El pastor Bates guardaba el sábado, y presentó con insistencia su importancia. La Srta. Harmon en ese momento no sentía su importancia, y pensó que el pastor Bates se equivocaba al considerar más el cuarto mandamiento que los otros nueve. Pero el Señor le dio una visión del santuario celestial. El templo de Dios se abrió en el cielo, y se le mostró el arca de Dios con el propiciatorio que la cubría. Había dos ángeles, uno en cada extremo del arca, con sus alas extendidas sobre el propiciatorio y el rostro vuelto hacia él. Esto, le informó el ángel que la acompañaba representaba a todas las huestes celestiales mirando con reverente temor la ley divina que fue escrita por el dedo de Dios. Jesús levantó la cubierta del arca, y ella vio las tablas de piedra en que estaban escritos los Diez Mandamientos. Ella se asombró al ver el cuarto mandamiento en el mismo centro de los diez preceptos, con una aureola luminosa que lo circundaba. El ángel dijo: “Este es, entre los Diez Mandamientos, el único que define al Dios vivo, que creó los cielos y la tierra y todas las cosas que en ellos hay”. Cuando Dios asentó los cimientos de la tierra, también asentó el cimiento del sábado. Se le mostró que si se hubiese guardado el verdadero día de descanso, nunca hubiera habido incrédulos ni ateos. La observancia del sábado hubiera preservado al mundo de la idolatría. GMA 209.1
El cuarto mandamiento ha sido pisoteado, y por lo tanto estamos llamados a reparar la brecha abierta en la ley y a abogar por el profanado sábado. El hombre de pecado, que se exaltó sobre Dios y pensó mudar los tiempos y la ley, transfirió el descanso del séptimo al primer día de la semana. Al hacerlo así, abrió una brecha en la ley de Dios. GMA 209.2
Poco antes del gran día de Dios, se ha de enviar un mensaje para exhortar a las gentes a que vuelvan a la obediencia de la ley de Dios, quebrantada por el Anticristo. Por el precepto y el ejemplo, hemos de llamar la atención de las gentes hacia la brecha abierta en la ley. También se le mostró que el tercer ángel de Apocalipsis 14, que proclama los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, representa a quienes reciben este mensaje y alzan la voz de amonestación al mundo para que guarde los mandamientos de la ley de Dios como la niña de sus ojos, y que en respuesta a esta amonestación muchos abrazarían el sábado del Señor.6Notas biográficas, pp. 95, 96. GMA 209.3
Esta experiencia de la Srta. Harmon y el pastor Bates estaba en armonía con el método de obrar del Señor. La atención de ambos, la Srta. Harmon y el pastor White fue llamada al tema del sábado por el pastor Bates, quien les presentó desde las Escrituras las demandas de la inmutable ley de Dios. Aunque la Srta. Harmon había sido bendecida con manifestaciones especiales del Señor durante dieciocho meses, no se le había mostrado nada sobre este tema previamente. Ahora había llegado la hora de Dios, según iban apareciendo creyentes para guardar su ley, según se les impartía la luz a los tales por medio del don de profecía, y así, por su providencia, el mensaje del tercer ángel, “los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesucristo” fueron unidos. GMA 209.4