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FAULKHEAD RENUNCIA A LAS LOGIAS MV 302

A la mañana siguiente el Sr. Faulkhead estaba en su oficina. Rápidamente se extendió entre el grupo de obreros la noticia de su experiencia de la noche anterior. Vez tras vez él le contó a uno y a otro cómo Dios había enviado un mensaje para detenerlo en un curso de acción que lo habría conducido a la destrucción. Como su primer trabajo llamó a su ayudante y le dictó su renuncia a las diferentes logias. Entonces entró A. G. Daniells y el Sr. Faulkhead le habló de su experiencia. Mientras los dos estaban hablando, le entregaron al Sr. Faulkhead sus cartas de renuncia para que las firmase. Las firmó y las cerró y se las entregó a Daniells para que las despachase. Al hablar de esto, Faulkhead dijo: “Cómo resplandecían sus ojos de placer al pensar que el Señor había ganado finalmente su argumento, y que sus oraciones habían sido contestadas” (DF 522a, carta de N. D. Faulkhead, 5 de octubre, 1908). MV 302.1

Pero apenas Faulkhead hubo dado las cartas a Daniells, se apoderó de él un sentimiento de duda; sintió que él mismo debería haber despachado las cartas. Luego agradeció al Señor por lo que había hecho, porque sintió que no podría haber confiado en sí mismo para despachar las cartas. MV 302.2