En el tiempo señalado por Dios, nació el Salvador de la humanidad, y los pastores lo encontraron en un pesebre. Sus parientes terrenales siguieron las humildes aunque honorables ocupaciones de la vida. Con respecto a su pobreza terrenal el Salvador dijo: “Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza”.43Mateo 8:20. Él eligió a sus apóstoles “de entre esa clase inferior, que, aunque no la más pobre, no alcanza el nivel de las clases medias. Todo tuvo la intención de manifestar al mundo que la obra no es del hombre, sino de Dios”. GMA 21.1