En su Historia de la Reforma, D’Aubigné dice: “Dios, que prepara su obra a través de las edades, la realiza por los instrumentos más débiles, cuando su hora ha llegado. Efectuar grandes resultados con los medios más pequeños, tal es la ley de Dios. Esta ley, que prevalece por doquiera en la naturaleza, también se encuentra en la historia”.38History of the Reformation, libro 2, cap. 1, párrafo 1. GMA 20.1
Cuando Dios, en los tiempos antiguos, comenzó a escoger un pueblo especial a fin de establecerlos como una nación peculiar para sí, llamó a un hombre −Abrahán− que vivía entre los paganos en Ur de los Caldeos. De él surgió una progenie numerosa; pero de ellos, cuando fueron exaltados a la dignidad de una nación, el Dios del cielo dijo: “No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos”.39Deuteronomio 7:7. GMA 20.2
Más adelante, cuando quiso librar a su pueblo de su esclavitud en Egipto, eligió como su líder a uno que, en su infancia, fue escondido por tres meses en la casa de su madre, y después fue puesto en una canasta sencilla y ruda compuesta de cañaveral y cubierta de brea, y entregada al cuidado del río Nilo. Este mismo Moisés, sin embargo, fue uno que, cuando vinieron los años de la comprensión, eligió el sendero humilde del sufrimiento con el pueblo de Dios antes que el gozo de “los deleites temporales del pecado”.40Hebreos 11:25. GMA 20.3