La reforma industrial
Por el hecho de que surjan dificultades no tenemos que abandonar las industrias establecidas como ramas de la educación. Mientras asisten a la escuela, los jóvenes deben tener la oportunidad de aprender a manejar herramientas. Bajo la dirección de obreros de experiencia, carpinteros aptos para enseñar, pacientes y bondadosos; los mismos alumnos deben levantar edificios en los terrenos de la escuela y hacer las mejoras necesarias. Así aprenderán, mediante lecciones prácticas, a construir de una manera económica. Se debe adiestrar también a los alumnos en los detalles de los diversos trabajos relacionados con la imprenta, tales como la composición, la impresión y la encuadernación; también en la confección de tiendas y otros trabajos útiles. Se deben plantar frutales pequeños y cultivarse flores y verduras, haciendo salir a las jóvenes alumnas al aire libre para realizar estas labores. Así, mientras ejercitan la mente, los huesos y los músculos, estarán adquiriendo también conocimientos de la vida práctica.6TPI 180.1
La cultura en todas estas cosas hará a nuestros jóvenes útiles para llevar la verdad a los campos extranjeros. Así no tendrán que depender de las personas entre quienes vivan para cocinar, coser o edificar; tampoco será necesario gastar dinero para trasladar hombres a miles de kilómetros para trabajar en la construcción de escuelas, capillas y viviendas. Los misioneros ejercerán mayor influencia entre la gente si pueden enseñar a los inexpertos a trabajar de acuerdo con los mejores métodos y obtener los mejores resultados. Podrán demostrar así que los misioneros pueden llegar a ser educadores industriales; y esta clase de instrucción será apreciada especialmente donde los recursos son limitados. Se requerirán menos fondos para sostener a tales misioneros; por cuanto, en combinación con sus estudios dieron el mejor empleo a sus facultades físicas en el trabajo práctico. Dondequiera que vayan les resultará ventajoso todo lo que hayan logrado en este sentido. Los alumnos de los departamentos industriales, ya sea que se ocupen en trabajos domésticos, en el cultivo del suelo o en otras actividades, deben tener tiempo y oportunidad para poder asociar lecciones prácticas y espirituales que han aprendido con sus labores. En todos los deberes prácticos de la vida, deben hacerse comparaciones con las enseñanzas de la naturaleza y de la Biblia.6TPI 180.2
Los motivos que en algunos lugares nos han inducido a alejarnos de las ciudades y a situar nuestras escuelas en el campo, se adaptan bien a las escuelas que vayamos a establecer en otros lugares. El gastar dinero en construcciones adicionales cuando una escuela está ya muy endeudada, no está de acuerdo con el plan de Dios. Si el dinero que nuestras escuelas más grandes emplearon en edificios costosos se hubiese invertido en la adquisición de terrenos donde los alumnos pudiesen haber recibido una educación apropiada, no habría ahora un número tan grande de alumnos luchando bajo la carga de una pesada deuda, y la obra de dichas instituciones se hallaría en una condición más próspera. Si se hubiese seguido esa conducta, habría habido algunas quejas de parte de los alumnos y muchas objeciones de parte de los padres; pero los alumnos habrían obtenido una educación adecuada que los habría preparado no solamente para la labor práctica en oficios diversos, sino para un lugar en la viña del Señor en la tierra renovada.6TPI 181.1
Si todas nuestras escuelas hubieran estimulado el trabajo en los diversos ramos de la agricultura, habrían alcanzado resultados muy diferentes. No habría desalientos tan grandes. Se habrían vencido las influencias opositoras; habrían cambiado las condiciones financieras. En cuanto a los alumnos, el trabajo habría sido equilibrado, y todos participando proporcionalmente, se habría desarrollado una mayor fuerza física y mental. Pero la instrucción que el Señor tuvo a bien dar se acogió tan tibiamente que no se han vencido los obstáculos.6TPI 181.2
Revela cobardía el avanzar con tanta lentitud e incertidumbre en lo que concierne al trabajo, fase esa que ha de suministrar el mejor tipo de educación. Mirad la naturaleza. Hay sitio dentro de sus vastos límites para establecer escuelas donde los terrenos puedan ser preparados para la labranza y cultivados. Este trabajo es esencial para la educación que más favorece el progreso espiritual; pues la voz de la naturaleza es la voz de Cristo que nos enseña lecciones innumerables de amor, poder, sumisión y perseverancia. Algunos no aprecian el valor del trabajo agrícola. Estos no debieran estar a cargo de formular planes para nuestras escuelas; pues detendrían el avance de cualquier en las direcciones debidas. En pasado su influencia ha sido un impedimento.6TPI 181.3
Si se cultiva la tierra, ella proveerá con la bendición de Dios, para nuestras necesidades. No tenemos que desanimarnos en cuanto a las cosas temporales, en virtud de fracasos aparentes ni debiéramos descorazonarnos a causa de las demoras. Debiéramos trabajar la tierra en forma alegre, esperanzada y agradecidamente; estando persuadidos de que la tierra encierra en su seno ricas provisiones para el obrero fiel, provisiones más preciosas que oro o plata. La mezquindad que se le atribuye a la tierra es falso. Mediante un cultivo adecuado e inteligente, la tierra entregará sus tesoros para provecho de la humanidad. Las montañas y las colinas están cambiando; la tierra se está envejeciendo como ropa de vestir; empero la bendición del Dios que preparó la mesa para su pueblo en el desierto no cesará jamás.6TPI 182.1
Nos esperan tiempos solemnes, y existe gran necesidad de que las familias salgan de las ciudades y se internen en el campo, a fin de que la verdad pueda llevarse a los vallados así como a los caminos de la tierra. Mucho depende de que se tracen nuestros planes de acuerdo con la Palabra del Señor y se lleven a término con perseverante energía. El éxito depende más de la consagrada actividad y perseverancia que del genio y del estudio de los libros. Todos los talentos y las aptitudes otorgadas a los agentes humanos, si no se usan, son de escaso valor.6TPI 182.2
Un retorno a los métodos más sencillos será apreciado por los niños y los jóvenes. El trabajo en la huerta y en el campo constituirá una variación agradable en la cansadora rutina de las lecciones abstractas, a las cuales sus jóvenes inteligencias no debieran jamás ser limitadas. Esta variación será especialmente valiosa para el niño nervioso que encuentra en los libros lecciones agotadoras y difíciles de recordar. Habrá para él salud y dicha en el estudio de la naturaleza y las impresiones obtenidas no desaparecerán de su mente, por cuanto estarán asociadas con objetos que se hallan constantemente ante su vista. 6TPI 182.3
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El trabajar la tierra es una de las mejores ocupaciones, algo que pone en actividad a los músculos y da reposo a la mente. El estudio en materia de agricultura debe ser el ABC de la educación en nuestras escuelas. Esta es precisamente la primera tarea que debiera iniciarse. Nuestras escuelas no debieran depender de la adquisición de productos importados en lo que se refiere a cereales, verduras y frutas, que tan esenciales son para la salud. Nuestros jóvenes deber ser instruidos en el desmonte de terrenos y en la labranza de la tierra tanto como en los asuntos literarios. Varios maestros debieran ser elegidos para vigilar a determinado número de alumnos en su trabajo y trabajar con ellos. De este modo los mismos maestros aprenderán responsabilidades como supervisores. Los alumnos capaces debieran ser enseñados también a llevar responsabilidades y a ser colaboradores de los maestros. Todos debieran efectuar planes juntos para encontrar los mejores métodos de llevar adelante el trabajo.6TPI 183.1
El tiempo es demasiado corto ahora para lograr lo que pudo haberse hecho en generaciones pasadas. Pero aún en estos últimos días podemos hacer mucho para corregir los males existentes en la educación de la juventud. Y porque el tiempo es corto, debemos ser diligentes y trabajar celosamente para dar a los jóvenes una educación consecuente con su fe. Somos reformadores. Deseamos que nuestros hijos estudien para ser la mejor prerrogativa. A fin de lograr esto, debiera empleárseles en aquello que les ayude a ejercitar los músculos. El trabajo sistemático diario debe constituir una parte de la educación de la juventud aun en esta hora avanzada. Mucho puede lograrse ahora de esta manera. Siguiendo este plan, los estudiantes obtendrán elasticidad de espíritu y fuerza de pensamiento, y en un momento dado pueden lograr más labor mental que la que obtendrían por solamente el estudio. Así pueden salir de la escuela con una constitución no debilitada, con fuerza y ánimo para perseverar en cualquier posición donde la providencia de Dios los coloque. 6TPI 183.2
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El ejercicio que enseña a la mano a ser útil, y disciplina al joven para llevar la parte que le toca de las cargas de la vida, proporciona fuerza física y desarrolla cada facultad. Todos debieran buscar algo que hacer que sea beneficioso para sí mismos y para otros. Dios ordenó el trabajo como una bendición y solamente el obrero diligente encontrará la verdadera gloria y gozo de la vida. 6TPI 184.1
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El cerebro y los músculos la mente y el cuerpo deben utilizarse proporcionalmente en forma equilibrada si se quiere conservar la salud y el vigor. Los jóvenes pueden entonces aportar al estudio de la Palabra de Dios una percepción sana y nervios bien equilibrados. Tendrán pensamientos saludables y podrán retener las cosas preciosas que se encuentran en la Palabra. Se Asimilarán sus verdades y como resultado tendrán fuerza intelectual para discernir lo que es verdad. Luego, según la ocasión lo requiera, podrán dar, con mansedumbre y temor, a todo aquel que lo demande; razón de la esperanza que hay en ellos.6TPI 184.2