En el octavo capítulo de Daniel, dentro de la visión del carnero, el macho cabrío, y el “cuerno pequeño que creció mucho”, el profeta es llevado otra vez hacia el futuro. En los versículos 13 y 14, su atención se dirige a un período de tiempo −2.300 días− que se extienden hasta el juicio. Un tiempo largo era éste, y así lo entendió el profeta; porque el ángel le informó que la visión sería para muchos días. Hasta entonces no se había dado fecha para el comienzo de los días, y así termina el capítulo diciendo: “estaba espantado a causa de la visión, y no la entendía”. GMA 38.1