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Testimonios para la Iglesia, Tomo 3

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    Confesiones hechas demasiado tarde

    Cuando finalmente venga una crisis, como seguramente ocurrirá, y Dios hable en favor de su pueblo, aquellos que han pecado, que han sido una nube de oscuridad y que se han interpuesto directamente en el camino de las providencias de Dios por su pueblo, pueden llegar a alarmarse ante el extremo al que han ido murmurando y acarreando desánimo sobre la causa; y, como Acán, aterrorizarse, reconociendo que han pecado. Pero sus confesiones son demasiado tardías y no son del tipo correcto para beneficiarlos, aunque pueden desagraviar a la causa de Dios. Los tales no hacen sus confesiones como resultado de una convicción de su verdadero estado y un sentido de cuánto ha desagradado a Dios su curso de conducta. Dios puede darle a este grupo otra prueba, y hacerles ver que no están mejor preparados para subsistir libres de toda rebelión y pecado que antes que fueran hechas sus confesiones. Siempre se inclinan por estar del lado de lo malo. Y cuando se les hace un llamado a los que estarán del lado del Señor para que den un paso resuelto a fin de vindicar lo correcto, ellos manifestarán su verdadera posición. Aquellos que casi toda su vida han estado controlados por un espíritu tan ajeno al Espíritu de Dios como el de Acán tendrán una actitud muy pasiva cuando llegue el momento de una acción decidida de parte de todos. No afirmarán estar en ninguno de los dos lados. El poder de Satanás los ha retenido por tanto tiempo que parecerán ciegos y sin ninguna inclinación a colocarse en defensa de lo correcto. Si no toman un decidido curso de conducta de parte del lado equivocado, no es porque tengan un sentido claro de lo correcto, sino porque no se atreven a hacerlo.3TPI 301.1

    Dios no será burlado. Es en la hora de lucha cuando los verdaderos colores debieran lanzarse al viento. Es entonces cuando los portadores de las normas necesitan ser firmes y permitir que se conozca su verdadera posición. Es entonces cuando se pone a prueba la habilidad de cada verdadero soldado en favor de lo correcto. Los que esquivan el deber jamás podrán exhibir los laureles de la victoria. Aquellos que son fieles y leales no encubrirán el hecho de serlo, sino que pondrán corazón y fuerza en el trabajo, y arriesgarán todo lo que tengan en la lucha, no importa el resultado de la batalla. Dios es un Dios que odia el pecado. Y a aquellos que animan al pecador diciendo: Todo está bien contigo, Dios los maldecirá.3TPI 301.2

    Dios aceptará las confesiones de pecado hechas en el momento correcto para auxiliar a su pueblo. Pero hay entre nosotros aquellos que harán confesiones, como lo hizo Acán, demasiado tarde como para salvarse. Dios puede probarlos y darles otra prueba con el propósito de evidenciar a su pueblo que los tales no soportarán una prueba que viene de Dios. No están en armonía con lo correcto. Desprecian el testimonio directo que llega al corazón, y se regocijarían de ver silenciado a todo el que reprende.3TPI 302.1

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