A Isaías, el profeta evangélico, se le reveló más plenamente las pruebas, sufrimientos y muerte del Salvador en favor de los hombres. Dijo el profeta: “¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó el nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.60Isaías 53:1-5. GMA 36.3
Tanto el pueblo como el profeta podrían haberse preguntado: ¿Sucederán en mis días estos eventos tan maravillosos? La respuesta hubiera sido: No sucederá esto ahora; el tiempo no ha llegado todavía para la venida del gran Libertador; pero el profeta dice: “Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos”.61Isaías 33:17. GMA 37.1