No todo era “viento en popa” en el antiguo Israel. Tuvieron enemigos de afuera que procuraban impedir su progreso a cada paso. La “multitud mixta” y los no consagrados dentro del campamento eran herramientas dispuestas, por medio de los cuales Satanás procuró agitar el descontento, las contiendas, las murmuraciones y la rebelión. El hecho de que la mano auspiciadora de Dios estaba con los que confiaban en él, y que la victoria coronaba sus esfuerzos, era prueba de que su pueblo había hallado gracia a sus ojos, que la mano del Señor los guiaba. GMA 275.2
Así fue en el origen y el progreso del mensaje del tercer ángel; su avance no fue porque las verdades presentadas tuvieran algo en común con el corazón natural del hombre. Por el contrario, la misma verdad central del mensaje –el sábado del Señor− estaba en conflicto con los intereses egoístas y mundanos, separando aquellos que lo obedecían de los negocios del mundo dos días por semana. La causa de la verdad presente tenía sus enemigos externos, decididos y persistentes en sus esfuerzos por derribar la obra. De ellos se puede decir, en las palabras del salmista: “A no haber estado Jehová por nosotros, diga ahora Israel; a no haber estado Jehová por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros los hombres, vivos nos habrían tragado entonces, cuando se encendió su furor contra nosotros”.2Salmos 124:1-3. GMA 275.3
Personas egoístas y descontentas han surgido en nuestras filas de tanto en tanto, diciendo cuán grandes cosas se harían si sus propósitos se realizaran; pero al igual que los fuegos fatuos, sus luces hace mucho se han apagado. La causa de la verdad presente, entretanto, ha estado avanzando segura y constantemente alrededor del mundo, ganando en estabilidad y fortaleza con cada movimiento de avance. GMA 275.4