La carta de Pablo a los Tesalonicenses muestra que el día del Señor –el día final del juicio ejecutivo− vendrá sobre las masas como “ladrón”, pero que no tomará así a los hijos fieles de Dios porque ellos son “hijos de luz e hijos del día”. Entre sus advertencias a ese pueblo vigilante dice: “No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno”.81 Tesalonicenses 5:5, 19-21. GMA 162.3
De la palabra griega profetéias, aquí traducido profecías, Greenfield, en su Greek Lexicon dice: “El ejercicio del don de profecía, en este sentido, 1 Tesalonicenses 5:20”. Con esto también concuerdan los diccionarios de Parkhurst, Robinson, y Liddell y Scott. Esto, entonces, es un testimonio claro de que el verdadero espíritu de profecía estará en la iglesia que espera la segunda venida de Cristo. La amonestación es a no despreciar el don, sino examinarlo; encontrar la buena manifestación, “retenerlo”.9Para un estudio completo del testimonio bíblico sobre la perpetuidad de los dones espirituales, ver Prophetic Gift in the Gospel Church, un panfleto de 120 páginas, que puede obtenerse de cualquiera de nuestras editoras. GMA 162.4