El 12 de junio, a las 10:30 de la mañana, nos reunimos en el galpón. La Sra. White se sentó en el extremo izquierdo de la plataforma, yo me senté junto a ella, el pastor Cornell junto a mí, y el pastor White a la derecha de la plataforma, hablando. Después que hubo hablado unos quince minutos, un hombre anciano y un joven entraron juntos, y se sentaron en el asiento delantero junto a la plataforma. Estaban acompañados por una mujer alta, delgada, de piel oscura, que se sentó cerca de la puerta. Después de un breve discurso del pastor White, la Sra. White se puso de pie e introdujo sus observaciones hablando del cuidado que los ministros debían tener para no arruinar la obra entregada a ellos, usando el texto: “Purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová”. Ella dijo que no era el plan de Dios llamar a una mujer para viajar por el país con ningún otro hombre que no fuera su esposo. Finalmente dijo claramente: GMA 269.2
“Esa mujer que se sentó hace poco cerca de la puerta pretende que Dios la llamó para predicar. Ella viaja con este joven que acaba de sentarse frente al púlpito, mientras este hombre anciano, su esposo −¡Dios tenga piedad de él!− está trabajando en casa para ganar los recursos que ellos están usando para llevar adelante su iniquidad. Ella profesa ser muy santa –ser santificada− pero, con toda su pretensión de santidad, Dios me ha mostrado que ella y este joven son culpables de violar el séptimo mandamiento”. GMA 269.3
Todos los presentes sabían que la Sra. White nunca había visto a estas personas hasta que entraron en el galpón. Escogerlos y delinear sus caracteres de la manera en que lo hizo, tuvo su influencia sobre las mentes de los presentes, y aumentó su confianza y confirmó su fe en las visiones. GMA 269.4