Número 8—Testimonio para la iglesia
La religión en la familia
Me fue mostrada la posición elevada e importante que los hijos de Dios deben ocupar. Son la sal de la tierra y la luz del mundo, y deben andar como Cristo anduvo. Saldrán vencedores de la gran tribulación. El tiempo actual es un tiempo de guerra y prueba. Nuestro Salvador dice en Apocalipsis 3:21: “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. La recompensa no se da a todos los que profesan seguir a Cristo, sino a los que vencen como él venció. Debemos estudiar la vida de Cristo, y aprender lo que significa confesarle delante del mundo.1TPI 273.1
A fin de confesar a Cristo, debemos tenerlo en nosotros. Nadie puede confesar verdaderamente a Cristo a menos que posea el ánimo y el espíritu de Cristo. Si la forma de piedad, o el reconocimiento de la verdad fuesen siempre una confesión de Cristo, podríamos decir: “Ancho es el camino que conduce a la vida, y muchos son los que lo hallan”. Debemos comprender lo que significa confesar a Cristo, y en qué le negamos. Puede suceder que nuestros labios confiesen a Cristo, y que nuestras obras le nieguen. Los frutos del Espíritu, manifestados en la vida, son una confesión de Cristo. Si lo hemos abandonado todo por Cristo, nuestra vida será humilde, nuestra conversación sana y nuestra conducta intachable. La poderosa y purificadora influencia de la verdad en el alma, y el carácter de Cristo manifestado en la vida, son una confesión de Cristo. Si se han sembrado en nuestro corazón las palabras de vida eterna, el fruto será justicia y paz. Podemos negar a Cristo en nuestra vida, entregándonos al amor de la comodidad y del yo, bromeando y buscando los honores del mundo.1TPI 273.2
Podemos negarle en nuestro aspecto exterior, conformándonos al mundo, o mediante un porte orgulloso o atavíos costosos. Únicamente por la vigilancia constante y tenaz y la oración perseverante y casi incesante podremos manifestar en nuestra vida el carácter de Cristo y la influencia santificadora de la verdad. Muchos ahuyentan a Cristo de sus familias por abrigar un espíritu impaciente e irascible. Los tales deben vencer en este sentido.1TPI 273.3
Me fue presentado el actual debilitamiento de la familia humana. Cada generación se ha estado debilitando más y la enfermedad, bajo todas sus formas, aflige a la humanidad. Miles de pobres mortales, con cuerpos enfermizos, deformados, con nervios destrozados y mentes sombrías, arrastran una mísera existencia. El poder de Satanás sobre la familia humana aumenta. Si el Señor no viniese pronto a quebrantar su poder, la tierra quedaría despoblada antes de mucho.1TPI 274.1
Se me reveló que el poder de Satanás se ejerce especialmente sobre los hijos de Dios. Muchos me fueron presentados en condición de duda y desesperación. Las enfermedades del cuerpo afectan la mente. Un enemigo astuto y poderoso acompaña nuestros pasos, y dedica su fuerza y habilidad a tratar de apartarnos del camino recto. Y demasiado a menudo sucede que los hijos de Dios no están en guardia y por lo tanto ignoran sus designios. Satanás obra por los medios que mejor le permiten ocultarse, y a menudo alcanza su objeto.1TPI 274.2
Ciertos hermanos han invertido recursos en derechos de patentes y otras empresas, y han inducido a interesarse por estas cosas a otros que no pueden soportar la incertidumbre y la preocupación de tales negocios. Sus mentes ansiosas y recargadas afectan gravemente sus cuerpos ya enfermizos y ceden al abatimiento, el cual crece hasta llegar a la desesperación. Pierden toda confianza en sí mismos, piensan que Dios los ha abandonado y no se atreven a creer que será misericordioso con ellos. Estas pobres almas no serán dejadas bajo el dominio de Satanás. Se abrirán paso a través de la lobreguez, volverá a aferrar su fe temblorosa las promesas de Dios; él las librará, trocará su pesar y tristeza en paz y alegría. Pero se me mostró que los tales deben aprender, por las cosas que sufren, a dejar de lado estos derechos de patentes y diversas empresas. No deben permitir siquiera que sus hermanos los halaguen para enredarlos en tales empresas; porque sus deseos no se materializarán, y luego serán arrojados sobre el campo de batalla del enemigo desarmados para el conflicto.1TPI 274.3
Los recursos que debieran haberse puesto en la tesorería de Dios para hacer progresar su causa, se pierden al ser invertidos en algunos de estos perfeccionamientos modernos. Si algunos de los que profesan la verdad se sienten libres y capaces para dedicarse a estos derechos de patentes e inventos, no deben ir entre sus hermanos y hacer de ellos su campo de operación, sino ir entre los incrédulos. No se valgan de su nombre y profesión de adventistas para seducir a sus hermanos que desean consagrar sus recursos a Dios. Vayan más bien al mundo, y den oportunidad de invertir sus recursos a la clase de personas que no se interesan en el progreso de la causa de Dios.1TPI 274.4
Me fue mostrada la necesidad de abrir las puertas de nuestras casas y corazones al Señor. Cuando empecemos a trabajar en serio por nosotros mismos y nuestras familias, entonces recibiremos ayuda de Dios. Vi que la mera observancia del sábado, y el orar mañana y noche, no son evidencias positivas de que somos cristianos. Se pueden observar estrictamente estas formas externas y, sin embargo, carecer de verdadera piedad. “Que se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras” Tito 2:14. Todos los que profesan seguir a Cristo deben dominar su propio genio, y no permitirse hablar nerviosa e impacientemente. El esposo y padre debe refrenar la palabra impaciente que está por pronunciar. Debe estudiar el efecto de sus palabras, no sea que produzcan tristeza y heridas.1TPI 275.1
Las enfermedades y dolencias afectan especialmente a las mujeres. La felicidad de la familia depende en gran manera de la esposa y madre. Si ella es débil y nerviosa, y se le permite cargarse de trabajo, su mente se deprime, porque ésta siente la influencia del cansancio físico y además de eso, la esposa encuentra demasiado a menudo una fría reserva de parte de su cónyuge. Si no marcha todo tan agradablemente como él quisiera, culpa a la esposa y madre. El se desentiende completamente de sus congojas y cargas, y no siempre sabe simpatizar con ella. No se percata de que está ayudando al gran enemigo en su obra destructiva. Por fe debiera levantar un estandarte contra Satanás; pero parece no ver sus propios intereses ni los de su esposa. La trata con indiferencia. No sabe lo que está haciendo. Obra directamente contra su propia felicidad, y destruye la de su familia. La esposa se desalienta y abate. Desaparecen la esperanza y alegría. Ella atiende mecánicamente a sus tareas diarias porque ve que su trabajo debe ser hecho. Su falta de alegría y ánimo se siente en todo el círculo de la familia. Hay muchas familias desdichadas en las filas de los observadores del sábado. Los ángeles llevan las vergonzosas nuevas al cielo, el ángel registrador lo anota todo.1TPI 275.2
El esposo debe manifestar gran interés en su familia. Debe ser especialmente cuidadoso de los sentimientos de su esposa, si ésta es débil. Puede evitarle muchas enfermedades. Las palabras bondadosas, alegres y alentadoras resultarán mucho más eficaces que las medicinas más poderosas. Infundirán ánimo al corazón de la abatida y desanimada esposa, y la alegría infundida a la familia por los actos y las palabras de bondad, recompensará diez veces el esfuerzo hecho. El esposo debiera recordar que gran parte de la carga de educar a sus hijos recae sobre la madre, y que ella ejerce una gran influencia para modelar sus mentes. Esto debe inducirle a manifestar los sentimientos más tiernos, y a aliviar con solicitud sus cargas. Debe alentarla a apoyarse en su afecto, y a dirigir sus pensamientos hacia el cielo, donde hay fuerza, paz y descanso final para los cansados. No debe volver a la casa con la frente ceñuda, sino que su presencia debiera brindar alegría a la familia y estimular a la esposa a mirar hacia arriba y creer en Dios. Unidos, pueden aferrarse a las promesas de Dios y atraer su rica bendición sobre la familia. La falta de bondad, el espíritu de queja y la ira, apartan a Jesús de la morada. Vi que los ángeles de Dios huirán de una casa donde se pronuncian palabras desagradables y se manifiesta inquietud y disensión.1TPI 276.1
También se me ha mostrado que muchas veces la esposa comete un grave error. Ella no realiza esfuerzos decididos para dominar su propio genio y hacer feliz el hogar. Manifiesta a menudo inquietud y profiere quejas innecesarias. El esposo llega de su trabajo cansado y perplejo, y encuentra un rostro ceñudo en vez de palabras alegres y alentadoras. El es humano y sus afectos se apartan de su esposa. Pierde el amor al hogar, su senda se oscurece y se desvanece su valor. Pierde el respeto propio y la dignidad que Dios le exige que mantenga. El esposo es la cabeza de la familia, como Cristo es la cabeza de la iglesia, y cualquier actitud asumida por la esposa que pueda disminuir la influencia y degradar su posición digna y responsable, desagrada a Dios. Es deber de la esposa renunciar a sus deseos y voluntad, en favor de su esposo. Ambos deben saber renunciar a sus gustos, pero la Palabra de Dios da la preferencia al criterio del esposo. Y la esposa no perderá dignidad al ceder así a aquel a quien ella eligió por consejero y protector. El esposo debe mantener su posición en la familia, con toda mansedumbre, y sin embargo con decisión. Algunos han preguntado: ¿Debo estar siempre en guardia y ejercer constantemente alguna clase de restricción sobre mí mismo? Me ha sido mostrado que tenemos delante de nosotros una gran obra que hacer para escudriñar nuestros corazones y velar sobre nosotros mismos con celosa vigilancia. Debemos aprender cuáles son los puntos en que fallamos, y luego precavernos al respecto. Debiéramos dominar nuestro genio a la perfección. “Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo”. Santiago 3:2. La luz que resplandece sobre nuestra senda, la verdad que se recomienda a nuestra conciencia, condenará y destruirá el alma, o la santificará y transformará. Estamos viviendo demasiado cerca del fin del tiempo de gracia para conformarnos con una obra superficial. La misma gracia que hasta aquí hemos considerado como suficiente, no nos sostendrá ya. Nuestra fe debe aumentar y debemos ser más semejantes a Cristo en conducta y disposición a fin de subsistir y resistir con éxito las tentaciones de Satanás. La gracia de Dios es suficiente para todo el que sigue a Cristo.1TPI 276.2
Nuestros esfuerzos para resistir los ataques de Satanás deben ser fervientes y perseverantes. El dedica su fuerza y habilidad a tratar de apartarnos del camino recto. El vigila nuestras salidas y entradas, a fin de hallar oportunidad de perjudicarnos o destruirnos. El obra con muchísimo éxito en las tinieblas, perjudicando a aquellos que ignoran sus designios. No podría conseguir ventajas si su método de ataque fuese comprendido. Los instrumentos que emplea para lograr sus propósitos y arrojar sus dardos encendidos, son a menudo los miembros de nuestras propias familias.1TPI 277.1
Aquellos a quienes amamos pueden hablar y obrar con descuido y herirnos profundamente. Tal no era su intención, pero Satanás magnifica sus palabras y actos ante la mente y así arroja un dardo de su aljaba para atravesarnos. Nos erguimos para resistir a la persona que pensamos nos hirió, y al hacerlo estimulamos las tentaciones de Satanás. En vez de pedir a Dios fuerza para resistir a Satanás, permitimos que nuestra felicidad quede empañada tratando de defender lo que llamamos “nuestros derechos”. Así concedemos una doble ventaja a Satanás. Obramos de acuerdo a nuestros sentimientos agraviados, y Satanás nos emplea como agentes suyos para herir y angustiar a aquellos que no se proponían perjudicarnos. Puede ser que a veces las exigencias del esposo parezcan irrazonables a la esposa; pero si ella echara serena y sinceramente una segunda mirada al asunto, y lo considerara en una luz tan favorable como fuese posible para el esposo, vería que, renunciando a su propia idea y sometiendo su juicio al del esposo aun cuando ello contrariase sus sentimientos, salvaría a ambos de la desdicha y les daría una gran victoria sobre las tentaciones de Satanás.1TPI 277.2
Vi que el enemigo luchará tanto para inutilizar a los piadosos como para quitarles la vida, y tratará de destruir su paz mientras ellos vivan en este mundo. Pero su poder es limitado. Puede hacer calentar el horno, pero Jesús y sus ángeles velarán sobre el cristiano que confía para que sólo la escoria sea consumida. El fuego encendido por Satanás no tiene poder para destruir o perjudicar el metal noble. Es importante cerrar toda puerta posible que dé acceso a Satanás. Es privilegio de cada familia vivir de tal manera que Satanás no pueda aprovecharse de nada que digan o hagan sus miembros para hacer que se hieran mutuamente. Cada miembro de la familia debe tener presente que cada uno de ellos tiene tanto que hacer como los demás para resistir a nuestro astuto enemigo, y con fervientes oraciones y fe inquebrantable cada uno debe confiar en los méritos de la sangre de Cristo y pedir su fuerza salvadora.1TPI 278.1
Las potestades de las tinieblas rodean el alma y ocultan a Jesús de nuestra vista, y a veces no podemos hacer otra cosa sino esperar entristecidos y asombrados hasta que pase la nube. A veces estos momentos son terribles. Parece faltar la esperanza, y la desesperación se apodera de nosotros. En estas horas angustiosas debemos aprender a confiar, a depender únicamente de los méritos de la expiación, y en toda nuestra impotente indignidad confiar enteramente en los méritos del Salvador crucificado y resucitado. Nunca pereceremos mientras hagamos eso, nunca. Cuando la luz resplandece sobre nuestra senda, no es difícil ser fuertes con el poder de la gracia. Pero para aguardar con paciencia y esperanza cuando las nubes nos rodean y todo está oscuro, se requieren una fe y una sumisión que unan nuestra voluntad con la de Dios. Nos desalentamos demasiado pronto, y pedimos ardientemente que la prueba sea apartada de nosotros, cuando debiéramos pedir paciencia para soportarla y gracia para vencerla.1TPI 278.2
Sin fe es imposible agradar a Dios. Podemos tener la salvación de Dios en nuestras familias, pero debemos creer para obtenerla, vivir por ella y ejercer de continuo fe y confianza permanentes en Dios. Debemos subyugar el genio violento, y dominar nuestras palabras; así obtendremos grandes victorias. A menos que dominemos nuestras palabras y genio, somos esclavos de Satanás, y estamos sujetos a él como cautivos suyos. Cada palabra discordante, desagradable, impaciente o malhumorada, es una ofrenda presentada a su majestad satánica. Y es una ofrenda costosa, más costosa que cualquier sacrificio que podamos hacer para Dios; porque destruye la paz y felicidad de familias enteras, destruye la salud, y puede hacernos perder finalmente una vida eterna de felicidad.1TPI 278.3
La Palabra de Dios nos impone restricción para nuestro propio interés. Aumenta la felicidad de nuestras familias y de cuantos nos rodean. Refina nuestro gusto, santifica nuestro criterio y nos reporta paz mental, y al fin, la vida eterna. Bajo esta restricción santa, creceremos en gracia y humildad, y nos resultará fácil hablar lo recto. El carácter natural e irascible será mantenido en sujeción. El Salvador, al morar en nosotros, nos fortalecerá en todo momento. Los ángeles ministradores permanecerán en nuestras moradas, y con gozo llevarán al cielo las nuevas de nuestro progreso en la vida divina, y el ángel registrador tendrá para anotar un informe gozoso y feliz. 1TPI 279.1
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