Las personas no informadas dicen que son ignorantes, y por lo tanto no pueden comprender las profecías. Por otro lado, muchos de los educados, y algunos de ellos entre los ministros, dicen: “Las profecías están selladas, y no pueden entenderse. Todos sabemos que el libro del Apocalipsis es un libro sellado”. GMA 16.1
En el Apocalipsis, el amado Juan recibió una orden especial de no sellar el libro.25Apocalipsis 22:10. Además, en este libro se pronuncia una bienaventuranza sobre “los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas”.26Apocalipsis 1:3. ¿Cómo pueden guardarse las cosas contenidas en un libro sellado si no fueran comprendidas, ni pudieran serlo? Dios le dijo a Moisés: “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley”.27Deuteronomio 29:29. GMA 16.2
Por sus palabras a los discípulos, es evidente que Dios tuvo la intención de que las profecías de Daniel fueran comprendidas. Leemos: “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)”,28Mateo 24:15. que en esencia dice: Entiendan a Daniel el profeta. GMA 16.3
Dios expone la falacia de pretender que la profecía no puede entenderse en estas palabras: “Y os será toda visión como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto; él dirá: No puedo, porque está sellado. Y si se diere el libro al que no sabe leer, diciéndole: Lee ahora esto; él dirá; No sé leer. Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado; por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos”.29Isaías 29:7-14. Si el pueblo a quien se refería el profeta hubiera seguido la segura palabra de la profecía, no se hubieran apartado de la ley de Dios, ni sustituido sus preceptos por mandamientos de hombres. GMA 16.4