Institutos ministeriales
“Id y predicad el evangelio a todo el mundo, y predicad el evangelio a toda criatura”, es la orden del Salvador para sus obreros. Pero, se ha ignorado esta clara instrucción. Aunque la luz se ha dado repetidamente, se continúa llamando hombres desde sus campos de trabajo para que asistan durante muchas semanas a un instituto ministerial. Hubo un tiempo cuando esto era necesario, porque nuestra propia feligresía se opuso a la obra de Dios al rechazar la luz sobre la justificación por la fe en Cristo. Ellos debieron haber recibido e impartido ese mensaje con el corazón, la voz y la palabra impresa, porque esta es su única eficiencia. Debieron haber trabajado bajo la dirección del Espíritu Santo para dar la luz a otros. 6TPI 94.3
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La realización de tantos institutos bíblicos entre nuestro propio pueblo, no es sabia. El objetivo es bueno, pero hay una obra más urgente que cumplir: llevar la luz de la verdad a nuevas regiones, donde no ha penetrado. Los obreros retenidos para trabajar por los que ya tienen un conocimiento de la verdad, se colocan fuera de contacto con los inconversos. Al dedicar tanto tiempo, año tras año, a los institutos ministeriales, nuestros hermanos han descuidado campos que ya están listos para la siega. Personas ciegas espiritualmente, prejuiciadas por aquellos que representan incorrectamente la verdad, han quedado sin amonestar. ¡Oh, el descuido que será registrado contra individuos, organizaciones e iglesias en aquel día, cuando cada cual será juzgado de acuerdo a las obras hechas en el cuerpo! Entonces se verá cuán grande era la medida de responsabilidad por no haber extendido la obra a las regiones lejanas.6TPI 95.1
La asistencia a tantos institutos no ha producido mayor beneficio a los mismos obreros. Los talentos se desarrollan mejor donde son más necesitados. Los ministros llamados de otros campos para asistir a institutos ministeriales, no están tan bien preparados para la obra como si se asignaran ellos mismos al trabajo consagrado en los campos de estudios, allí donde el estandarte de la verdad debe flamear bien alto. Si estudiaran la Palabra de Dios con un espíritu dócil, orando y velando en oración, y trabajando además de orar; los ángeles de Dios abrirían sus entendimientos para recibir la verdad en su hermosura.6TPI 95.2
Según se recibe el conocimiento de la verdad, permitid que esta se imparta a los que están en oscuridad, sin Dios y sin esperanza en el mundo. En dicha labor hay una variedad de percepciones con las cuales trabajar, y Dios bendecirá grandemente a sus siervos cuando acudan a él en busca de sabiduría. El Espíritu Santo vendrá a todos los que imploran la recepción del pan de vida para darlo a sus vecinos.6TPI 95.3
En vez de tener institutos para capacitar ministros para su trabajo, dadles la responsabilidad de laborar en lugares donde se han celebrado congresos campestres. Después de ser alimentados con el pan de vida por un milagro de la misericordia de Dios, permitidles trabajar para alimentar a otros.6TPI 96.1
Las cuantiosas sumas requeridas para los institutos ministeriales habrían dado mejores resultados si se hubieran gastado en sostener a los ministros en campos misioneros.6TPI 96.2
En el ministerio hay hombres de fe y oración que pueden decir: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo”. 1 Juan 1:1-3. Estos hombres deben instruir a otros. Dejad que los obreros se instruyan en el trabajo mismo en relación con obreros experimentados.6TPI 96.3