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CAPITULO 8—JAIME: APRENDIENDO POR EL CAMINO DIFÍCIL MV 124

Cuando Jaime se casó con Elena a los 25 años, poseía una fuerza y capacidad física fuera de lo corriente. Se había desarrollado en un hombre vigoroso y alto trabajando en la granja de su padre. Durante los años que siguieron inmediatamente al Chasco, su celo por la causa lo impulsó a avanzar en un curso de acción que demandaba crecientemente su tiempo y sus fuerzas. MV 124.1

Para 1865 era presidente de la Asociación General; director del Comité de la Asociación General; presidente de la Asociación Publicadora de los Adventistas del Séptimo Día; se dedicaba activamente a escribir, publicar, viajar y cumplir con citas [de predicación]. Además había estado estrechamente involucrado en la publicación del primero de una serie de panfletos de Elena, Health; or How to Live (Salud, o Cómo Vivir). MV 124.2

El viernes 18 de agosto, a los 44 años de edad, sufrió un ataque de parálisis. He aquí lo que lo condujo a esto: MV 124.3

Después de la sesión de la Asociación General en mayo, Jaime y Elena estaban viajando con el pastor Loughborough, visitando diversas iglesias, cuando se les informó en cuanto a una situación crítica que tenía como su centro Marion, Iowa. Convencidos de que esto requería su consejo, cambiaron sus planes de viaje y fueron juntos a Pilot Grove para un congreso convocado precipitadamente. Como resultado de una labor muy ferviente, el problema aparentemente se resol-vió, y los obreros visitantes nuevamente continuaron su viaje. MV 124.4

Pero esto afectó gravemente a Jaime. Él y Elena habían esperado gozar de un breve período de descanso a su regreso de Iowa, pero se les negó esta oportunidad al ser llamados a luchar contra críticas y falsedades. Luego hicieron frente a un compromiso con la iglesia de Memphis, Michigan, cruzando el Estado, justo al norte de Detroit. Pendía una deuda sobre el salón de reuniones, y los miembros estaban desanimados. Se recomendó insistentemente la presencia de Jaime White. Elena de White describió el viaje: MV 124.5

Cuando llegó el momento para cumplir con nuestro compromiso en Memphis, necesitábamos descansar física y mentalmente. Durante meses habíamos estado en constante tensión... Sin embargo, recurrimos a nuestras energías exhaustas, nos levantamos a medianoche, caminamos alrededor de MV 124.6

una milla hasta la estación y subimos al tren que iba a llevamos a Detroit... Las reuniones en Memphis fueron de arduo trabajo. Mi esposo hizo allí la cantidad de trabajo que era suficiente para dos hombres que poseían una buena medida de fortaleza. Sus energías vitales estaban sumamente disminuidas, sin embargo su celo en la causa de Dios lo instó a agotar presuntuosamente, por exceso de trabajo, la poca fuerza que le quedaba. MV 125.1

Nuestras reuniones terminaron el domingo de noche después de las once. Nos acostamos después de la medianoche, y nos levantamos al amanecer para tomar la diligencia que nos llevase a los coches [del tren]. MV 125.2

Éste perdió la conexión, y no llegamos a nuestra casa sino hasta después de la medianoche. MV 125.3

Mi esposo durmió poco, y no se lo pudo convencer de que descansase al día siguiente. Pensaba que su trabajo requería su presencia en la oficina. La noche lo encontró exhausto. Su sueño fue inquieto y no renovó sus fuerzas, sin embargo, nos levantamos a las cinco de la mañana para tener nuestra caminata habitual antes del desayuno (RH, 20 de febrero, 1866). MV 125.4

Mientras caminaban a esa hora temprana de la mañana, el miércoles 16 de agosto, se detuvieron para conseguir leche en la casa del Hno. Lunt, y luego entraron en el maizal. Admirando las mazorcas llenas, Jaime arrancó una y empezó a sacar la chala. Elena, que estaba a su lado, oyó un ruido extraño. Levantando la vista, vio que se enrojecía el rostro de su esposo, y luego advirtió que su brazo derecho caía inútil a su lado. Jaime trató de levantar su brazo pero no pudo. Se tambaleó, pero no cayó. No podía hablar. Elena lo ayudó a llegar a la casa de los Lunt. Confusamente Jaime pronunció la palabra “Oren”, y la repitió. Elena informó más tarde: MV 125.5

Caímos de rodillas y clamamos a Dios, quien siempre había sido para nosotros una ayuda inmediata en tiempo de tribulación. Al poco rato mi esposo balbuceó algunas palabras de alabanza y gratitud a Dios, porque podía usar su brazo. [El movimiento de] la mano estaba restituido parcialmente, aunque no en su totalidad (Ibíd.). MV 125.6

Se llamó a los médicos, pero tenían poco para ofrecer, ya sea en cuanto a lo que se podría hacer por él o dando palabras de aliento para indicar que sobreviviría. MV 125.7

Dos días más tarde, el viernes 18 de agosto, Jaime White fue llevado en una cama a su propia casa. El martes siguiente, cuando la Review and Herald salió de la prensa, incluía la noticia de que el pastor White había sufrido un “ataque parcial de parálisis”. MV 125.8