«POR lo DEMÁS, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en su fuerza poderosa. Vestios de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo, porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo y, habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñida vuestra cintura con la verdad, vestidos con la coraza de justicia y calzados los pies con el celo por anunciar el evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios» (Efe. 6: 10-17). SE2 79.1
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Sermón presentado en Battle Creek, Míchigan, el 1º de febrero de 1890. Manuscrito 1, 1890
Ahora, ¿cómo lo logramos? ¿Obedecemos lo que dice el versículo que acabamos de leer? ¿Tomamos el yelmo de salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios? SE2 80.1
Esta tarde quisiera llamar la atención de todos ustedes a la importancia de que todos entiendan que no podemos ser custodios nosotros mismos, que Dios tiene ángeles. Esos ángeles del cielo se comunican con los hijos de los hombres, y nadie puede, en modo alguno, ser salvaguardia o protector de sí mismo. Allá dondequiera nos hallemos es el poder de Dios que nos sostiene en todo momento. Me parece que no le concedemos la importancia que deberíamos al ministerio de los ángeles. SE2 80.2
Todo esto no lo analizamos y ni lo estudiamos en la iglesia; tampoco lo presentamos en nuestras familias. No hablamos de ello como deberíamos hacerlo, recordando de esa forma que todas las almas con las que nos relacionemos están protegidas por los ángeles del cielo, enviados a servir a aquellos que serán los herederos de salvación. SE2 80.3
Deseo que consideren este punto: ¿Cómo nos nos las arreglaríamos sin ellos? Deseo que consideren en qué situación estaríamos si no fuera por el ministerio de los santos ángeles. SE2 80.4
A través del pasaje que hemos leído reconocemos que «no tenemos lucha contra sangre y carne”. Enfrentamos la oposición de la gente, pero hay alguien detrás de dicha oposición. Ese es el príncipe de los poderes de las tinieblas, el que en unión con sus ángeles malos está en permanente acción. Debemos reconocer, todos nosotros, que nuestra lucha es contra principados, potestades, contra gobernadores de las tinieblas de este mundo. SE2 80.5
¿Quién es el que gobierna al mundo hoy? ¿Quién es el que ha decidido permanecer bajo el estandarte del príncipe de las tinieblas? Es prácticamente todo el mundo. Todo el que no ha aceptado a Jesucristo ha escogido como su capitán al príncipe de las tinieblas, y tan pronto como se aliste bajo su estandarte establecerá un vínculo con los ángeles malos. SE2 80.6
Los ángeles malos, o los ángeles de Dios, son los que controlan las mentes de los seres humanos. Nuestras mentes serán entregadas al control de Dios o al control de los poderes de las tinieblas. Sería bueno que nos preguntáramos en qué situación nos encontramos hoy: bajo la ensangrentada bandera del Príncipe Emmanuel, o bajo la negra enseña de los poderes de las tinieblas. Debemos hacer todo lo que podamos para preparamos y resistir al enemigo de las almas. Doy gracias a Dios porque contamos con un poder que se nos ha concedido, debido a que el ser humano fracasaría si se lo dejara solo. Por eso se ha hecho toda provisión; todo en el plan de Dios ha sido establecido para que el hombre no sea dejado a merced de sus propios impulsos, de sus poderes finitos; para que no sea abandonado mientras continúa lu-chando con sus fuerzas finitas en contra de los poderes de las tinieblas. SE2 80.7
Cuando Cristo se inclinó en las márgenes del Jordán, abrazó a la raza caída con su propio brazo humano; mientras que con su brazo divino se aferraba del trono del Infinito. ¿Qué significa eso? Significa que el hombre finito, que está apegado a la tierra, se une de nuevo con Dios mediante los méritos de Cristo: la tierra se une de nuevo con el cielo. SE2 81.1
Jacob nos habla de esto. Él salió de su hogar empobrecido, lleno de dolor y de desánimo. En su caminar, en su desilusión y desesperación estuvo en peligro de separarse de Dios cuando Satanás proyectó su sombra infernal entre él y el cielo. Y eso hemos de evitarlo. SE2 81.2
El Dios del cielo entendía lo que le estaba ocurriendo mucho mejor que el propio Jacob. Durante la noche tuvo un sueño y vio una escalera cuya base estaba firmemente asentada en la tierra, mientras que el último peldaño llegaba hasta lo más alto del cielo; y Dios estaba al final de la escalera proyectando su gloria en toda aquella mística escalera. Los ángeles utilizaban la escalera, descendiendo y as-cendiendo hasta el Hijo de Dios. Ahora sabemos que aunque Jacob abandonó la casa de su padre presa del desánimo, Dios irradió luz y ánimo en su senda (ver Gén. 28: 12-17). SE2 81.3
Tengamos en cuenta que Cristo era aquella escalera; que Cristo era el vínculo entre el cielo y la tierra; que Cristo estaba representado por aquella escalera, para que los ángeles de Dios pudieran comunicarse con nosotros. SE2 81.4
Entonces, ¿qué necesitamos? Necesitamos esa fe viva para creer que no estamos solos. Si en principio inculcamos en las mentes de los jóvenes que hay alguien que está cerca de ellos, que ve todo lo que hacen y que está listo socorrerlos en caso de peligro, ¿creen ustedes que caerían tan fácilmente en la tentación y en el pecado? No, porque somos resguardados por el poder de Dios mediante la fe para salvación, y esto hemos de proclamarlo en estos. SE2 81.5
En un salmo David se refiere a Dios como un refugio y una torre fuerte, un refugio y una fortaleza; a él podemos acudir para ser salvados. Qué reconfortante resulta saber que Dios es nuestro refugio y que él será nuestro ayudador en todo momento y en todo lugar, y que en caso de cualquier peligro tenemos a Dios con nosotros. Él dice que nos pondrá bajo la protección de sus ángeles, para que nos guarden en todos nuestros caminos. SE2 81.6
Pero, ¿por qué esto en realidad no nos lo creemos? Mientras caminamos por la calle, o en dondequiera que estemos, Satanás nos persigue. Cristo se dispuso a pelear la batalla en favor nuestro en este minúsculo mundo, y se presentó como nuestro sustituto y garantía. Dios puso a todo el cielo en sus manos, con todos los recursos y y poder de los que el cielo dispone. Ahora bien, el cielo está al alcance de todo ser humano, y la luz y la gloria del cielo le serán impartidos mediante los méritos de Jesucristo nuestro Señor. SE2 82.1
En Dios tenemos un ayudador, confiemos en él. Debemos fijar nuestra vista en esa dirección y creer que los ángeles de Dios nos rodean y que el cielo está en comunicación con nosotros; porque esos mensajeros celestiales están ascendiendo y descendiendo por la escalera de resplandeciente luz. Ellos están cuidando y guardando a los hijos de los hombres. Nos protegen de la influencia del pecado y del pecar, y cuando el enemigo se presenta con fuerza torrencial, el Espíritu de Dios coloca en alto un estandarte en contra del enemigo. SE2 82.2
Supongamos que cuando el diablo se acercó a Jesús y le dijo que saltara al vacío desde el pináculo del templo (Mat. 4: 5, 6), que Jesús lo hubiera hecho. Eso habría sido un acto de presunción. Si Jesús se hubiera arrojado desde la cúpula del templo, siguiendo la sugerencia del astuto enemigo eso no habría glorificado a Dios. No, eso no habría contribuido para nada con el cumplimiento de su misión. SE2 82.3
El plan de salvación era de tal naturaleza que Cristo no podía solicitar que viniera en su ayuda el poder divino; ni colocar su vida en un peligro innecesario, ni ponerse en contacto con los poderes de las tinieblas al responder a las tentaciones de Satanás; ni bajo ningún concpeto haber sucumbido ante ellas, debido a que él tenía que ser el garante de la salvación de la raza caída. Él debía colocarse precisamente donde el ser humano había sido ubicado, dando al hombre un ejemplo de lo que este debería hacer en circunstancias parecidas. SE2 82.4
Cuando pensamos que el Hijo del hombre, la Majestad del cielo, no se colocó en situación alguna que tentara al Señor, cuán absurdo sería que el hombre caído cediera a las sugerencias de Satanás. SE2 82.5
Habrá constantes tentaciones que afectarán a una iglesia, grande o pequeña, sin importar dónde esté; y las tentaciones surgirán precisamente según las circunstancias. ¿Cómo estamos nosotros? ¿Estamos en pie ceñidos con toda la armadura, de forma que podamos obrar en armonía con los ángeles de Dios que están obrando en favor nuestro? Si nos alejamos de esos ángeles al elegir nuestro propio derrotero, nos colocamos donde el maligno podrá tentamos. SE2 82.6
Nos duele que se nos hayan mostrado volantes, propaganda de hechizos, brujerías y de la obra de magos y todo ese tipo de cosas, presentados aquí en Battle Creek. ¿Cuántos de ustedes que profesan ser hijos del Dios vivo, fueron tan temerarios como para ponerse al alcance de esos poderes de las tinieblas? Detrás de todas esas manifiestaciones se encuentra un poder que está por encima del poder humano. ¿De qué poder se trata? No todos son trucos de prestigitador. Claro que no. Es el poder de Satanás; y tan pronto como ustedes se pongan en contacto con esos hechiceros, y les concedan la más mínima licencia, deshonrarán al Dios del cielo y pondrán en peligro sus almas. SE2 83.1
Hay una iglesia grande aquí. Nuestro colegio ha atraído a muchas familias y algunas de ellas deberían sentir que ante Dios son responsables de proteger los muros. ¿Quién hará eso mismo por ellos? Si son infieles y no se mantienen firmes en sus puestos, si carecen de espiritualidad y espiritualidad, si no tienen piedad, si no tienen devoción o discernimiento respecto a la forma en que deberían comportarse y mantenerse alejados de dichas influencias que continuamente surgen en Battle Creek. Aquí mismo en el lugar donde Dios está obrando y donde se encuentran sus instituciones, donde podemos esperar que los ángeles de Dios como guardianes estén alrededor nuestro. Esos mismos que no harían nada para ayudar a la iglesia, tan pronto como encuentren un lugar fuera de Battle Creek debemos decir amén a ello. Es mejor no ser una carga para la iglesia en este lugar. SE2 83.2
Padres, cabezas de familia, ¿han decidido ustedes que vinieron aquí a cuidar de la fortaleza? ¿Han decidido que obrarán en armonía con el cielo y con los ángeles de Dios, que se están comunicando con su pueblo y protegiéndolo; y que están rechazando los poderes de las tinieblas para que no ejerzan ningún control sobre aquellos que serán los herederos de la salvación? ¿Están trabajando en armonía con los ángeles? Esta es la forma de comunicación que el Señor ha establecido con los hijos de los hombres. SE2 83.3
Aquí en Battle Creek contamos con una institución educativa superior, con una imprenta y con un sanatorio. ¿Se han dado ustedes cuenta de lo trascendental que es que cada alma que acuda a esta iglesia esté de parte del Señor? ¿Han considerado que ustedes deben ceñirse toda la armadura de justicia? Hechos de esta naturaleza se dan a menudo, y tenemos que estar preparados para enfrentarlos; y todos tenemos que estar preparados para permanecer firmes. SE2 83.4
Aun después de haber hecho todo lo que esté a nuestro alcance, nuestras obras no pueden salvarnos. Pero hay algo que nos salvará y eso es el poder de Dios. Conectamos con el poder de Dios es nuestra única salvación. No hay ni uno entre nosotros que entiendea realmente lo que es la justificación por la fe. Yo diría que diez veces menos, cien veces, de lo que algunos quisieran reconocer. Despojémonos de todo resto de autosuficiencia, de la más mínima sombra de confianza propia. Debemos confiar en el Dios vivo, en su poder, en su fortaleza y en su gracia para que nos guarde, o caeremos. SE2 84.1
Permítanme decirles algo en cuanto a la obra que fue realizada en Éfeso, la cual consistió en quemar una gran cantidad de libros de magia. Ustedes verán que Dios siempre actúa de modo que pueda alcanzar del mejor modo posible la gente. Cuando él quiso revelarles a Cristo a los magos, no se mostró como lo hizo a los pastores en las llanuras de Belén. Los magos estaban observando las obras de Dios en los cielos. «Los cielos cuentan la gloria de Dios» (Sal. 19: 1) y Dios se manifestó a los magos de la manera que mejor pudieran ser impresionados. Él utilizó una estrella, una hermosa estrella, para que se les apareciera. Los ángeles de Dios se desplazaron por el cielo tomando la forma de una estrella, y los magos observaron la estrella. Al percatarse de que algo fuera de lo común estaba sucediendo, se pusieron en marcha, y la estrella empezó a desplazarse precediéndolos. SE2 84.2
De igual modo, Pablo llega a Éfeso para trabajar, y muchos en ese lugar tenían oficios curiosos. (Lean Hechos 1: 19, 20). ¿Por qué no conservaron aquellos libros? Porque habrían sido una tentación para ellos. ¿Cómo alcanzó Pablo a aquellos magos y a quienes estaban bajo su influencia? ¿Cómo iba él a alcanzar a la gente de Éfeso, donde estaba el gran templo de Diana, cuya fama se había expandido por todo el mundo? SE2 84.3
El Dios del cielo vino a Pablo, y a través del Espíritu de Dios se produjeron milagros. Pero hubo algunos hombres allí que trataron de imitar aquellos milagros, y un espíritu malo se posesionó de ellos y fueron golpeados y lastimados debido a que estaban usando el nombre Jesús para sus conjuros. Ellos no se pueden mezclar; no se mezclan para nada. SE2 84.4
Ahora bien, el aposto había llegado a aquella ciudad gracias a la poderosa mano de Dios, para que el pueblo pudiera ver que había un poder superior a todos los poderes de los magos, y eso produjo tal impacto en ellos que quemaron sus libros de magia. SE2 84.5
Ahora, ustedes podría decir: «¿Por qué estuvieron dispuestos a perder tanto dinero? ¿No fue una pérdida innecesaria?». Fue una pérdida enorme. Los [creyentes] efesios iba a estar seguros mientras permanecieran en constante comunión con Dios, pero si el Espíritu de Dios no hubiera brillado en todo momento sobre ellos con su manifiesto poder, habrían vuelto al estudio de a todo lo relacionado con aquellos libros y a la fascinación de sus artes. Ustedes bien saben cómo es el espiritismo. Es lo mismo que tenemos acá. Hay un asombroso poder relacionado con todo eso, y muchos se hacen adeptos. SE2 85.1
Deseo que recuerden que ellos se convirtieron, y que por esa conversión destruyeron sus libros de magia. Los incineraron para eliminar toda tetanción si caían de nuevo en sus manos y volvían a tentarlos a regresar a sus hechicerían al cabo de un tiempo. Eso es lo que hay que hacer. Coloquen frente al enemigo todas las barrera que hagan falta para que no los tiente y los desvíe, porque él está empleando toda su astucia para hacerlos caer en la tentación. SE2 85.2
¿Cómo actúa el diablo aquí en Battle Creek? Aquí llegan estos magos, y hay una enfermiza curiosidad para ir a verlos, y cuando van a verlos se ponen en contacto con ellos. En el momento que entran en contacto con ellos, están en comunicación directa con los poderes de las tinieblas. SE2 85.3
Unido a todo ello está el negocio de la lotería, y un joven que acude a ella se gana un reloj de oro. ¿Y luego qué? El reloj puede ser de oro. Quizá no sea un engaño; pero, detrás de todo hay un engaño, y ahí está la trampa. Si él gana una vez, deseará intentarlo de nuevo. Si fuera hijo mío, preferiría verlo en un ataúd, que usando ese reloj de oro. SE2 85.4
Están además los otros muchachos. El joven les muestra su reloj a todos, y entonces los demás sienten un fuerte deseo de ir a probar suerte; así que van y prueban. Luego otro lo intentará, y otro más; por lo que la influencia se extiende de uno a otro. El diablo sabe cómo presentar este juego. Él está apostando por las almas de los jóvenes de Battle Creek. SE2 85.5
Lamento decir que los que tenían que haber sido guardianes de sus hogares, aquellos que tienen familias fuera del campus, no poseen el discernimiento espiritual que deberían tener con el fin de guiar apropiadamente a los que están bajo su cuidado. El colegio no puede controlar las familias de aquellos que viven bajo la responsabilidad de sus padres. Ellos no pueden estar cuidando de todos. Unicamente pueden cuidar de los que viven en las residencias de estudiantes, pero no pueden ir a las casas de chicos y chicas para cuidar de las familias en las que hay tutores y padres que se supone que los cuidan. SE2 85.6
Ahora, me gustaría saber qué están haciendo los padres, madres y tutores aquí en Battle Creek. Sería mejor que se mudaran de Battle Creek si ustedes no tienen la capacidad o la posibilidad de controlar a sus hijos en Battle Creek. Les resultaría mucho mejor ir a un pequeño predio que cuente con un terreno árido y rocoso que requiere que sus hijos trabajen allí a diario, para que se esfuercen al máximo utilizando sus músculos, con el fin de evitar que sus mentes y cuerpos sean envi-lecidos por las tentaciones y los engaños del enemigo. SE2 86.1
Si ustedes descuidan las responsabilidades que el Señor les ha encomendado, permítanme decirles que hay ángeles de Dios que observan ese descuido de ustedes, y llevan ese testimonio al cielo para registrarlo en los libros celestiales en contra de ustedes. De ese modo el resultado de toda su debilidad y necedad los alcanzará. SE2 86.2
Ahora, respecto al éxito del joven que ganó aquel reloj. «Ojalá que eso nunca hubiera sucedido», será su testimonio en el futuro. Ojalá que él jamás hubiera entrado en contacto con los poderes de las tinieblas. Es algo que está directamente relacionado con los poderes del diablo, con los principados y poderes, porque es el maligno el que está obrando: Satanás es quien está detrás de todo y nosotros no re-conocemos su poder. SE2 86.3
Repito, entiendo que ellos se preciaron de que su mayor clientela provenía del oeste de la ciudad. Ahora bien hermanos, ¿no será tiempo de que despertemos? ¿No ha llegado ya el momento de que tengamos un claro discernimiento espiritual? ¿No es ya hora de que tomemos en cuenta todo lo que tienen que ver con nuestra vida eterna? ¿No es acaso ya hora de que los hombres y mujeres de Dios que afirman creer en la pronta venida del Hijo del hombre en las nubes del cielo con poder y gran gloria, entiendan y no se coloquen en terreno de la tentación? SE2 86.4
Mientras estábamos trabajando con todas nuestras almas, uno de nuestros hermanos llegó a mi habitación, se inclinó como si estuviera bajo una gran carga, y dijo: «¿Qué haremos? ¿Qué podemos hacer por los niños y los jóvenes de Battle Creek?». Le contesté: «Tengo esa misma preocupación; la tengo noche y día, y me está afectando. Aunque creo que Dios todo lo ve y que debo entregar esta preocupación al Señor”. SE2 86.5
Me gustaría que la iglesia de Battle Creek se dividiera en unas cuatro o cinco secciones. Desearía que el espíritu misionero los llenara, y que sintieran el deseo de salir de Battle Creek para ir a nuevos lugares donde pudieran enarbolar el estandarte de la verdad; a cualquier lugar donde puedan trabajar por la salvación de las almas, en vez de seguir tranquilamente aquí en la iglesia de Battle Creek. SE2 87.1
Pero están también aquellos que no sienten responsabilidad alguna y no hacen nada, ni siquiera por sus propias familias, excepto ayudarlas a que se degraden. Este es un cuadro doloroso. Mientras que los siervos de Dios quizá estén esforzándose y agotando sus fuerzas, y descendiendo a la tumba bajo sus cargas, habrá algunos que no levantan ni una onza del peso de la misma. No visitan a los enfermos, no buscan a los necesitados, no intentan ser un consuelo y una bendición aquí y allí, el uno para el otro, y no hay vitalidad alguna en ellos. No cuidan de sus propias familias en el temor de Dios. El temor de Dios no se manifiesta en sus propios hogares. SE2 87.2
Mis queridos hermanos, toda alma, cuyo nombre figure en los libros de la iglesia y que deshonre la causa de Dios, que se deshonre a sí misma, al acudir a algún lugar donde aparecen esos embaucadores, debería someterse a la disciplina eclesiástica y ser separada de la iglesia, o arrepentirse ante Dios y confesar su extravío. ¿Cómo consideran esas cosas los ángeles de Dios, y el universo celestial? SE2 87.3
Dios estuvo dispuesto a enviar a su Hijo Jesucristo como un sacrificio por nosotros, a morir para que tengamos vida eterna. Él estuvo dispuesto a poner a los ángeles del cielo en contacto con los seres humanos para que nosotros, mediante nuestras propias fuerzas no tuviéramos que entrar en lucha con el astuto enemigo. Mientras todo el cielo está interesado en salvaguardar a los hijos de los hombres para que no perezcan, sino que tengan vida eterna; protegiéndolos y guardándolos a derecha e izquierda, muchos rechazan la protección de los ángeles de Dios y se colocan en las manos del diablo. SE2 87.4
La curiosidad es seductora, como dice el apóstol: «¿Quién os fascinó para no obedecer a la verdad?” (Gál. 3: 1). ¿Creen ustedes que el diablo está durmiendo? Pues no duerme, sino que está muy despierto, y sigue todos los pasos de cada uno de nosotros. Nos encontramos justamente a las puertas de la eternidad. Mientras que algunos discuten respecto a más sencillos puntos doctrinales —¡qué pena me dan!—, mejor sería que oraran, ayunaran y buscaran a Dios de todo corazón para poder hallarlo. SE2 87.5
Puedo hablarles de un caso tras otro que conozco, de hombres que han sido advertidos y reconvenidos; que han estado sentados aquí en esta misma casa y han escuchado un sermón tras otro. Pero en lugar de ser hacedores de la Palabra, en lugar de recibir la Palabra de Dios con corazones limpios y sinceros, en lugar de estar trabajando con todas sus fuerzas en armonía con el cielo, se aferran a sus pecados. ¿Y luego qué? El sello divino no pudo estar en ellos, y cuando vinieron las tribulaciones, cuando se vieron en situaciones de peligro, acabaron en la tumba, y no se levantarán en la primera resurrección. No verán al Rey en su hermosura. Se perdieron sencillamente porque eligieron sus propios caminos. Se apartaron del Espíritu de Dios y estuvieron aventurándose y aventurándose y probando y poniendo a prueba los engaños del enemigo. SE2 88.1
Hubo alguien en el estado de Ohio que participó en sesiones espiritistas. Se comunicó con ellos. Pero llegó el momento en que la verdad de Dios lo alcanzó y comenzó a apartarse de aquello. Por algún tiempo estuvo con nosotros, en la verdad. Habíamos estado celebrando reuniones en carpas, pero creo que el poder del enemigo se hizo evidente a través de tentaciones nocturnas. SE2 88.2
Su esposa dijo que ellos habían enviado trece canastos llenos de provisiones para apoyar a los pastores que trabajaban en la carpa, y que había esa misma cantidad de almas en la iglesia cuando enviaron las cestas llenas de provisiones. Bien, dije yo, veamos: un alma por cada cesta. Jesucristo daría el mundo por una de esas almas. Jesucristo daría su vida y el mundo entero hoy, ¿y ahora ustedes se quejan de que han enviado trece cestas llenas de provisiones, y que solamente se ganaron trece almas? SE2 88.3
Bien, esa noche tuvimos una sesión de oración, y al día siguiente celebramos una reunión a pocas millas de allí. Aquel hombre ensilló nuestro caballo y dijo que él vendría después. Pero no lo vimos durante todo el día, y no supimos la razón. Pero finalmente, al día siguiente llegó. Tuvimos una reunión muy bendecida aquel día. SE2 88.4
Él nos contó su experiencia diciendo: «Salí a ensillar mi caballo, y al poner el freno en la boca del caballo una mano lo arrebató y lo arrojó al otro extremo del galpón; y cuando lo tomé e intenté de nuevo, la mano tomó el freno de nuevo y lo lanzó al extremo del galpón. Pasé la tarde entera intentando con todas mis fuerzas poner el bocado en la boca del caballo, pero no pude hacerlo; finalmente, exhausto, me di por vencido”. SE2 88.5
¿Qué poder era? Pues el mismo que había hecho que aquella gente acudiera al centro del pueblo donde estaban aquellos hechiceros. Qué escena sería aquella: ver a hombres rodando por el piso y pretendiendo que estaban cosechando fresas, y todo lo demás. SE2 89.1
¿Cómo pueden ustedes suponer que el universo celestial puede contemplarlos con aprobación; a ustedes que han escuchado aquí la verdad, sábado tras sábado. ¿Cómo, les pregunto de nuevo, nos van a considerar si nos acercamos a tan repulsivas tinieblas? SE2 89.2
Hermanos y hermanas, alejémonos de toda influencia de ese tipo; que quede claro que las rrechazamos, que con nuestra firme actitud demos claramente a entender que no estamos de acuerdo con las cosas parecidas que se presenten aquí para llamar la atención de los jóvenes. Que no se diga que la mayor concurrencia es la que procede de este sector de la ciudad. SE2 89.3
Que Dios nos ayude a ser fieles a las instituciones que él ha establecido. Repito, aquí hay individuos que obran en contra de lo que Dios nos ha dicho que deberíamos hacer. ¿Con qué propósito se fundó aquí esta institución, el sanatorio? Fue para mantener al pueblo de Dios en contacto con el Señor. Fue un medio por el cual vendríamos a él, al sentimos enfermos, dolientes y agobiados. Pero luego acuden extraños médicos y realizan curaciones maravillosas. Aquí un pastor los apoya y anima a otro pastor a que los apoye, y continúa esa misma labor. SE2 89.4
Lo que aquí está ocurriendo luego acaba provocando todo aquello de lo que Dios ha advertido a su pueblo. Esta obra se ha estado realizando en nuestro mismo medio. Es cierto, los médicos quizá puedan curar algunos casos. Sería muy raro si no lo hicieran. Ustedes saben hasta qué punto esos hechos serán magnificados. Pero eso es lo que repetidamente se me ha venido revelando. SE2 89.5
Estamos llegando al tiempo del fin. Estamos aproximándonos al juicio. Cualquier fuerza que resquebraje nuestra unidad, nuestra armonía, nuestra actuación; intentará asimismo estorbar el apoyo que brindemos a esas mismas instituciones que Dios ha establecido. Cualquier influencia surgirá para intentar ponemos en contacto con las fuerzas que son del mal, y Satanás usará su poder para confundir las mentes. Tenemos que permanecer firmes como hombres y mujeres de Dios. Hemos de estar con las instituciones, con los instrumentos que Dios ha propiciado. SE2 89.6
Hay quienes creen que están realizando una obra misionera maravillosa. Sus cartas llegan a todas partes del país, e incluso están llegando al colegio y al sanatorio. Esas personas se están enalteciendo: ¡Oh, qué cosas maravillosas puede hacer esa persona! ¡Qué obra maravillosa está él haciendo! Hay muchos casos en los que ese médico parecería estar haciendo lo mismo que se hace en el sanatorio, y la imaginación lo es todo; ustedes podrían pensar que es algo estupendo la que se realiza, pero no es así, y el tiempo pondrás las cosas en su sitio. SE2 90.1
Hubo alguien en Battle Creek, un individuo que no merecía la confianza de ningún miembro de nuestro pueblo. Ojalá que las interioridades de su vida y carácter pudieran ser conocidas por todo el mundo. Pero muchos lo conocían, y aun así lo apoyaban. ¿Qué está sucediendo? Se está utilizando un poder cautivador para debilitar y desanimar a quienes están intentando con todas sus fuerzas mantenerse aparte del mundo y de sus influencias impías. SE2 90.2
Hermanos y hermanas, necesitamos mucho más de Dios. Los ángeles de Dios están entre nosotros y tenemos que colocamos bajo su protección. Debemos mantenemos unidos, apoyándonos mutuamente. En lugar de atacarnos, en lugar de transitar por sendas incorrectas; deberíamos actuar tal y como Dios desea; hemos de ejercer una influencia directa a favor del pueblo de Dios, escuchar la voz de Dios. Hagamos caso de lo que se ha dicho. SE2 90.3
¡Qué no probó Balaam! ¡Cuántas veces no intentó utilizar sus poderes mágicos para maldecir a Israel! Dios dice: «Es algo que no debes hacer”. Los ángeles de Dios estuvieron presentes y Balaam no pudo hacerlo. Balac lo llevó de un lugar a otro para que maldijera a Israel. Balac deseaba que Balaam maldijera tan solo una parte de ellos, pero Balaam dijo: «¿Cómo puedo maldecir lo que Dios no ha maldecido?» [Núm. 23: 8]. La bendición de Dios descansó sobre su pueblo y fueron puestas en su boca profecías, sus labios fueron forzados por Dios para que hablara en favor de su pueblo. SE2 90.4
Estamos llegando a los últimos días y el diablo quiere zarandeamos y confundir la confianza de su pueblo en las diferentes instituciones. Él desea colocar en ellas a personas que han de ejercer una mala influencia, para que en nuestras instituciones no haya amor por la verdad y por por todo aquello que creemos que viene de Dios. SE2 90.5
Quienes están realizando esa extraña obra misionera deberían averiguar de quién están recibiendo sus instrucciones; deberían averiguar quién les ha ordenado realizar esa clase de obra misionera. Queremos que ellos naveguen bajo la bandera correcta. Nuestro ruego es que obren en armonía con la influencia del Espíritu de Dios. Her-manos y hermanas, necesitamos que abran los ojos y despierten a la realidad. SE2 90.6
Dios dice que entre nosotros la reforma a favor de la salud no es lo que debería ser. Hay mucho abandono en este sentido. Dios nos ha dado luz respecto a la forma en que debemos vivir. Pero estos médicos dicen: «Sí, ya ustedes están viviendo en forma diferente y no deberían pisar en este terreno. Ustedes deben vivir y comer de otra manera, Ellos nos están indicando un camino que no es la senda por la que Dios ha estado dirigiendo todo este tiempo a su pueblo. SE2 91.1
Hermanos, ¿puede el Señor hacer que su bendición descanse sobre nosotros cuando nos hemos situado en terreno enemigo? Recuerden a Ocozías que mandó a preguntar al dios de Ecrón y y en las consecuencias de ello, y se darán cuenta de cómo Dios considera todo eso. SE2 91.2
Deseamos permanecer como un todo, y los que están listos a disputar respecto a sencillos puntos doctrinales con el fin de hacer que prevalezcan sus ideas no están realmente convertidos. Tan pronto como usted esté verdaderamente convertido, esas controversias cesarán. Ustedes necesitan acudir a Dios con sus Biblias, en oración y ayuno. Dios desea que nos unamos para guiar a este pueblo a principios correctos aquí en Battle Creek, porque Satanás está haciendo una gran apuesta por sus almas y muchos caerán en sus lazos. SE2 91.3
El Señor desea que cada padre y madre trabaje en favor de su propia familia. Él desea que el poder transformador divino se muestre en las familias de todos. Él no quiere que ustedes le permitan a Satanás que plante su infernal estandarte en sus familias, y que se inclinen ante dicho estandarte. Él desea que ustedes asuman sus responsabilidades como padres y madres. Él desea que ustedes instruyan a sus hijos respecto a los caminos del Señor, a que actúen con justicia y juicio y a que vivan en humildad ante Dios. SE2 91.4
Enseñen a sus familias que los ángeles de Dios entran y salen de los hogares de ustedes y que cuidan y protegen a los hijos de los hombres. Dios desea que ustedes les enseñen cómo los ángeles se le aparecieron a Pedro, se le aparecieron a Juan; cómo se le aparecieron a quienes habían sido encarcelados por causa de la verdad; cómo el Señor obró a favor de Juan; cómo él obró a favor de Pablo y de Pedro; cómo los ángeles de Dios bajaron del cielo a la cárcel y libraron una presa de las manos del enemigo. Dios está constantemente obrando a favor de su pueblo, ¿y qué crédito le dan ustedes por eso? SE2 91.5
Los ángeles de Dios nos rodean. Por su limitada visión humana ustedes no los pueden ver. Satanás y sus ángeles se encuentran aquí mismo. ¡Hemos de darnos cuenta de que es así! Teman y tiemblen, al pensar aún más que lo que hemos hecho, en el poder de los ángeles de Dios que nos custodian y protegen. SE2 92.1
Tenemos que colocamos bajo la enseña ensangrentada del Príncipe Emmanuel. No queremos servir a Baal. No queremos sometemos a los poderes de las tinieblas. Los ángeles de Dios han sido enviados desde el cielo para cuidar de los hijos de los hombres; sin embargo, ellos se apartan de las influencias que les imponen límites, para ir a relacionarse con los ángeles malos. Entonces los ángeles malos fijan algunos pensamientos en sus mentes, de los que no podrán despojarse por el resto de sus vidas, como ir al teatro, a salones de billar y a todos esos lugares que nos apartan de los caminos del Señor, para que nos situemos bajo la negra enseña del príncipe de las tinieblas. Hagamos todos caso de la exhortación del apóstol (se leyó 2 Cor. 6: 17, 18). SE2 92.2
¡Qué inconmensurable el sacrificio que tuvo que realizarse para redimimos! Meditemos en el largo ayuno de Cristo en el desierto de la tentación. Consideremos todo lo que soportó, la agonía de la cruz, con el fin de salvarnos. Así que les pregunto: «¿Qué vamos a hacer nosotros?». ¡Que Dios nos ayude para que nos coloquemos bajo su influencia, la influencia especial del Espíritu de Dios! Así él permitirá que descienda sobre nosotros con poder. Él nos enviará luz del cielo, y caminaremos en la luz y viviremos en la luz del mismo modo que él está en la luz. SE2 92.3
Quemen los libros de magia; quemen hasta el último de ellos; quémenlos todos. Sí, que se consuma todo aquello que represente un vínculo entre ustedes y los poderes de las tinieblas. «Salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo impuro; y yo os recibiré» (2 Cor. 6: 17). Eso es lo que deberíamos estar dispuestos a hacer. Deseamos inclinamos con toda reverencia ante el Dios del cielo. SE2 92.4
Estamos llegando precisamente al tiempo cuando Satanás obrará con toda suerte de seductoras influencias y aquellos que hoy se dejan embaucar por ellas, o les conceden una mínima atención, estarán listos para ser reclutados para más adelante colaborar con el diablo. Los ángeles malos están trabajando en todo momento con los corazones de los seres humanos. Satanás está en acción contra todo aquel que no se encuentre bajo el control del Espíritu de Dios. Las deslumbrantes mentiras del diablo cautivarán al mundo, y él hará que descienda fuego del cielo a la vista todos. Realizará milagros; y ese maravilloso poder que obra portentos fascinará al mundo entero. Todo eso no ha hecho más que empezar. SE2 92.5
Quiero decirles algo más. Las copas de la ira de Dios y su derramamiento, se aproximan. ¿Cómo es posible que nos estemos percatando de ello? Porque la luz de la verdad no permanece en el corazón. El Espíritu de Dios se está retirando del mundo. SE2 93.1
Todos ustedes han oído hablar de que los desastres en la tierra y en el mar no cesan de aumentar. ¿Qué está sucediendo? El Espíritu de Dios se está retirando de aquellos que tienen en sus manos las vidas de los hombres y Satanás acude para controlarlos, porque ellos mismos se entregan a su control. Los que profesan ser hijos de Dios no se están colocando bajo la tutela de los ángeles celestiales. Debido a que Satanás es un destructor, él obra mediante esos hombres y ellos cometen errores, se emborrachan, y debido a la intemperancia en muchas ocasiones dan motivo a esas terribles calamidades en nuestro medio. SE2 93.2
¡Observemos las tormentas y tempestades! Satanás está obrando en la atmósfera; él está envenenando la atmósfera, y en ese aspecto dependemos de Dios para nuestras vidas: la presente y la eterna. Debido a nuestra situación, necesitamos estar bien despiertos, en plena comunión, totalmente convertidos, enteramente consagrados a Dios. Pero da la impresión que estamos sentados, como si estuviéramos paralizados. Señor de los cielos, ¡despiértanos! SE2 93.3
¿No leen ustedes la prensa y se enteran de tantas muertes? ¿No temen alejarse del cuidado de los santos ángeles, para colocarse bajo el control de los ángeles malos, al acudir adonde ellos están? ¿Los invitarán a que estén en contacto con ustedes? ¿Podremos permitir eso? Ofenderán al Dios vivo si lo hacen. Si no están convertidos, sin importar quiénes sean ustedes, ricos o pobres, encumbrados o humildes, empleados o desempleados. Todo será una abominación para Dios. No solamente es una abominación a la vista de Dios, sino que es una abominación para nosotros. Alejémonos de todo ello, para que el poder transformador de Dios pueda manifestarse entre nosotros. SE2 93.4
Que Dios les ayude, hermanos y hermanas, para reconocer que este es un campo misionero. Afirmamos ser misioneros y obreros de Cristo, pero mientras ustedes están trabajando asegúrense de que procuran edificar lo mismo que Dios está construyendo. Asegúrense de que están actuando con todas sus fuerzas para edificar la iglesia, para reafirmarla, para aportar a la iglesia toda la piedad y devoción que el Espíritu de Dios le imparta, para que sea una iglesia viva, y para que ustedes sean portadores de luz para el mundo. ¿Quién es una luz para el mundo? ¿Son una luz para el mundo aquellos que fueron y asumieron su parte con esos hechiceros? ¿Qué clase de luz reflejaron entonces? SE2 93.5
Hermanos y hermanas, debemos ascender a una mayor altura. Hemos hablado de ello y hemos rogado por ellos, y mientras proclamábamos la verdad, hubo un grupo que fue allí, y otro allá, y otro más allá. Satanás estaba induciendo todo eso para provocar un distanciamiento de Dios. Se mostró en esa misma influencia. Ellos no pensaron en eso, pero fue algo que tuvo esa motivación. Cualquier cosa que el diablo pueda idear, la hará, y con su influencia infernal él entrará en el alma. Hermanos y hermanas, ustedes necesitan la coraza de justicia. SE2 94.1
Hay mucha falta de verdadera conversión. Abunda una religiosidad egoísta e hipócrita, hay mucha apariencia de muerte. ¡Qué falta nos hace que surja un espíritu de verdadera piedad, de desprendida devoción y de verdadera religión! Deseamos unir todas nuestras fuerzas en contra de los poderes de las tinieblas que se congregan aquí mismo para expulsar a Jesús de entre nosotros. ¡De veras que yo preferiría que todos nuestros hijos murieran en su infancia, a que el diablo los entrampe y los integre a sus filas! SE2 94.2
Hermanos, los que tengan más experiencia, vengan al frente. A ustedes que han profesado el nombre de Dios en Battle Creek, los llamo en el nombre del Señor Jesucristo a que pasen al frente. Necesitamos la ayuda todos y cada uno de ustedes. Si usted posee un ápice de influencia, aléjese de todo eso. No utilice su influencia para destruir. Necesitamos la influencia de ustedes para edificar la causa de Dios, porque les digo que la crisis está sobre nosotros. Hoy necesitamos buscar a Dios en nuestros hogares, con lágrimas, y con ayuno y oración. SE2 94.3
¿Nos empeñaremos en esta tarea? ¿La emprenderemos efectivamente? Que Dios nos ayude a trabajar donde lo hacen los ángeles; que Dios nos ayude a trabajar donde Cristo lo hace; que Dios nos ayude a trabajar donde él lo hace, para que veamos su salvación. SE2 94.4