El régimen alimenticio
La distinción entre lo puro y lo impuro se aplicaba también al régimen alimenticio:MC 213.3
“Yo Jehová vuestro Dios, que os he apartado de los pueblos. Por tanto, vosotros haréis diferencia entre animal limpio e inmundo, y entre ave inmunda y limpia: y no ensuciéis vuestras personas en los animales, ni en las aves, ni en ninguna cosa que va arrastrando por la tierra, las cuales os he apartado por inmundas.” Levítico 20:24, 25.MC 213.4
Muchos alimentos que los paganos comían con toda libertad les estaban prohibidos a los israelitas. Y la prohibición no era arbitraria, pues se trataba de manjares nocivos, y el hecho de que eran declarados inmundos enseñaba que tales manjares contaminan.MC 213.5
Lo que corrompe el cuerpo tiende a corromper el alma. El que lo consume va quedando por ello inhabilitado para tener comunión con Dios y para rendirle un servicio elevado y santo.MC 213.6
En la tierra prometida, la disciplina que había principiado en el desierto continuó en circunstancias favorables a la formación de buenos hábitos. El pueblo no vivía apiñado en ciudades, sino que cada familia poseía su parcela de tierra y esto aseguraba a todos las vivificantes bendiciones de una vida pura y conforme a la naturaleza.MC 213.7
Respecto a las prácticas crueles y licenciosas de los cananeos, desposeídos por Israel, dijo el Señor:MC 214.1
“No andéis en las prácticas de la gente que yo echaré de delante de vosotros: porque ellos hicieron todas estas cosas, y los tuve en abominación.” Levítico 20:23. “Y no meterás abominación en tu casa, porque no seas anatema como ello.” Deuteronomio 7:26.MC 214.2
En todos los asuntos de su vida diaria, los israelitas recibieron la lección que el Espíritu Santo da en el pasaje siguiente:MC 214.3
“¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.” 1 Corintios 3:16, 17.MC 214.4