyo propio.6TPI 448.2
El autor de nuestra salvación será el consumador de la obra. Una verdad atesorada en el corazón hará lugar para otra verdad aún. Y la verdad pone siempre en actividad las facultades de quien la reciba. Cuando los miembros de nuestras iglesias amen verdaderamente la Palabra de Dios, revelarán las mejores cualidades, las más poderosas; y cuanto más nobles sean, tanto más semejantes a niños serán en espíritu, pues creerán lo que la Palabra de Dios enseña contra todo egoísmo.6TPI 448.3
Un raudal de luz brota de la Palabra de Dios y debemos despertarnos para reconocer las oportunidades descuidadas. Cuando todos sean fieles en lo que respecta a devolver a Dios lo suyo en diezmos y ofrendas, se abrirá el camino para que el mundo oiga el mensaje para este tiempo. Si el corazón de los hijos de Dios rebosara de amor por Cristo; si cada miembro de la iglesia estuviera totalmente dominado por un espíritu de abnegación; si todos manifestasen profundo fervor, no faltarían fondos para las misiones. Nuestros recursos se multiplicarían, y se nos ofrecerían mil oportunidades de ser útiles. Si el propósito de Dios de dar al mundo el mensaje de misericordia hubiese sido llevado a cabo por su pueblo, Cristo habría venido ya a la tierra, y los santos habrían recibido su bienvenida en la ciudad de Dios.6TPI 448.4
Si hubo alguna vez un tiempo en que debían hacerse sacrificios, es ahora. Los que tienen dinero deben comprender que ahora es el momento de emplearlo para Dios. No se absorban recursos en multiplicar las facilidades donde la obra ya está establecida. No se añada edificio a edificio, donde se han concentrado ya muchos establecimientos. Empléense los recursos para fundar centros en nuevos campos. Así podréis ganar almas que desempeñarán su parte en producir otros miembros.6TPI 449.1
Pensad en nuestras misiones en los campos extranjeros. Algunas de ellas están luchando para establecerse; se ven privadas hasta de las comodidades más escasas. En vez de aumentar las comodidades ya abundantes, edificad la obra en esos campos necesitados. Vez tras vez el Señor ha hablado al respecto. Su bendición no puede acompañar a su pueblo si desprecia sus instrucciones.6TPI 449.2
Practicad la economía en vuestros hogares. Muchos están albergando y adorando ídolos. Apartad vuestros ídolos. Renunciad a vuestros placeres egoístas. Os ruego que no absorbáis recursos en el embellecimiento de vuestras casas; porque es el dinero de Dios, y pedirá que se lo devolváis. Padres, por amor de Cristo, no empleéis el dinero del Señor para satisfacer las fantasías de vuestros hijos. No les enseñéis a seguir la moda ni a practicar ostentación para ganar influencia en el mundo. ¿Podría esto inclinarlos a salvar las almas por las cuales Cristo murió? No; sólo crearía envidias, celos y malas suposiciones. Vuestros hijos se verían inducidos a competir con la ostentación y extravagancia del mundo y a gastar el dinero del Señor en lo que no es esencial para la salud o la felicidad.6TPI 449.3
No enseñéis a vuestros hijos a pensar que vuestro amor hacia ellos debe expresarse satisfaciendo su orgullo, prodigalidad y amor a la ostentación. No es ahora el momento de inventar maneras de consumir el dinero. Dedicad vuestras facultades inventivas a tratar de economizarlo. En vez de satisfacer la inclinación egoísta gastando dinero en cosas que destruyen las facultades del raciocinio, procurad cuidadosamente practicar la abnegación para tener algo que invertir en la tarea de enarbolar el estandarte de la verdad en los campos nuevos. El intelecto es un talento; usadlo para estudiar cómo emplear mejor vuestros recursos para la salvación de la gente.6TPI 449.4
Enseñad a vuestros hijos que Dios tiene sobre todo lo que poseen un derecho que nada puede abolir jamás; cualquier cosa que ellos tengan, él se las ha confiado en custodia, para probar su obediencia. Inspiradles la ambición de ganar estrellas para su corona haciendo pasar muchas almas del pecado a la justicia.6TPI 450.1
El dinero es un tesoro necesario; no debe gastarse pródigamente para beneficio de quienes no lo necesitan. Algunos necesitan vuestros donativos voluntarios. Con demasiada frecuencia, los que tienen recursos dejan de considerar cuántos hay en el mundo que tienen hambre y padecen por falta de alimento. Tal vez digan: “No puedo alimentarlos a todos”. Pero si practicamos las lecciones de economía que nos dejó Cristo, podremos alimentar por lo menos a uno. Puede ser que podáis alimentar a muchos que tienen hambre del alimento temporal; y podéis alimentar sus almas con el pan de vida. “Recoged los pedazos que sobraron, para que no se pierda nada”. Juan 6:12. Estas palabras las pronunció Aquel que tenía todos los recursos del universo a su disposición; aun cuando su poder de hacer milagros proporcionó alimento a millares, no desdeñó enseñar una lección de economía.6TPI 450.2
Practicad la economía en el empleo de vuestro tiempo. Pertenece al Señor. Vuestra fuerza es del Señor. Si tenéis costumbres de despilfarro, suprimidlas de vuestra vida. Si conserváis tales hábitos, ellos ocasionarán vuestra bancarrota para la eternidad, mientras que los hábitos de economía, laboriosidad y sobriedad son, aun en este mundo, una porción mejor para vosotros y vuestros hijos, que una dote cuantiosa.6TPI 450.3
Somos viajeros, peregrinos y advenedizos en la tierra. No gastemos nuestros recursos para satisfacer deseos que Dios nos ordena reprimir. Demos, más bien, el debido ejemplo a los que se tratan con nosotros. Representemos adecuadamente nuestra fe restringiendo nuestros deseos. Levántense las iglesias como un solo hombre y trabajen fervientemente como quienes andan en la plena luz de la verdad para estos últimos tiempos. Impresione vuestra influencia a la gente para hacerle comprender el carácter sagrado de los requerimientos de Dios.6TPI 451.1
Si en la providencia de Dios habéis recibido riquezas, no os acomodéis a este mundo pensando que no necesitáis dedicaros a un trabajo útil, que tenéis bastante, y que podéis comer, beber y alegraros. No permanezcáis ociosos mientras otros luchan para obtener recursos para su causa. Invertid vuestros recursos en la obra del Señor. Si hacéis menos que vuestro deber para ayudar a los que perecen, recordad que al ser indolentes os hacéis culpables.6TPI 451.2
Dios es quien da a los hombres el poder de conseguir riquezas, y él otorga esta capacidad, no como medio de complacer al yo, sino como un medio de devolver a Dios lo suyo. Con este objeto, no es pecado adquirir recursos. El dinero debe ganarse por el trabajo. Todo joven debe cultivar costumbres de laboriosidad. La Biblia no condena a nadie por ser rico, si adquirió sus riquezas honradamente. Es el amor egoísta al dinero mal empleado lo que constituye la raíz de todo mal. La riqueza resultará una bendición si la consideramos como del Señor, para recibirla con agradecimiento y devolverla con igual agradecimiento al Dador.6TPI 451.3
¿Pero qué valor tiene la riqueza incalculable, si se acumula en costosas mansiones o en títulos bancarios? ¿Qué importancia tienen estas cosas en comparación con un alma por la cual murió el Hijo del Dios infinito?6TPI 451.4
A los que han amontonado riquezas para los últimos días, el Señor declara: “Vuestras riquezas están podridas, y vuestras ropas están comidas de polilla. Vuestro oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestras carnes como fuego”. Santiago 5:2, 3.6TPI 451.5
El Señor nos ordena: “Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos que no se agote; donde el ladrón no llega, ni polilla destruye. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran enseguida. Bienaventurados aquellos siervos, a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. Vosotros, pues, también, estad preparados; porque a la hora que no penséis, el Hijo del hombre vendrá”. Lucas 12:33-40.6TPI 452.1