Significativamente, The Day-Star Extra, con fecha del 7 de febrero de 1846, había sido dedicado al estudio bíblico de Hiram Edson y O. R. L. Crosier en el que basados en las Escrituras ellos exponían la evidencia para comprender que las dos fases del ministerio en el servicio del santuario terrenal eran un tipo o modelo del ministerio de Cristo en el santuario celestial. Consecuentemente, según Edson y Crosier, los eventos que iban a ocurrir, comenzando el 22 de octubre de 1844, eran eventos que tuvieron lugar en el cielo. MV 39.5
La investigación que respaldaba estas conclusiones se había realizado en el hogar de Hiram Edson, en el oeste del Estado de Nueva York, durante un número de meses. Cuando Elena Harmon recibió la visión en Exeter a mediados de febrero de 1845, desconocía la existencia de este estudio bíblico, y tampoco había habido tiempo para que el número del The Day-Star del 7 de febrero de 1846 le llegase antes que ella escribiese sobre la visión a los lectores de ese periódico. La visión, según fue publicada el 14 de marzo, confirmaba en forma única las conclusiones del estudio bíblico de Edson y Crosier. Un año más tarde, el 21 de abril de 1847, Elena de White escribió lo siguiente en una carta a Eli Curtis: MV 40.1
El Señor me mostró en visión, hace más de un año, que el Hermano Crosier tenía la verdadera luz sobre la purificación del santuario, etc., y que era la voluntad divina que el Hermano C. expresase por escrito el punto de vista que nos dio en el The Day-Star Extra, del 7 de febrero de 1846. Me siento plenamente autorizada por el Señor a recomendar a cada santo ese número del Extra (WLF, p. 12). MV 40.2
Paso a paso Dios estaba guiando a sus hijos. El gran Despertar del Segundo Advenimiento, tan poderoso, tan libre de extremos y de fanatismo, fue para los creyentes sinceros la obra de Dios. El Chasco del 22 de octubre fue una experiencia amarga, pero ellos confiaban que Dios los había guiado y continuaría guiando a aquellos que mantuviesen sus ojos puestos en Jesús. El estudio de la Biblia hecho con fervor y oración señaló el camino hacia una comprensión del ministerio de Jesús en el santuario celestial. En visión Elena Harmon presenció a Cristo entrando al Lugar Santísimo para comenzar otra fase de su ministerio, cerrando una puerta y abriendo otra, lo que confirmaba la integridad de su experiencia en 1844. También confirmaba las conclusiones a las que se había arribado mediante un ferviente estudio de la Biblia. Demandaría tiempo captar plenamente los diversos aspectos de la verdad que se estaba desplegando. MV 40.3