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A Fin de Conocerle

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    El tema central de las escrituras, 21 de julio

    Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían. Lucas 24:27.AFC 208.2

    Hay una gran verdad central que siempre debe mantenerse en la mente cuando se escudriñan las Escrituras: Cristo crucificado. Toda otra verdad está investida con la influencia y el poder correspondientes a su relación con este tema. Únicamente a la luz de la cruz podemos discernir el exaltado carácter de la ley de Dios. El alma paralizada por el pecado puede recibir nueva vida únicamente mediante la obra realizada en la cruz por el Autor de nuestra salvación. El amor de Cristo constriñe al hombre a unirse con él en sus labores y sacrificios. La revelación del amor divino aviva en ellos la realidad de su obligación descuidada de ser portadores de luz para el mundo, y los inspira con un espíritu misionero. Esta verdad ilumina la mente y santifica el alma. Hará desaparecer la incredulidad e inspirará fe. Es la gran verdad que debe mantenerse constantemente ante la consideración de los hombres...AFC 208.3

    Cuando Cristo, en su obra de redención, es visto como la gran verdad central del sistema de verdad, se arroja una nueva luz sobre los acontecimientos del pasado y el futuro. Se los ve en una nueva perspectiva y adquieren un nuevo y profundo significado.—Manuscrito 31, 1890.AFC 208.4

    El Antiguo Testamento es tan ciertamente el Evangelio en sombras y figuras, como el Nuevo Testamento lo es en su poder desarrollado. El Nuevo Testamento no presenta una religión nueva; el Antiguo Testamento no presenta una religión que haya de ser superada por el Nuevo. El Nuevo Testamento es tan solo el progreso y desarrollo del Antiguo. Abel creía en Cristo, y fue tan ciertamente salvado por su poder, como lo fueron Pedro y Pablo... El Dios que anduvo con Enoc era nuestro Dios y Salvador Jesucristo. Era la luz del mundo como lo es ahora.—Joyas de los Testimonios 3:43.AFC 208.5

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