Antes de que tuviéramos sanatorio alguno, mi esposo y yo comenzamos la obra medicomisionera. Traíamos a nuestra casa enfermos que habían sido desahuciados por los médicos. Cuando no sabíamos qué hacer por ellos, orábamos a Dios muy fervientemente y él siempre envió su bendición. Él es el poderoso Sanador y trabajó con nosotros. Nunca tuvimos tiempo ni oportunidad para tomar una clase de medicina, pero tuvimos éxito al avanzar con el temor del Señor y buscarlo en procura de sabiduría en cada paso. Esto nos dio valor en el Señor. SE1 342.3
Así combinábamos la oración y el trabajo. Usábamos los sencillos tratamientos con agua y luego tratábamos que los pacientes fijaran la mirada en el gran Sanador. Les decíamos lo que podíamos hacer por ellos. Si podemos inspirar esperanza a los pacientes, esto les será de mucho provecho. Deseamos que todos los que tienen alguna función en nuestros sanatorios, se aferren firmemente del poder del Infinito. Creemos en él y en el poder de su Palabra. Cuando hacemos lo mejor que podemos para la curación de los enfermos, entonces podemos buscarlo para que esté con nosotros, para que podamos ver su salvación. Confiamos poco en el poder de la mano que rige al mundo. SE1 342.4
El Señor nos enseñó que debemos tener un lugar donde los enfermos pudieran venir y ser tratados de una manera apropiada. En armonía con esta instrucción se estableció el sanatorio de Battle Creek. Ahora tenemos varias de estas instituciones médicas, y el Señor está bendiciendo su obra. SE1 343.1
Creemos en el Dios vivo y en la sencillez de la verdadera piedad. Es importante que aquellos que están atendiendo a los enfermos tengan una relación viva con la Fuente de toda vida y sanidad. SE1 343.2
Por alguna razón, a menudo parecemos celebrar nuestras reuniones de manera monótona y sin vida. Necesitamos un reavivamiento producido por el Espíritu de Dios. Cada uno ha de ocuparse en su propia salvación con temor y temblor. Si todos ustedes se apoyan en la Palabra viva de Dios, creyendo en ella y actuando en armonía con ella, confesando sus pecados con toda humildad y siguiendo a Cristo, veremos entre nosotros mayores resultados de su gran poder. SE1 343.3
Preparémonos para la vida que se mide con la vida de Dios. No tenemos ante nosotros la perspectiva de permanecer en nuestras tumbas. Algunos de nosotros podemos ser trasladados sin gustar la muerte. ¿Quién no se negará a sí mismo con el fin de poder ayudar a enviar la verdad donde será recibida? Tenemos ahora muy poco tiempo para trabajar, así que neguémonos a nosotros mismos en todo lo posible, para que presentemos la luz de la verdad a todos los que estén a nuestro alcance. Cada centavo que se invierta en esta obra se nos devolverá con un elevado interés. SE1 343.4
Aferrémonos por fe. Oremos. Creamos. Actuemos, y el Señor nos animará y nos fortalecerá en el camino. Quiero ver la salvación de Dios revelada en esta reunión. Él tiene poder para darnos. No hay falta de poder de su parte, sino que hay falta de fe y de humildad de parte de su pueblo. Muchos de nosotros no sabríamos cómo usar ese poder, en caso de recibirlo. Aprendamos del gran Maestro qué significa caminar en humildad, como Cristo caminó en humildad. SE1 343.5